NovelToon NovelToon
El Viaje De Los Perdedores: Aetheria

El Viaje De Los Perdedores: Aetheria

Status: En proceso
Genre:Acción / Romance / Mundo de fantasía / Superhombre / Espadas y magia
Popularitas:264
Nilai: 5
nombre de autor: Hector Vazquez

La humanidad siempre ha creído que su mayor amenaza vendría de la guerra, la enfermedad o la escasez. Nunca imaginaron que el verdadero peligro se gestaba en un reino que pocos pueden ver: el Mundo Astral. Un plano donde los sueños y la conciencia convergen, donde los pensamientos tienen peso y las emociones dan forma a la realidad misma. Para la mayoría, es un espacio inaccesible, un misterio olvidado por la civilización moderna. Pero para unos pocos, es un campo de batalla.

NovelToon tiene autorización de Hector Vazquez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El mundo Astral pt.3

—Pasaron un par de cosas. —Meave levantó las manos en un gesto defensivo, aunque su sonrisa nerviosa delataba que no todo había sido tan casual como intentaba hacerlo parecer.

Leon negó con la cabeza y, resignado, volvió su atención hacia el camino que tenían por delante.

—¿Tienes alguna idea de cuánto tiempo tenemos? —pregunto Leon.

—No mucho. —Meave negó con la cabeza, su tono apremiante. —Si no llegamos pronto, ni siquiera sabremos si sigue vivo cuando lo hagamos.

Leon apretó los puños un momento, luego soltó el aire de golpe.

—Bien, vamos. —Se giró hacia Pax, que los observaba con curiosidad y algo de desconcierto. —Pax, vamos a una perturbación, así que quédate cerca de mí y estarás bien.

Pax asintió, aunque no podía evitar sentirse un tanto confundida. Esta chica, Meave, había aparecido de la nada, y de inmediato el comportamiento de Leon había cambiado. Su actitud desenfadada y tranquila había sido reemplazada por un aire más serio y centrado, como si la mera mención de Ariel y el peligro que enfrentaba lo hubiese llevado a un modo de alerta total.

“Ni siquiera se han presentado...” pensó Pax mientras los seguía, sus ojos pasando de Leon a Meave con cierta cautela. La situación parecía haberse complicado de repente, y ahora iban directamente hacia esa extraña sensación que ambos habían decidido evitar momentos antes.

El grupo avanzaba con rapidez, volando en perfecta formación. Meave lideraba, moviéndose con una gracia que hacía parecer el vuelo algo completamente natural, mientras Leon mantenía su posición ligeramente detrás de ella, dándole la mano de vez en cuando para no caer, al contrario de cuando estaba con ella, que decidía bajar y volver a saltar. Y Pax, algo más insegura, los seguía, esforzándose por no quedarse rezagada.

Mientras se acercaban al punto que irradiaba esa aura pesada y opresiva, el paisaje del mundo astral comenzó a cambiar. Las nubes luminosas que antes adornaban el cielo se tornaban más densas y oscuras, como si una tormenta estuviera formándose en la distancia. La energía a su alrededor se sentía más densa, casi como si tratara de empujarles hacia atrás.

Pax tragó saliva, sintiendo un nudo de ansiedad formarse en su estómago. "¿Siempre se siente así? " se preguntó mientras trataba de omitir la sensación.

—Me gusta tu nombre, Pax. Es único. —Meave le dedicó una sonrisa amistosa mientras se ajustaba al ritmo de vuelo de Pax, moviéndose con una gracia que parecía completamente natural.

—¿Tú crees? —Pax ladeó un poco la cabeza, sorprendida por el cumplido. —Yo siempre pensé que era raro... pero gracias. Emmh... —Hizo una pausa, esperando que la pelirroja dijera su nombre.

—Meave, mi nombre es Meave.

—Sin duda el tuyo es más bonito, Meave. —respondió Pax con una pequeña sonrisa, un tanto tímida pero genuina.

Continuaron volando juntas durante un rato, mientras Leon avanzaba delante de ellas, alternando entre volar y dar saltos largos que le permitían mantenerse por delante sin perder de vista al grupo.

—¿Puedo preguntarte algo? —dijo Pax de repente, girando su rostro hacia Meave. —¿Qué es exactamente una perturbación?

Meave entrecerró los ojos, como si buscara la mejor manera de explicar algo complicado.

—Mmmh... —murmuró, alzando una mano y gesticulando suavemente mientras hablaba. —Es como una anomalía en la energía astral. Es decir, el flujo normal de energía se distorsiona, creando inestabilidad. Cuando eso pasa, se vuelve un punto vulnerable.

—¿Vulnerable? —Pax frunció el ceño.

—Sí. —Meave asintió, su tono más serio ahora. —Una perturbación puede ser un portal, una entrada para cosas... no tan buenas. En el mejor de los casos, solo es un desbalance temporal. Pero si la perturbación crece o es forzada, puede convertirse en una grieta.

