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Renacida Para Ser Tuya

Renacida Para Ser Tuya

Status: En proceso
Genre:Diferencia de edad / Amor prohibido / Posesivo / CEO / Venganza / Reencarnación
Popularitas:3.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Daemin

Morir a los 23 años no estaba en sus planes.
Renacer… mucho menos.

Traicionada por el hombre que decía amarla y por la amiga que juró protegerla, Lin Yuwei perdió todo lo que era suyo.
Pero cuando abrió los ojos otra vez, descubrió que el destino le había dado una segunda oportunidad.

Esta vez no será ingenua.
Esta vez no caerá en sus trampas.
Y esta vez, usará todo el poder del único hombre que siempre estuvo a su lado: su tío adoptivo.

Frío. Peligroso. Celoso hasta la locura.
El único que la amó en silencio… y que ahora está dispuesto a convertirse en el arma de su venganza.

Entre secretos, engaños y un deseo prohibido que late más fuerte que el odio, Yuwei aprenderá que la venganza puede ser dulce…
Y que el amor oscuro de un hombre obsesivo puede ser lo único que la salve.

NovelToon tiene autorización de Daemin para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 18: El peligro Acecha

El restaurante privado estaba iluminado por lámparas de jade. En el centro de la mesa giratoria, los platillos humeaban: mariscos, pato laqueado, vino caro. Todo dispuesto con el lujo que tanto le gustaba al viejo Zhao.

Lian llegó tarde.

Su entrada fue silenciosa, sin disculpas. Llevaba el saco desabrochado, la corbata floja y esa mirada que siempre hacía que hasta los meseros contuvieran el aire.

Su asistente personal lo seguía unos pasos detrás, portando una carpeta que no abrió ni una vez.

—Qué sorpresa verte llegar —dijo su padre con tono ácido—. Pensé que, como siempre, preferirías ignorar a tu familia.

Lian se sentó sin mirar a nadie, apoyando un brazo sobre el respaldo de la silla.

—Y créame, lo consideré —respondió con voz baja, casi perezosa.

Su padre frunció el ceño, pero el abuelo levantó una mano para imponer silencio.

El viejo Zhao, de cabello blanco y porte aún imponente, se reclinó en su asiento y lo observó en silencio.

—No estamos aquí para discutir —dijo el anciano con voz firme—. Somos una familia. Y una familia debe resolver sus asuntos juntos.

Lian sonrió apenas, sin levantar la vista.

—Depende de lo que usted considere “resolver”, abuelo.

El aire se tensó.

Sus dos medios hermanos, Zhao Ren y Zhao Xiang, se removieron incómodos en sus asientos.

El primero, siempre arrogante, fingía estar ocupado con su teléfono; el segundo, más impulsivo, lo observaba con odio mal disimulado.

—El asunto de esta noche —continuó el anciano— es el futuro de nuestra familia.

—Ah, claro —intervino el padre, tomando la palabra con tono de falso respeto—. El futuro que tú llevas años poniendo en riesgo, Lian.

Lian levantó la mirada, lenta, con esa calma que helaba la sangre.

—¿Riesgo? ¿Habla del mismo riesgo que salvó su empresa cuando tú la llevaste al borde de la quiebra hace diez años?

El hombre apretó la mandíbula.

—Cuida tu lengua.

—Yo la cuido —replicó con una sonrisa cínica—. Seria mejor si cuidas tus palabras.

El abuelo golpeó la mesa con el bastón, cansado de las pullas.

—Basta. No los traje aquí para verlos pelear. —Su mirada se dirigió a Lian—. Necesitamos estabilidad.

La prensa aún habla de la filtración, los inversores están nerviosos. Tu nombre sigue siendo el que sostiene la familia, pero eso no durará si sigues actuando como un lobo sin manada.

Lian exhaló despacio, sin perder la compostura.

—No necesito una persona para sobrevivir, abuelo. Los lobos solitarios cazan mejor.

El anciano lo ignoró y continuó:

—Por eso he decidido formalizar una alianza. Con la familia Wen. Su nieta, Meilin, es una mujer inteligente, bien educada, y sería un enlace estratégico.

Lian alzó una ceja, fingiendo interés.

—¿Una alianza? —repitió, con un tono tan tranquilo que el asistente bajó la mirada.

—Un matrimonio —aclaró su padre con una sonrisa venenosa—. Con Meilin Wen. Tu compromiso se anunciará en la próxima cena de inversión.

Lian soltó una risa suave. No fue de diversión, sino de incredulidad.

—Interesante propuesta. —Sus dedos tamborilearon sobre la mesa—. Pero hay un pequeño problema.

—¿Cuál? —preguntó su padre con sarcasmo.

—Que no tengo la menor intención de casarme con una desconocida.

—No se trata de lo que quieras —lo interrumpió el hombre, alzando la voz—. Se trata del bien de la familia Zhao.

