Junsu, un sigma que oculta su verdadera naturaleza, con el peso de los prejuicios en su vida, sobreviendo en un mundo que lo rechaza. Junsu se ve envuelto en un falso acuerdo amoroso con Hyunmin, su jefe, un alfa. Lo que comienza como una farsa para salvar las apariencias y un futuro impuesto, pronto se transforma en una conexión genuina que ninguno de los dos esperaba.
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El inicio
Tras nuestra conversación, pensé que pasaría un tiempo antes de que el acuerdo empezara a tomar forma. La jornada laboral continuó con normalidad, casi como si nada hubiera cambiado, sin embargo, a medida que el reloj avanzaba, la anticipación y los nervios se acumulaban dentro de mí. Cada pequeño sonido, cada mirada de Hyunmin me recordaba la nueva realidad que habíamos decidido crear.
Cuando finalmente llegó el momento de salir del edificio, me sentía más aliviado que ansioso. La rutina habitual de esperar el autobús me parecía reconfortante, pero al cruzar el vestíbulo, de repente sentí que el ambiente cambiaba. Allí estaba Hyunmin, su figura destacándose entre la multitud.
-Junsu.- Me llamó, y mi corazón dio un vuelco al escuchar su voz.
Me detuve en seco, sorprendido. Había esperado que nuestra conversación fuera un secreto, que tendríamos tiempo para prepararnos antes de actuar, pero en ese instante, la mirada de Hyunmin me atrapó. Se acercó a mí, y en un movimientos casi casual, rodeó mi cintura con su brazo, acercándome a él.
-¿Quieres ir a cenar?- Preguntó, su tono era ligero, casi juguetón, pero había una intensidad en sus ojos que no podía ignorar.
Me quedé paralizado por un momento, mi mente luchando entre el deseo de rechazar y la inercia de aceptar, pues en el fondo, deseaba esa atención de Hyunmin, incluso si era falsa. Nervioso, sentí que las palabras se me atascaban en la garganta, Me preguntaba si era esto realmente lo que queríamos o lo que necesitaba, pero al mirarlo, con esa confianza que siempre lo caracterizaba, supe que no tenía otra opción.
-Claro.- Logré decir, sintiendo cómo la ansiedad se transformaba en una mezcla de emociones. Acepté, quizás más por inercia que por decisión.
Hyunmin sonrió, y en un instante, guiñó un ojo. Era un gesto que me hizo sentir como si la realidad de nuestro acuerdo ya estuviera en marcha, como si hubiéramos cruzado una línea invisible. En ese momento, comprendí que mi vida estaba a punto de cambiar de maneras que aún no podía imaginar.
A medida que caminábamos juntos hacia el estacionamiento, una parte de mí se preguntaba cómo iba a manejar esta nueva faceta de nuestra relación. La cena sería solo el comienzo, y mientras me acercaba a su automóvil, el peso de la situación se asentaba en mis hombros.
El viaje en el auto de Hyunmin fue un torbellino de sensaciones. El motor rugía suavemente mientras nos dirigíamos a un elegante restaurante, uno que se veía tan sofisticado que, en cualquier otra circunstancia, jamás habría considerado entrar. El ambiente que nos rodeaba era todo lo que representaba el éxito y la riqueza, algo completamente fuera de mi alcance.
Mientras él conducía, me reía las uñas en silencio, sintiendo la presión de lo que estaba a punto de hacer. Era la primera vez que estaba a solas con él en un entorno tan personal, y eso añadía una capa de nerviosismo a la situación. Aunque llevaba meses trabajando para Hyunmin, siempre había mantenido una distancia profesional, y ahora sentía como si estuviéramos cruzando una línea que no podía deshacer. Su seriedad habitual se mantenía, pero había algo diferente en su mirada, algo más humano, más cercano.
Al llegar, Hyunmin aparcó el auto y salimos, caminando hacia la entrada del restaurante. A medida que cruzábamos el umbral, la atmósfera cambió por completo. Las luces tenues, el suave murmullo de las conversaciones y el aroma de la comida gourmet me hicieron sentir como un pez fuera del agua. Traté de mantenerme centrado, recordando que debía actuar como si esto fuera normal.
