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Entre Odios Y Suspiros

Entre Odios Y Suspiros

Status: En proceso
Genre:Reencuentro / Amor-odio / Romance de oficina / Atracción entre enemigos
Popularitas:9.4k
Nilai: 5
nombre de autor: F10r

Rachely Villalobos es una mujer brillante y exitosa, pero también la reina indiscutible del drama y la arrogancia. Consentida desde niña, se ha convertido en una mujer que nadie se atreve a desafiar... excepto Daniel Montenegro. Él, un empresario frío y calculador, regresa a su vida tras años de ausencia, trayendo consigo un pasado compartido y rencores sin resolver.

Lo que comienza como una guerra de egos, constantes discusiones y desencuentros absurdos, poco a poco revela una conexión que ninguno de los dos esperaba. Entre peleas interminables, besos apasionados y recuerdos de una promesa infantil, ambos descubrirán que el amor puede surgir incluso entre las llamas del desprecio.

En esta historia de personalidades explosivas y emociones intensas, Rachely y Daniel aprenderán que el límite entre el odio y el amor es tan delgado como el filo de un cuchillo. ¿Podrán derribar sus muros y aceptar lo que sienten? ¿O permitirán que su orgullo

NovelToon tiene autorización de F10r para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 13

La casa de mi madre.

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Narra Daniel Montenegro

Llegué a la casa y estacioné mi coche frente a la que había sido la residencia de mi madre. Era una casa sencilla comparada con la de los Villalobos, pero tenía su encanto. Mi madre me la dejó en su testamento, y aunque no había tenido tiempo de ocuparme de ella hasta ahora, planeaba remodelarla un poco. Sería mi refugio mientras durara este tormento que implicaba trabajar con Rachely Villalobos. 

Mientras me bajaba del coche y revisaba las llaves, escuché una voz familiar gritar desde la otra acera. 

—¡Montenegro! ¿Es en serio? ¿Ahora también te mudas al lado de mi casa? ¿Qué clase de obsesión enferma es esta? 

Volteé, incrédulo, y ahí estaba ella, de pie frente a su entrada, con Bolty en brazos y esa mirada altiva que lograba irritarme y divertir al mismo tiempo. 

Me quedé en silencio por unos segundos, procesando su acusación. ¿Obsesión? ¿Con ella? ¿De verdad creía que yo había escogido esta casa solo para molestarla? 

Rachely dejó a Bolty en manos de una de sus empleadas y vini directamente hacia mí. Caminaba con esa actitud de reina del drama que la caracterizaba, y aunque sabía que debía ignorarla, una parte de mí estaba disfrutando el espectáculo. 

—¿Qué tan creído puedes ser, Villalobos? —dije finalmente, cruzándome de brazos y apoyándome contra el coche. 

—¡Esto es ridículo! —exclamó, deteniéndose frente a mí. —Primero, me haces la vida imposible en la oficina, y ahora vienes a invadir mi espacio personal. ¿Qué sigue, Montenegro? ¿Instalar cámaras en mi casa? 

Me eché a reír, no podía evitarlo. La idea de que todo lo que hacía girara en torno a ella era tan absurda que resultaba cómica. 

—Villalobos, odio decepcionarte, pero no todo en este mundo tiene que ver contigo —respondí, divertido. 

Ella frunció el ceño, claramente molesta por mi respuesta. 

—¿Ah, no? Entonces explícame por qué estás aquí, en esta casa, justo al lado de la mía. 

Levanté las llaves que tenía en la mano y las agité frente a su cara. 

—Esta casa era de mi madre, Villalobos. Me la dejó cuando murió. ¿Contenta con la explicación o necesitas más detalles? 

Su expresión cambió por un breve instante, como si estuviera avergonzada, pero lo ocultó rápidamente con su habitual actitud defensiva. 

—¿Y qué piensas hacer aquí? —preguntó, cruzándose de brazos. 

—Vivir, obviamente. Remodelarla un poco, convertirla en algo funcional. No te preocupes, no voy a instalar cámaras ni invadir tu espacio personal, como insistes en creer. 

Ella me miró fijamente, como si intentara encontrar algo en mis palabras que pudiera usar en mi contra. Pero esta vez, no había nada. 

—No me gusta la idea —dijo finalmente, con tono firme. 

—Qué sorpresa —repliqué, sarcástico. —No te preocupes, Villalobos, no estoy aquí para pedir tu aprobación. 

Ella apretó los labios, claramente frustrada porque no estaba obteniendo la reacción que esperaba. Por un momento, pensé que iba a girarse y marcharse, pero en lugar de eso, dio un paso más cerca. 

