NUEVA LUNA

NINA SNOW (23 AÑOS)

6:00 am

Suena el despertador y todavía no entiendo por qué acepté ayudar a Camila con su equipaje tan temprano en la mañana de un día sábado, pero bueno...

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Después de terminar de arreglarme y desayunar, me fui a la casa de mi amiga. Mi objetivo era ayudarla a terminar de arreglar sus cosas para un viaje a la Sede del Concejo de Hombres Lobo. Debido a que estamos en una comunidad independiente de hombres lobos, y no en una manada como tal, es importante que miembros destacados deben llevar informes de como nos manejamos y sean capaces de representar a todos los miembros que están aquí.

Todavía no se me ha dado la oportunidad de ser representante, ya que estoy concentrada en mi proyecto final para poder graduarme de la universidad.

Mientras pensaba en todo esto llegué a donde vive mi mejor amiga. Toqué y a los pocos segundos apareció frente a mí una pelirroja despampanante. Se lanza a mis brazos como si no nos hubiésemos visto desde hace años, pero la realidad es que solo fue ayer en la noche, por lo tanto, mientras le correspondo ruedo los ojos juguetonamente.

— Bueno, bueno no hace falta más abrazos, recuerda que tu vuelo sale está noche, así que debemos terminar de arreglar todas tus cosas temprano. – le indico cuando me percaté de que todavía no mostraba intenciones de soltarme.

— Pero te voy a extrañar — dice en tono melancólico.

— Solo te vas por unos días, además te voy a hacer videollamadas cada que tenga tiempo— le digo para calmarla.

— ¿Lo prometes? — me pregunta Camila mientras levanta su dedo meñique.

— Te lo prometo – le contesté a la vez que también levantaba el dedo meñique.

— Bueno en ese caso, vamos a terminar con esto — dice ella emocionada.

Así la pasamos toda la mañana, y después de una visita rápida y de improvisto al Centro Comercial, la acompañé hasta el Aeropuerto. Nos despedimos nuevamente, y yo procedo a dirigirme a mi apartamento. Al poco tiempo de llegar recibo una llamada de Iván, diciéndome que necesitaba hablar de algo muy importante conmigo, y que si podíamos reunirnos en un restaurante cercano. Escuchando su tono de voz, entendí que era urgente, por lo que le dije que me arreglaba rápidamente e iba para allá.

Iván Roger es un chico con el que llevo saliendo hace poco más de un año, y con quien en definitiva, ha sido la relación más seria de las tres que he tenido en estos nueve años. No puedo decir que es amor lo que siento por él, pero sin duda estoy cómoda y a gusto con su compañía. Después de media hora, llegó al restaurante y lo divisó en una mesa que se encuentra en una zona más apartada.

Cuando llegó hasta donde está él lo saludo con una cálida sonrisa, la cual corresponde, pero puedo notar que está como nervioso y preocupado por algo, así que tomo asiento y aprovecho que se acerca un mesero para pedir algo ligero para cenar. Llegan nuestras órdenes y procedemos a comer en silencio. Una vez terminamos, y aún con nuestras bebidas en la mesa, Iván toma por fin la iniciativa de hablar.

— Te cité, porque estos días me sucedió algo importante—me dice mientras agarra mis manos y toma una bocanada de aire — ... encontré a mi compañera — dice con cierta preocupación, y se queda en silencio como esperando a que asimile sus palabras.

Aunque estoy sorprendida, no me molesta porque, la verdad, es algo que veía venir, y se lo que implica esto, que lo que teníamos se acabo. Él no es mi pareja destinada por la Diosa, así está claro que es un riesgo que se corre cuando empiezas una relación.

Le doy un apretón de manos y le dedico una sonrisa tranquilizadora — No te preocupes, es algo de lo que éramos conscientes — le digo mientras observo como suelta el aire que estaba conteniendo.

— Creí que era importante hablar primero contigo sobre esto, antes que intentar cualquier tipo de avance con mi pareja destinada, después de todo nosotros dos teníamos una relación y te tengo mucho cariño. – me dice con una pequeña sonrisa.

— No sabes cuánto aprecio que lo hicieras — le digo con cariño.

— Lo sé, porque aunque no seguiremos como pareja, la verdad quería seguir manteniendo una bonita amistad contigo.

— Igualmente — le respondo.

— Además, no te preocupes puede que pronto tú también encuentres a tu compañero – me dice mientras sube y baja sus cejas.

— Puede ser, pero sabes que no soy muy fanática de esa idea. — le digo con cautela.

Desde que cumplí la mayoría de edad y pude obtener a mi loba. Me percaté que mi pareja destinada definidamente no estaba cerca de donde estaba en ese momento, y aunque también me dio la curiosidad de saber quién sería, también me surgió el miedo ante la posibilidad de que se encuentre en la Manada BLOOD MOON. Hace años que no pongo un pie en ese lugar.

Desde que llegué al internado mantuve el contacto con la familia Snow al mínimo, y cuando tuve la oportunidad lo corté completamente, así que hace tiempo que no se nada de ellos, ni tampoco de lo que sucede en esa manada. Por lo que el simple hecho de plantearme la posibilidad de que encuentre mi compañero allí me hace sentir fatal, porque sinceramente no tengo planes de regresar nuevamente a ese lugar.

En un intento por ahuyentar mis pensamientos, decido cambiar el tema y preguntarle a Iván sobre su pareja. Me enteró de que se llama Sarah y la conoció durante el viaje que hizo para visitar a sus abuelos. Así pasamos un rato más hablando sobre ella y también de otras cosas, hasta que consideramos que era hora de irnos, por lo tanto, al salir nos despedimos con un abrazo y cada uno se monta en su carro.

Al rato llegó a mi casa, y procedo a alistarme para dormir, para mañana poder tener las energías recargadas.

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