Una vez dentro, nos llevaron a una mesa en un rincón, donde la intimidad era palpable. A pesar de que nuestras conversaciones comenzaron siendo sobre el trabajo, había un tono diferente en sus palabras, como si intentáramos construir una narrativa que pareciera real. Hablamos de proyectos pasados y futuros, de cómo se sentía respecto a la dirección de la empresa, pero con un toque más personal.
-¿Cómo has estado manejando todo esto?- Me preguntó, su mirada fija en mí, mientras jugaba con la copa de agua en la mesa.
-Creo que bien.- Respondí, manteniéndome reservado a pesar de que mi voz temblaba ligeramente, era imposible no sentirse nervioso frente a un hombre como Hyunmin,
-Me alegra escuchar eso.- Dijo, asintiendo con aprobación. -Eres una pieza clave en el equipo, y eso no se me ha escapado.-
Esas palabras me hicieron sentir una mezcla de orgullo y ansiedad, pero mis mejillas se sonrojaron igualmente. Aunque su alabanza me reconfortaba, la presión de mantener la fachada del amante falso pesaba sobre mí La tensión entre nosotros era palpable, y cada vez que nuestros ojos se encontraban, un pequeño escalofrío recorría mi espalda.
El resto de la cena transcurrió de manera similar. Hablamos de temas triviales y anécdotas de trabajo, pero siempre había un subtexto en nuestras interacciones, un juego de roles que cada vez se sentía más real. A medida que la comida avanzaba, mi nerviosismo seguía ahí, pero había un pequeño resquicio de comodidad que comenzaba a florecer entre nosotros.
A pesar de todo, me esforzaba por mantener mi actitud reservada. No quería que él viera cuán ansioso me sentía ni cuánto me afectaba todo esta situación. Estaba allí para cumplir un papel, y aunque había partes de mí que querían gritar, otra parte sabía que debía permanecer en silencio y actuar como si todo esto fuera natural. Después de todo, esta era solo una cena. Un paso más en el camino que ambos habíamos decidido seguir.
Al terminar la cena, Hyunmin se inclinó hacia mí con una leve sonrisa.
-Bien hecho esta noche, Junsu. Lo manejaste como un profesional.- Dijo, su tono era cálido, y aunque la cena había sido un juego, había algo genuino en su elogio.
Agradecí sus palabras con un asentimiento y una sonrisa nerviosa. La verdad era que me sentía aliviado de que todo hubiera salido bien, al menos en la superficie. Mientras caminábamos hacia el auto, una parte de mí estaba ansiosa por llegar a casa, donde podría reflexionar sobre lo que acababa de suceder.
El trayecto fue silencioso, pero no incómodo. La noche se cernía sobre nosotros, y las luces de la ciudad brillaban a través de las ventanas del auto. Mire hacia fuera, perdido en mis pensamientos. Mi mente divagaba entre el peso del acuerdo y la realidad de lo que había dejado atrás.
Cuando llegamos a mi casa, Hyunmin se detuvo frente a la entrada. La pequeña casa de color beige no era nada comparado con el lujoso edificio donde se encontraba el restaurante que habíamos visitado esa noche, pero era un hogar,
-Aquí es…- Dije, sintiendo un ligero rubor al darme cuenta de lo desentonado que se sentía mi vida en comparación con la suya.
-Gracias por acompañarme, Junsu.- Dijo, y por un instante, sus ojos reflejaron un tipo de comprensión que me hizo sentir un poco más en paz.
-Gracias a ti por la cena.- Respondí antes de salir del auto.
Al entrar en la casa, la familiaridad del lugar me envolvió. La luz tenue de la lámpara en el pasillo iluminaba el camino hacia mi habitación. Cerrar la puerta tras de mí fue un alivio, pero tambien un recordatorio de la carga que llevaba sobre mis hombros.
Me senté en la cama, y un impulso repentino me llevó a sacar mi teléfono. rápidamente abrí el chat con mi amiga Ji Eun y escribí “Estoy haciendo una locura”. No quise darle más contexto, porque en realidad no sabía por dónde empezar. La confusión y el miedo se arremolinaban dentro de mí, y en ese momento, lo único que podía hacer era enviar ese mensaje.
Sin esperar una respuesta, dejé el teléfono a un lado y me recosté, sintiendo que el cansancio me abrumaba. Cerré los ojos y, a pesar del caos en mi mente, pronto me dejé llevar por el sueño. La noche se deslizó sobre mí, y con ella, la sensación de que, sin quererlo, me había adentrado en una nueva y desconcertante aventura.