Narra la historia de Elina, una mujer rica y poderosa que reencarna como Elena, una extra en una novela. Ella deberá salvar al villano depresivo Noah. Noah es un "red flag" en la historia original, ya que se obsesiona con Sofía, la protagonista. Elena era la esposa de Eliézer, el protagonista, pero nunca logró obtener el amor de su esposo.
La protagonista de esta historia es una diva empoderada; no se arrastra ante ningún hombre, es firme y vengará a la Elena original. No es la típica protagonista: es ambiciosa, sensual, sabe lo que quiere y cómo conseguirlo, pero también tiene su lado dulce y tierno.
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4 Confrontación
Eliézer quedó atónito; no podía creer que yo era Elena.
—«Imposible, Elena es una gorda fea, estás mintiendo», gritó Eliézer.
Le di una bofetada.
—«Eliézer, eres tan idiota. Por supuesto que soy Elena; Lena Sánchez es una abreviatura. Estuve hinchada por culpa del veneno “Belladona del cuervo”. Afortunadamente me operé y pude recuperar mi belleza. Tú eras la plaga que marchitaba; desde que me fui, volví a florecer. Vine personalmente a entregarte el acta de divorcio», respondí con un tono arrogante y firme.
Mi padre se acercó a mí.
«Hija, por fin volviste, te extrañé mucho; estoy feliz de verte bien». Esas fueron las palabras falsas y vacías de mi padre.
—«Yo no necesito un padre inútil como tú. Ahórrate tus palabras vacías; nunca me has amado. Todo lo contrario, padre: tú siempre me trataste como una basura, me despreciaste y le diste prioridad a Vanesa, tu hija. Yo no soy tu hija; para mí estás muerto y no te necesito».
Mi hermana Vanesa se unió a la conversación.
—«¡Hermana! ¿Cómo puedes tratar a nuestro padre de esa forma? Nuestro padre te crió y te dio todo».
Me acerqué a Vanesa y le di una bofetada tan fuerte que cayó al suelo.
—«Vanesa, eres una hipócrita. No necesito a una hermana como tú. Sabes perfectamente que mi padre me trató como una basura. Este señor, mal llamado padre, me trató peor que a un trapo; me pegaba y me daba pan podrido. Nunca me permitió comer en la misma mesa que ustedes. Mientras tú ibas a la escuela como una reina, yo iba andrajosa, siempre tenía que vestirme fea para no opacarte. Ya no soy esa Elena que rogaba por una familia y por un matrimonio feliz; ahora soy un ícono de la moda, una mujer empoderada que no necesita a un hombre para triunfar, tampoco necesito una familia falsa. Me basto sola, me amo a mí misma y eso es lo que importa».
Mi padre Intentó pegarme, pero le agarré las manos.
Mi hermana estaba en el suelo; le pisé las manos con mis tacones.
—«Me duele, basta, hermana, me duele mucho», gritó mi hermana Vanesa con el filo de mis tacones incrustado en su mano derecha.
Noah me observaba con una sonrisa.
Eliézer estaba paralizado; la Elena dulce e ingenua que se deja pisotear por todos ya no existía. Ahora era una Elena feroz y letal.
—«Elena, ya basta, deja de buscar mi atención», exclamó Eliézer con tono arrogante.
Tomé un pedazo de pastel de la mesa y se lo tiré en la cara a Eliézer.
—«Jajajaja, qué gran espectáculo», gritó Noah riéndose a carcajadas.
—«Eliézer, deja de soñar. Tú no vales nada para mí; ya eres comida vencida, ya no eres apetecible. Fui una idiota; incluso cuidé a tu hijo desde los tres meses y recibí mentiras y engaños. Aquí tienes el acta de divorcio; a partir de hoy no tenemos nada que ver», respondí con arrogancia y seguridad.
Julia, la madre de Eliézer, intentó darme una bofetada; agarré su mano y le di un puñetazo, arrastré a la hermana de Eliézer por todo el salón.
Eliézer estaba sorprendido; no podía creerlo.
«¡Perra, te atreves a pegarme!», gritó la madre de Eliézer llena de rabia.
Me acerqué a Julia y le di un puñetazo en la boca, tumbándole dos dientes.
Noah no permitió que la seguridad interviniera.
Me acerqué a Sofía y la golpeé seis veces seguidas, lanzándola al suelo.
-«Sofía, te dejo a Eliézer. Si te di seis bofetadas fue por ser hipócrita y hacerte la víctima cuando eres una cachorra en celo. Una mujer de verdad jamás aceptaría a un hombre ajeno; te dejo mi comida vencida», dije con una sonrisa.
Los reporteros captaron todo; mostré fotos de Eliézer y Sofía entrando a un hotel cuando él estaba casado conmigo.
—«Antes de irme les daré un regalo a mi padre y a mi exsuegra», exclamé con una sonrisa pícara.
La pantalla se encendió y mostró fotos de mi exsuegra y mi padre siendo infieles.
—«¡Qué zorra!»
—«¡Son amantes!»
—-« ¡Qué vulgar!»
-« No puedo creer, la señora Julia es una xxx.»
«Este chisme será tendencia», murmuraban los invitados.
Me acerqué a mi madrastra.
«Querida madrastra, deberás buscar una sierra y cortarte esos enormes cachos que tienes; desde hoy te apodaré la vaca, jajajaja».
Mi madrastra, enloquecida, se agarró de las greñas con Julia.
Eliézer se agarró a golpes con mi padre por manchar el honor de su madre.
Después de causar un caos, decidí marcharme.
«Me encanta ver el mundo arder, pero como espectadora; éste es solo el comienzo. Haré que sus días sean un auténtico infierno», murmuré entre risas.
«Elena, has arruinado mi fiesta; eres una mujer viciosa y desalmada», fueron las palabras de Sofía, llena de lágrimas.
Le di otra bofetada.
«Querida, las buenas pasaron de moda; ahora la tendencia somos las malas, y mientras más perras, más nos aman».
Decidí marcharme; Eliézer trató de cerrarme el paso y le pateé la entrepierna; él cayó al suelo adolorido.
Me despedí y me retiré.
La fiesta se volvió un caos, con pleitos, gritos y rupturas. Eliézer y su familia hicieron el ridículo; los invitados le gritaban palabras duras a Sofía. En unos minutos, Eliézer y Sofía eran tendencia; salieron muchos titulares como una pareja de infieles.
-«¡Qué asco me dan esos perros!»
«¡Fingía ser una santa pero es una perra!»
«Eliézer es un cucharacho.»
«Cuando los vea, les voy a lanzar insecticida para las cucarachas.»
Revisé mi teléfono y vi el anuncio del mayordomo de Noah.
Noah trato consolar a Sofía, pero se contuvo y decidió irse.
-«¡Sofía, si hubieras aceptado mis sentimientos, no tendrías que soportar esta humillación!», susurró Noah con una mirada triste.
Salí en varios titulares; las esposas engañadas por sus maridos me llenaban de elogios.
Hice un post con la imagen de dos cucarachas siendo rociadas con spray.
«Esa perra me humilló, la voy a matar, maldita Elena, la odio», fueron las palabras de Vanesa, consumida por la ira.