Lian lo miró fijamente. Su sonrisa desapareció, y sus ojos se volvieron fríos, peligrosos.

—El “bien” de esta familia siempre ha significado sacrificar a alguien. Y no, padre… no pienso ser yo esta vez.

El silencio fue tan denso que el sonido de los cubiertos parecía un estallido.

El abuelo Zhao lo observó con gravedad.

—Eres un hombre adulto, Lian. Pero tus decisiones afectan a todos. Si insistes en negarte, tendrás que asumir las consecuencias.

Lian inclinó la cabeza, con un brillo casi divertido en los ojos.

—¿Consecuencias como cuáles? —preguntó con calma.

Su padre se inclinó hacia adelante.

—Si no aceptas el compromiso, Yuwei deberá mudarse. No quiero a esa chica en tu casa. No es apropiado.

Esa frase cayó como un golpe seco.

La mandíbula de Lian se tensó.

Por un instante, nadie respiró.

El anciano intentó mediar:

—Lian, por tu bien, escucha—

Pero ya era tarde.

Lian levantó la mirada, y la expresión que tenía no era humana. Era puro hielo.

—Toquen a Yuwei —dijo despacio—, y lo lamentarán todos.

Su voz no fue alta, pero el tono bastó para helar la sangre de los presentes.

Su padre quiso decir algo, pero se detuvo al ver la sonrisa que apareció en su rostro: esa sonrisa fría, torcida, que todos conocían y temían.

—Casarme con Meilin… —murmuró Lian, dejando el vaso sobre la mesa—. Ni aunque el apellido Zhao ardiera en el infierno.

Empujó la silla hacia atrás y se levantó con elegancia.

El asistente lo siguió en silencio, sin mirar a nadie.

El eco de los cubiertos aún resonaba en el salón vacío cuando Lian abandonó el restaurante. El silencio que dejó tras él era pesado, como si su sola presencia hubiera contenido el aire durante toda la cena.

Su padre permanecía inmóvil, el abuelo enmudecido, y los demás fingían normalidad mientras la tensión se disolvía lentamente con el sonido de las copas.

Pero Zhao Xiang, el menor de los hermanos, no podía calmar la furia que le quemaba el pecho.

Salió del restaurante con paso rápido, la respiración irregular y la mandíbula apretada.

El aire del estacionamiento subterráneo olía a concreto y gasolina. Las luces parpadeaban a intervalos, proyectando su sombra alargada sobre el suelo.

Siguió caminando hasta llegar a su coche, y antes de abrir la puerta, sacó el teléfono.

Por un instante dudó… pero el veneno de la humillación era más fuerte que la razón.

Marcó un número.

Una voz grave respondió del otro lado.

—¿Quién habla?

—Soy Zhao Xiang —respondió, mirando hacia todos lados como si temiera ser escuchado—. Tengo un trabajo para ti.

Hubo un breve silencio.

—Escucho.

—Quiero que secuestres a alguien —dijo, bajando la voz—. A una chica. Se llama Yuwei. Vive en la casa de mi hermano Lian.

El hombre del otro lado soltó una carcajada baja.

—¿Sabes lo que estás pidiendo, muchacho?

—Solo hazlo —replicó Xiang con impaciencia—. Quiero verla asustada. Quiero que mi querido hermano se entere de lo que se siente perder algo que ama.

—¿Y qué gano yo con eso? —preguntó la voz con tono burlón.

—Dinero —dijo Xiang enseguida—. Cincuenta mil por adelantado. El resto cuando termines.

El silencio volvió. Solo se escuchaba el goteo del agua en las tuberías.

Finalmente, el hombre respondió:

—Tienes agallas, chico. Te llamaré en una hora.

La llamada se cortó.

Xiang se quedó quieto, el teléfono aún en la mano. La rabia lo mantenía firme, pero el pulso le temblaba.

—Maldito Lian —murmuró, entre dientes—. Siempre creíste que podías controlarlo todo. Quiero verte rogar, hermano. Quiero verte rogar como perro.

Encendió un cigarro con manos temblorosas. El humo se mezcló con el aire húmedo del sótano.

...----------------...

La noche cayó sobre la casa Zhao con un silencio casi irreal. Las luces del pasillo estaban apagadas, y solo el suave parpadeo del reloj sobre la mesita acompañaba el murmullo del viento.

Yuwei estaba en su habitación, recién salida de la ducha, con el cabello aún húmedo y una camisa de algodón que le quedaba grande. Había apagado la lámpara y se había acurrucado bajo las sábanas cuando sintió algo cálido rodearle la cintura.

Su cuerpo se tensó al instante.

—¿Qué…?

Una respiración familiar rozó su oído, grave, tranquila.

—Shh… soy yo.

Yuwei giró despacio.

