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Mis Alfas Posesivos

Mis Alfas Posesivos

Status: Terminada
Genre:Romance / Aventura / Posesivo / Hombre lobo / Amor a primera vista / Harén Inverso / Completas
Popularitas:276
Nilai: 5
nombre de autor: Kai D'angel

Liv está ansiosa por su 18º cumpleaños, pues ese día finalmente conocerá su verdadero destino: su alma gemela. Lo que no sabe es que, al cruzar ese camino, será marcada por tres posesivos Alfa que cambiarán su vida para siempre.
Ahora, Liv deberá lidiar con la inesperada obsesión de estos tres hombres enamorados de ella y descubrir la manera de domar esa pasión descontrolada, antes de que se convierta en algo más peligroso de lo que jamás imaginó.

NovelToon tiene autorización de Kai D'angel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 3

Liv narrando:

Lo primero que me despertó al día siguiente fue la sensación de éxtasis. Me senté en la cama, mirando alrededor del cuarto en el que estaba. Era una habitación pequeña, con casi nada en ella. También hacía frío, pero no podía quejarme con nadie, ya que nadie escuchaba a una omega.

Ok, basta de charla de omega.

¡Finalmente, estaba aquí! Mi 18º cumpleaños. El día en que finalmente mi destino cambiaría y también el día en que conocería a mi compañero. Con esa motivación, salté de la cama. No sabía exactamente cuándo iba a conocer a mi loba o a mi compañero, pero lo más importante era que el día finalmente había llegado.

Al salir de mi habitación, la primera persona que divisé fue a la Sra. Yvenne viniendo en mi dirección, con su expresión adusta de siempre.

¡Maldita sea!

Justo a tiempo para acabar con mi humor.

—Deja de holgazanear y ve a la mansión a hacer tus cosas. ¿Necesito repetirte esto todo el tiempo? —dijo entre dientes.

Si al menos le dijera que era mi cumpleaños, tal vez me dejaría en paz. Negué con la cabeza, ya yendo en dirección a la mansión, que no quedaba tan lejos de los alojamientos de los empleados. Aun así, sabía que, incluso diciéndolo, no le importaría.

Mi plan era hacer mis tareas lo más rápido posible, tratando de evitar a los tres demonios, especialmente a Max y Ryder.

Llegué a la cocina y conseguí iniciar mi rutina: limpiar, cocinar, lavar la vajilla, barrer el suelo incontables veces, además de fregar los pisos de la mansión.

Trabajé tanto que pensarías que yo era la única empleada allí, pero eso no era verdad, pues había otras. Ellas preferían dejar todo el trabajo para mí, pues sentían que, por ser omega, debía trabajar mucho más que cualquiera de ellas.

Por lo menos, era alimentada y no fui expulsada en el momento en que nací. Eso es lo que siempre decían.

Después de limpiar la cocina, fui hasta la basura, la saqué afuera y la vacié. Mientras hacía eso, oí una voz dentro de mí:

—Hola —la voz resonó. Después de mirar alrededor y no ver a nadie, mi corazón comenzó a latir acelerado en el pecho.

La voz retornó: —Liv, soy yo, Anne, tu loba. —ella resonó.

Mi corazón saltó un latido de felicidad. Estaba nerviosa, sin saber cómo actuar. Esa euforia no duró mucho, pues, de repente, sentí una onda de energía pasar por mí. Fue rápido, aumentando mi adrenalina casi instantáneamente.

—Sabes cómo esto sucede, Liv. Necesito estar totalmente preparada para quedar así.

Yo sabía lo que ella quería decir. Ella estaba hablando sobre transformarse. Transformarse por primera vez podía ser doloroso, entonces yo necesitaba encontrar un lugar confortable, donde pudiera gritar y berrear sin llamar la atención.

Tirando el cesto de basura al suelo, corrí para el bosque y, llegando lo más lejos que mis piernas podían llevarme, cerré los ojos, inspirando profundo.

—Estoy lista.

—Ok, Liv, pero estate preparada. Esto va a doler —ella me avisó.

La primera cosa que sentí fue los huesos de mi pierna derecha quebrándose. Un grito salió de mis labios mientras yo caía al suelo. Para los otros lobos, antes de transformarse, eran dadas algunas pociones para ayudar con el dolor, pero, como yo era omega y no tenía a nadie para pedir eso, tenía que soportar.

El sudor escurría por mis piernas mientras mis manos temblaban en el suelo. Oí otro sonido de estallido viniendo de mi otra pierna y grité aún más alto, rechinando y maldiciendo. Sangre escurría por mi cuerpo, mezclado al sudor.