—Solo te advierto algo, Montenegro. Si esto es algún tipo de estrategia para molestarme, no te va a funcionar. Yo puedo ser mucho más difícil de lo que imaginas. 

Sonreí ampliamente, disfrutando de su actitud combativa. 

—¿Más difícil? Eso me intriga, Villalobos. Quizá debería quedarme un poco más de tiempo, solo para averiguarlo. 

Ella bufó y giró sobre sus talones, marchándose hacia su casa. Mientras la veía cruzar la calle, no pude evitar pensar en lo divertida que era esta situación. Rachely Villalobos, con su ego desmesurado y su carácter explosivo, era todo menos aburrida. 

Cuando entré a mi nueva casa, todavía sonriendo, me encontré imaginando cómo sería tenerla como vecina. Podía apostar que no pasaríamos ni una semana sin discutir por algo. Y, de alguna manera, no estaba tan seguro de que eso fuera algo malo.

Entrar en esa casa fue como abrir un álbum de recuerdos que había intentado mantener cerrado durante años. El olor a madera vieja, el crujir del suelo bajo mis pies y las paredes cubiertas de un tono que alguna vez fue cálido me transportaron a un tiempo que parecía pertenecer a otra vida.

Viví aquí hasta los ocho años, antes de que todo se desmoronara. Mi madre y mi padre solían discutir todo el tiempo, pero yo, siendo un niño, no entendía lo que ocurría realmente. Solo sabía que un día mi padre decidió llevarme lejos, a Italia, arrancándome de todo lo que conocía y, sobre todo, de mi madre.

Me dirigí al pequeño salón, donde solía jugar mientras mi madre cocinaba. Me senté en el sofá desgastado que todavía seguía allí, aunque cubierto con una sábana

blanca que intentaba protegerlo del paso del tiempo. Me apoyé hacia atrás, cerré los ojos y los recuerdos me invadieron.

Mi madre tenía una risa dulce, de esas que podían llenar una casa entera. Siempre olía a jazmín y canela, un aroma que se quedaba impregnado en su ropa y en el aire después de que abrazaba a alguien. A pesar de todo lo que sufrió con mi padre, nunca dejó que yo lo notara. Para mí, ella era fuerte, invencible.

Pero todo cambió el día que me llevaron a Italia. Mi madre luchó con todas sus fuerzas por la custodia, pero mi padre tenía los recursos y el poder. Me arrancaron de sus brazos y, aunque era pequeño, nunca olvidaré cómo lloraba mientras yo gritaba su nombre desde el coche. Ese recuerdo me atormenta hasta el día de hoy.

Pasé años pensando que ella me había abandonado, porque eso era lo que mi padre quería que creyera. Sin embargo, cuando cumplí dieciocho años y tuve la oportunidad de buscarla, descubrí la verdad: nunca dejó de luchar por mí. Incluso cuando mi padre hacía todo lo posible por mantenernos separados, ella enviaba cartas que nunca llegaron a mis manos.

Recuperamos el tiempo perdido, o al menos lo intentamos. Viví algunos de los mejores años de mi vida junto a ella antes de que su salud comenzara a deteriorarse. Cuando murió, su partida me destrozó. Siempre supe, en el fondo, que la tristeza fue lo que terminó con ella. Nunca dejó de sentir el vacío de aquellos años que pasamos separados.

No puedo perdonarle eso a mi padre. Jamás.

Salí al patio buscando aire. La casa me abrumaba, con sus recuerdos y su silencio. Afuera, el jardín estaba descuidado, lleno de maleza. Pero todavía podía imaginarlo como era antes: lleno de flores, con un columpio que colgaba de un árbol en el centro.

Y entonces recordé a Rachely.

Era tan pequeña, una niña de cinco años que siempre llevaba dos trenzas y vestidos llenos de colores. Solía cruzar el patio corriendo, descalza, gritando que me atraparía en nuestras interminables partidas de escondidas. Había algo en ella que siempre me hacía reír. Era insistente, un pequeño torbellino de energía y dulzura.

—Daniel, cuando crezcamos, ¿te casarás conmigo? —me preguntó un día, mientras estábamos sentados bajo el árbol.

Me reí, pero ella se lo tomó en serio. Me miró con sus grandes ojos marrones y supe que esperaba una respuesta.

—Claro, ¿por qué no? —le respondí, sin entender entonces lo que significaban esas palabras.

Se levantó de un salto, aplaudiendo emocionada. —¡Es una promesa!

Volver a ese momento me hizo reír. Pensar que esa niña dulce y tierna había crecido para convertirse en la mujer más insoportable y creída que había conocido era casi imposible. Pero, al mismo tiempo, había algo en ella que me recordaba a la pequeña Rachely: esa chispa, esa manera de no rendirse nunca, incluso cuando las cosas no salían como quería.