Lian estaba detrás de ella, tumbado sobre la cama, todavía con la camisa desabrochada y el cabello ligeramente húmedo, como si acabara de salir de la ducha.

—¿Qué haces aquí? —preguntó ella, con una mezcla de sorpresa y una sonrisa que trató de esconder.

Él no respondió. Solo suspiró, apoyando la frente en su cuello. Su brazo la rodeó con firmeza, y el peso de su cuerpo la obligó a girarse del todo hasta quedar frente a él.

—Ve a tu habitación, Lian —murmuró, conteniendo la risa—. Si alguien te ve, pensarán que te volviste loco.

—Ya piensan eso —susurró él, sin abrir los ojos.

Yuwei soltó una carcajada suave.

—Eso no lo niego.

Lian no se movió.

Solo la abrazó más fuerte, hundiendo la cara en su cuello como un niño testarudo que no quiere soltar su juguete.

Su respiración era profunda, lenta, y su voz sonó ahogada contra su piel:

—Solo un rato.

—¿Un rato de qué? —preguntó ella, divertida.

—De silencio —respondió él, casi en un murmullo—. De no pensar.

Yuwei le acarició el cabello con delicadeza, pasándole los dedos entre las hebras oscuras.

Era extraño verlo así, tan lejos del hombre dominante y frío que todos conocían.

A veces, cuando bajaba la guardia, tenía ese lado que solo ella podía ver: el hombre que no buscaba control, sino refugio.

—Eres incorregible —susurró ella, con una sonrisa suave.

—Lo sé —murmuró él, sin moverse—. Y aun así no me echas.

Yuwei lo miró, divertida, los labios curvándose.

—Porque sé que igual volverías.

Lian abrió un ojo, lo suficiente para mirarla de cerca, y esbozó esa media sonrisa que solo aparecía cuando estaba con ella.

—Sabes demasiado —dijo, en voz baja.

Ella soltó una pequeña risa.

Pero él ya había cerrado los ojos otra vez, su respiración volviéndose más lenta, más tranquila.

El peso de su brazo sobre su cintura era cálido, firme, reconfortante.

Yuwei lo observó en silencio durante un rato, con los dedos todavía jugando en su cabello.

—Un hombre tan grande y sigue comportándose como un niño —murmuró, divertida.

Lian no respondió.

Yuwei sonrió, cerrando los ojos también, dejando que el ritmo de su respiración la arrullara.

Por un momento, todo pareció en paz.

Afuera, la luna se reflejaba en los ventanales.

Nadie imaginaba que, en esa calma nocturna, el peligro ya se estaba acercando.

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Cardona salazar yolanda
lo que he leido hasta ahora me ha gustado
Flor R
me encanta a ver si aprende su papá y su otro disque hermano si siguen buscando también van a querer un tratamiento especial también 👌👌👌👌🤭🤭🤭🤭
Flor R
siiii lo va hacer picadillo me cae que si todo por Yuwei siiiiiiii me cae súper bien Lian
Martha Mena Wong
wowwwww buenísima por favor más capítulos quiero ver a esa horrible familia caer desgraciados
Martha Mena Wong
no se vale yo aquí mordiendo ya no las uñas la mano completa
Martha Mena Wong
siiiiiiiiii que los haga sufrir a los malditos
Martha Mena Wong
que babosa sin querer queriendo jodió al papacito tio
Martha Mena Wong
muaaaaaaaaaaaaa que bien me encanta estupenda historia
Martha Mena Wong
Felicidades autora está muy buena la novela.
Martha Mena Wong
excelente ahora le tocará convencerlo de que cambio
Flor R
esto solo es el inicio de la venganza de lian no se va quedar con las ganas de darle en su mandarina a ese bruto que no se fueron con quién se metió lo va hacer picadillo seguro .....🤭🤭🤭🤭👌👌
Flor R
Lian es el mejor hombre del mundo 🌎
Flor R
Lian siempre mantiene la calma aunque por dentro está como un volcán ellos se lo buscaron que después no se quejen 👌👌👌
FairyTessa
han despertado al demonio 😱😱
FairyTessa
sabrán lo que es vivir en el infierno en la tierra 😱😱😱😱
Esther Grace: ahora es donde todo se pondrá bueno😏🔥
total 1 replies
FairyTessa
😱😱😱😱 le gusta jugar con la muerte nk le teme al peligro
FairyTessa
ufff 🔥 🔥 🔥 🔥 🔥
Flor R
a la próxima noche nomás pasa tío Lindo tío Hermoso 🤭🤭🤭☺️☺️☺️
Flor R
yo quierooo un tío así siiii
FairyTessa
la venganza es dulce pero es un platillo que hay que disfrutar lentamente jajajaja 😈😈😈😈
Esther Grace: sin duda alguna 🤣🤣
total 1 replies
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