Más Allá del Rescate: Un Viaje de Amor y Supervivencia

...Toshion Lee...

Me desperté contra mi voluntad, estaba tan cansado que podría dormir durante dos días seguidos. Me dolía todo el cuerpo, pero la peor parte eran mis pies, atrapados durante días en esa bota militar, caminando horas y horas en ese bosque sin fin. He pasado por misiones arriesgadas, aterradoras, pero ninguna fue tan agotadora como esta.

Salimos de Ramasami en coche, Lio conducía mientras yo dormía en el asiento trasero, al lado de Wong, que estaba tan cansado como yo. A pesar de haber dormido un poco en el bosque, es un civil, por lo que su resistencia es mucho menor que la mía, aparte del agotamiento provocado por la situación en sí, haber sido secuestrado, casi muerto y aún presenciar tantas muertes, es algo que agota sus energías.

En fin... Cuando desperté ya estábamos en Leung, mi ciudad tecnológica, rica, iluminada, amo Leung, y el sol brillaba intenso, reponiendo mis energías.

Entramos en el cuartel y en ese momento, el dolor de haber perdido a mis compañeros golpeó fuerte en mi corazón. Mirar este cuartel y saber que el sargento Seok y los demás ya no estarán por aquí, es demasiado triste. Solo puedo pensar en el sufrimiento de sus familias al saber el final que tuvieron.

—¡Capitán Lee! —El coronel Hong me saludó—. Me alegra verlos a salvo. Principalmente por haber cumplido la misión y rescatado al doctor Wong Jiho. ¡Mis felicitaciones!

—Gracias Coronel Hong —dije triste—. Siento no haber podido salvar a los otros.

—Bueno... Hizo lo que pudo —el coronel habló mirándome con compasión—. Ellos lo desobedecieron y sabían que iban a afrontar las consecuencias.

—Yo les enseñé a luchar, a no aceptar injusticias —maldita sea, estaba casi llorando—. A defender a los inocentes a toda costa, así que al final solo estaban obedeciendo a lo que les enseñé. Lo siento mucho, coronel.

—Sé que lo siente —el coronel me tocó en el hombro—. Pero no fue su culpa. Tenemos que encontrar a los culpables y hacer que sean castigados.

—¡Lo haremos, señor! —Respondí.

—Doctor Wong Jiho —el coronel se volvió hacia Wong—. Es un placer tenerlo aquí, a salvo y bajo mi cuidado.

—Yo soy quien agradece el esfuerzo de su equipo, coronel —Wong hablaba tímido—. En especial al capitán Lee, que se esforzó mucho en mantenerme seguro y vivo.

—El doctor Wong Jiho dijo que sabía quién lo secuestró —dije recordando la conversación que tuvimos antes de que me besara.

—¡Ahh! Sí, sé quién fue —dijo emocionado.

—¿Y quién fue? —El coronel habló emocionado.

—¡Yuko Namin! —Wong habló y el coronel abrió los ojos—. Del Grupo Farmacéutico Namin.

—Por favor, doctor, siéntese —el coronel se sentó también, yo y Lio nos quedamos de pie cerca de la puerta—. Necesito saber cómo descubrió que Yuko Namin era el responsable y cuál es la implicación del doctor Jiho con la mafia.

—Bueno, el propio Namin se presentó ante mí, su plan era usarme para atraer a mi padre y matarnos enseguida —Wong habló calmadamente.

—¡Ya sabíamos eso! —Lio comenzó a hablar—. La mafia de Genesan recibió una propuesta de un grupo que trabaja con opio, sin embargo, otras mafias de Leung se posicionaron a favor del doctor Jiho.

—Sí, mi padre tiene aliados en la mafia de Leung, nuestra investigación cuesta caro y no conseguimos hacer eso solo con el saldo del gobierno —Wong hablaba como si fuera la cosa más normal del mundo—. No hacemos nada para las mafias, ellos solo contribuyen, como benefactores.

—¿Benefactores? —Dije indignado—. Mafiosos no son benefactores, son bandidos.

—Sí, son bandidos —Wong me miró calmado—. Pero dinero es dinero y sin él no hay investigación. Mi padre vive por esa investigación, nada más importa.

—¿Y cómo ese Namin llegó hasta usted, por qué quería matar a usted y a su padre? —El coronel llamó la atención de Wong.

—Bueno, él es farmacéutico y lucra con el Koron, además de eso, parece odiar a mi padre, por haber sido rechazado por mi madre —Wong habló y se encogió de hombros—. Namin me contó que destruyendo la investigación y manteniendo el Koron, él continúa lucrando y va a vengarse de mi madre.

—¡Dios mío! —El coronel se rascó la cabeza—. Teniente Kwon, lleve al doctor a comer algo en la cantina del cuartel, mientras tengo una conversación particular con el capitán Lee.

—¡Sí, señor! —Lio salió con Wong y me senté frente al coronel.

—¡El doctor Jiho desapareció, ayer por la noche! —El coronel habló y me levanté deprisa.

—Necesitamos volver al laboratorio en el bosque, ¡el doctor puede estar allá! —Hablé determinado.

—¡No! —El coronel se rascó la cabeza—. Ya envié hombres para allá, hoy temprano, el laboratorio fue abandonado, ellos no cometerían errores tan ridículos. Al menos conseguimos recuperar los cuerpos de los soldados y del sargento Seok, vamos a darles un entierro noble.

—¡Dios mío! —Pasé las manos por mis cabellos—. ¿Las familias ya fueron avisadas?

—Sí, envié cartas esta mañana.

—Iré a preparar algo especial para el velatorio —dije triste.

—No, necesito que haga la protección del doctor Wong Jiho —el Coronel habló y lo miré incrédulo.

—Ellos eran mis hombres, es mi obligación y yo no soy un guardaespaldas —dije indignado—. Aparte que necesita un nuevo equipo para encontrar al doctor Jiho.

—¡Capitán Lee! —El coronel se levantó furioso—. Sé que está triste por los soldados y por el sargento, pero no hay nada que se pueda hacer por ellos, yo estaré allá con el teniente Kwon y daremos los honores. Pero sobre el doctor Wong Jiho, él necesita ser protegido y continuar con su investigación. Y en este momento solo puedo confiar en usted.

—¡Mierda! —Pasé a caminar por la sala agobiado—. Entonces, ¿cuál es el plan?

—Bueno... nadie conoce el rostro del doctor Wong Jiho, además de nosotros y del propio Namin. Entonces podemos esconder su identidad y hacer que se haga pasar por un amigo suyo.

—¿Amigo mío? —Hablé confuso.

—No podemos colocar al doctor, en una de las casas de protección a testigos, pues eso quedaría registrado en el sistema, y desconfío de que alguien en el ejército está asociado a Namin —el coronel se aproximó para dar esa información—. Y él no puede quedarse en Leung... Siendo así, yo sé que usted tiene casa en Sonadang, a pesar de ser próximo a Leung, es una ciudad remota, nadie va a procurar al doctor por allá.

—¿Está diciendo que debo volver a mi ciudad natal, y vivir con ese sujeto? —Hablé asombrado.

—¡Exactamente!