Mis manos también se agrietaron, y, mientras yo aún gritaba con todo eso, mis piernas comenzaron a desarrollar pelos. Luego, en los dedos de las manos, crecieron garras, rasgando mi piel como una lámina. Cuanto más sangre escurría de las heridas, más yo gritaba.

—Maldita sea... ¡para! —grité, para nadie en particular. Cuanto más lloraba, más me transformaba, y entonces percibí que, una vez que había comenzado, tenía que esperar pasar antes de que el dolor acabara. Como en la primera transformación, la segunda mano también creció garras.

Cuando ya no aguanté más, caí al suelo, temblando de dolor, que atravesaba todo mi cuerpo.

Hasta que, finalmente, paró.

Mi lobo se sacudió, limpiando la sangre del pelo marrón. Ella había tomado el control, y yo estaba dentro.

—Lo siento, pero es así como tiene que ser.

De repente, olvidé el dolor que sentí minutos antes, y mis pensamientos se llenaron de excitación. Sentí aquel estallido de energía dentro de mí. Quería explorar ese cuerpo nuevo, pero no sabía cómo.

—Si quieres correr o saltar, es solo hacer como haces en la forma humana —Anne me dijo.

—Wow, ¿cómo sabes lo que estoy pensando? —pregunté.

—Yo soy tú y tú eres yo. Somos una sola persona. Es por eso que puedes hablar conmigo por tu mente. Si quieres correr, es solo hacer como harías en tu forma humana. Ese cuerpo puede ser diferente, pero aún es tuyo.

Como ella había dicho, moví el primer miembro, y funcionó. En poco tiempo, estaba corriendo por los bosques como una loca. Yo sabía que mi loba no era tan rápida como los demás, pues yo era omega de nacimiento, pero aun así parecía rápido suficiente— más rápido que mis pies humanos.

Pasé todo el día aprendiendo todo sobre mi loba: cómo subir en árboles, saltar alto, todo. Ella tenía que ser la primera persona que pudiera llamar de mi amiga de verdad.

Todo continuó hasta que la noche llegó, y yo sabía que tenía que transformarme de vuelta.

—Existe apenas una cosa que necesitamos hacer, Liv —ella susurró, mientras yo miraba para la mansión.

—Encontrar a nuestro compañero —ella completó.

Yo no sabía cómo eso podría ser posible, pero iba a intentar. Comencé a tener dudas mientras caminaba de vuelta para la mansión. ¿Y si mi compañero ni siquiera estuviera allí? La manada Darkmoon era grande, y había chances de que mi compañero estuviera allí, pero aún tenía mis dudas.

Pasé por el mismo corredor donde encontré a Callum en la noche anterior. Fue entonces que un olor desconocido, avasallador, atingió mi nariz.

Era dos olores diferentes, y ambos eran atractivos. Los aromas eran fuertes e intoxicantes al mismo tiempo.

—Ese es nuestro compañero. ¡Necesitamos encontrarlo! —mi loba gritó desesperada.

Paré para pensar. ¿Será que era posible mi compañero tener dos olores? Antes de que yo pudiera dar una respuesta, oí el sonido de pasos arrastrados viniendo del otro lado del corredor.

Cuanto más pesados los pasos se aproximaban, más fuertes quedaban los olores.

Respiré profundo. Tenía que ser mi compañero, pero el sonido de los pasos parecía más con el de más de una persona. Quedé donde estaba, con los pies firmes en el suelo, nerviosa, esperando por la persona— esperando que fuese alguien bueno.

Los pasos quedaron aún más cerca. Entonces, divisé dos figuras saliendo corriendo por el corredor, y, al mirarlas de arriba abajo, mi corazón cayó.

Ellas eran las responsables por el olor, el olor intoxicante, ¡maldito olor! Max y Ryder miraban para mí con los ojos verdes oscurecidos, llenos de lujuria, pareciendo que iban a devorarme en la hora.

—¡No, no, no! —continué murmurando para mí misma, hasta que mi loba decidió sacudir mi mundo diciendo una palabra.

—¡Compañero! —ella susurró y, después, gritó: —¡Compañeros!

¡Qué infierno!

Viré para correr, antes de que pudiera, todo quedó oscuro de repente. La energía había sido cortada. Esto nunca había sucedido antes. ¿Por qué ahora estoy intentando huir de ellos?

Quedé donde estaba, intentando al máximo ver en la oscuridad y salir de allí. Intenté ver en la oscuridad, pero, como ellos tenían sangre de Alfa, ver en la oscuridad no era problema para ellos.

Pensé que estaba saliendo bien, escapando, pero entonces choqué con alguien en la oscuridad. Fui agarrada por la cintura y presa contra la pared.

—Compañera —gruñó una voz. Era Max, y él sostenía mi cintura.

—Mía —dijo Ryder, y sentí la mano de él clavándose en mi muslo.

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