—¿Y qué pasa si se convierte en una grieta? —preguntó Pax, inclinándose ligeramente hacia Meave, como si sus palabras fueran algo de lo que necesitaba estar completamente segura.

—Entonces ya no sería solo energía desbordada. Una grieta conecta el astral con el bajo astral. —Meave hizo una pausa, sus ojos azules centelleando bajo la luz cambiante del mundo onírico. —Eso significa que los entes y seres de allí pueden cruzar a este mundo. Y créeme, no quieres enfrentarte a algo que haya logrado cruzar.

—¿Por qué pasa eso? —insistió Pax, su curiosidad creciendo con cada respuesta.

Meave ladeó la cabeza, su expresión se volvió más reflexiva, incluso un poco melancólica.

—Hay muchas razones. Algunas perturbaciones son naturales, producto de un desequilibrio en la energía de un lugar. Pero básicamente, sucede porque en el mundo físico, ese lugar se ha saturado con mucha energía negativa u oscura. Como sentimientos opresivos o negativos, gran cantidad de odio o asesinatos. Pero otras veces... alguien las causa.

Meave miró al frente, hacia Leon, quien parecía ajeno a la conversación pero que, claramente, escuchaba cada palabra. —Y las grietas nunca aparecen solas. Si hay una, significa que algo o alguien está manipulando la energía astral desde el otro lado.

Pax sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no dejó que eso apagara su entusiasmo.

—Entonces... ¿vamos hacia una grieta?

—No exactamente. —respondió Meave, sacudiendo la cabeza. —Por ahora, solo es una perturbación. Pero si no hacemos algo, podría convertirse en una grieta.

Leon, que había estado en silencio hasta ese momento, habló sin girarse.

—Y si Ariel está ahí, probablemente ya esté intentando evitarlo. Por eso tenemos que darnos prisa.

Meave y Pax intercambiaron una mirada antes de acelerar su vuelo, siguiendo a Leon con renovada urgencia. A pesar de su seriedad, Pax no podía evitar sentirse fascinada. Cada palabra de Meave era como una pieza de un rompecabezas más grande, uno que apenas comenzaba a entender.

—Y como sabrás —añadió Meave después de un momento, esbozando una sonrisa amable—, nosotros, los onironautas, somos quienes se toman estas cosas en serio. Nos encargamos de estos trabajos para mantener el equilibrio.

Su intento de parecer simpática fue claro, y aunque no completamente natural, hizo que Pax le devolviera una sonrisa tímida. Aun así, la rubia no podía evitar sentirse abrumada por las dudas que le bullían en la mente. Había tanto que no entendía, pero algo en la actitud de Meave le decía que no obtendría más respuestas por ahora.

Pax se perdió en sus pensamientos, reflexionando sobre lo que acababa de escuchar. La idea de que el mundo físico pudiera influir tanto en el astral era desconcertante, y aunque todavía no entendía del todo lo que significaba ser una onironauta, empezaba a vislumbrar la magnitud de la responsabilidad que conllevaba.

Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que habían llegado a su destino, hasta que sintió la mano de Meave tomándola suavemente.

—Ya hemos llegado. —La voz de Meave rompió su trance mientras soltaba la mano de Pax con cuidado.

Pax parpadeó, aún un poco desorientada, y miró alrededor. Estaban descendiendo lentamente hacia un claro rodeado por una atmósfera opresiva. El aire se sentía más denso, y aunque no podía explicarlo, había algo inquietante en el lugar. La energía a su alrededor era diferente, como si el ambiente estuviera cargado de tensión y peligro.

—Mantente cerca, Pax. —dijo Leon con voz firme, sin apartar la mirada del horizonte.

Pax también observó hacia abajo, donde estaba una gran casa, de un estilo rústico y vetusto, exhibía una mezcla de madera oscura, piedra gris y amplios ventanales que luchaban por iluminar su interior. Sin embargo, no era la arquitectura lo que más la impresionaba, sino la atmósfera que emanaba: un aura pesada, deprimente aún a la lejanía y opresiva que parecía colgar en el aire como una niebla espesa.

1
Hector Evans
Pensaba extender los capítulos de "Lo que hay detrás" pero pensé que se podría ser más confuso, pero si quieren saber más sobre ello, podría integrarlo capítulos adelante, solo díganme que les parece mejor!
babyzizie
No puedo esperar a leer la siguiente parte, necesito saber qué pasará con los personajes, gracias por compartir tu talento.
Hector Evans: ¡Gracias!! ¡Mañana seguramente publique un par más!
Espero que igual te gusten
total 1 replies
paulina
Me enamoré de la trama y de tus palabras. ¡Qué hermosa lectura! 😍❤️
Hector Evans: ¡¡Gracias!! Espero que las siguientes partes te gusten mucho más.
total 1 replies
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play