Mientras miraba el jardín, me pregunté en qué momento nuestra relación había cambiado tanto. Claro, éramos niños, y los niños no ven las cosas como los adultos. Pero incluso ahora, a pesar de nuestras peleas constantes y su actitud arrogante, había algo en ella que me descolocaba, que me hacía querer seguir discutiendo solo para tener una razón para estar cerca de ella.

Sacudí la cabeza, intentando alejar esos pensamientos. Esto no era más que nostalgia, nada más.

Entonces escuché un ruido detrás de mí. Me giré y vi a Rachely asomándose desde el otro lado de la cerca que separaba nuestras casas.

—¿Qué haces ahí parado? —preguntó con esa mezcla de curiosidad y sarcasmo que siempre parecía acompañarla.

—Solo recordando el pasado —respondí, cruzándome de brazos.

—¿El pasado? ¿Desde cuándo te pones melancólico, Montenegro? —preguntó, entrando al patio sin esperar una invitación.

—Desde que volví a este lugar —contesté, observándola mientras caminaba hacia mí. Incluso en sus momentos más relajados, tenía una forma de moverse que reflejaba confianza, como si el mundo girara a su alrededor.

—Bueno, no te acomodes demasiado. Esa casa necesita una remodelación completa antes de que alguien pueda vivir ahí otra vez —dijo, señalando las paredes descuidadas.

—Gracias por tu brillante observación, arquitecta Villalobos —repliqué con sarcasmo, pero ella solo sonrió.

Por un momento, nos quedamos en silencio. Miré el árbol en el centro del jardín y luego a ella.

—¿Recuerdas cuando solíamos jugar aquí? —pregunté de repente.

Ella levantó una ceja, sorprendida por la pregunta, pero luego asintió lentamente. —Claro que sí. Eras terrible escondiéndote, siempre terminaba encontrándote en segundos.

—Eso es porque siempre hacía ruido a propósito, para que no te aburrieras —mentí, pero ella se rió.

—Seguro. Lo que digas, Montenegro.

Había algo diferente en ella en ese momento. Algo que me recordaba a la niña que solía ser. Por un breve instante, pude ver a través de la coraza que siempre llevaba puesta, y me di cuenta de que, quizás, detrás de toda esa arrogancia, todavía quedaba algo de la Rachely que una vez conocí.

Y por primera vez en mucho tiempo, no sentí la necesidad de discutir con ella. Solo la dejé estar.

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Vanesa Garcia
🥰🥰🥰
Vanesa Garcia
al fin lo aceptó 😌 que bueno que se relaje y deje de reprimir lo que siente!!.... gracias autora por tan bonitos capitulos 🤗😊
Vanesa Garcia
está bellísima la historia!! 🥰la empecé para guárdala en mi biblioteca y leerla cuando estuviera terminada, pero no pude parar de leerla, porque me enganchó muchísimo desde el primer capítulo que cortitos se me hicieron todos y de ahí me fui hasta este último y ahora a esperar la actualización🤷🏻‍♀️ojalá y no tarde mucho autora 😊
F10r: Gracias por leer trataré de que los capítulos sean mas largo.☺
total 1 replies
Vanesa Garcia
porque tan cortitos los capítulos autora?? no es justo 🥺
Vanesa Garcia
ay mujer 🤦🏻‍♀️y al ratito vas a andar llorando por Daniel porque no está en tu vida🙄
Vanesa Garcia
lo bueno que no está enamorada 😅
Vanesa Garcia
cómo todo buen hermano protegiendo lo que ama!! aunque me pregunto acaso ellos no pudieron tener hijos por eso quieren tanto a Rachely??
Vanesa Garcia
que bonitoo☺️😍
Vanesa Garcia
😂😂😂😂
Vanesa Garcia
auch eso dolió 🥺
Vanesa Garcia
😅😅😅😅
Vanesa Garcia
cabo su propia tumba con ese comentario 😂😂😂
Vanesa Garcia
ya decía yo que era muy raro que no te acordarás...por un momento pensé que la mamá se había dado cuenta y le había dicho algo de ella que el lo había desilucionado
Vanesa Garcia
no puedo creer que no la recuerde🤔
Vanesa Garcia
se ve que va a estar linda la historia!! 😃
Vanesa Garcia
me lo imaginé 🤭que bonitoo🥰
Ana Garcia
más....por favor 🙏
Yeni Martinez
Excelente
Celina Saucedo
Más capítulos por favor
Maria Isabel Duarte
Excelente
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