Los hijos menores de Luriel y Anahí deberán enfrentar el peso de sus decisiones, aunque eso signifique destrozar sus corazones para proteger a su gente. El amor tal vez, no pueda cambiarlo todo.
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Mi decisión
Ambas parejas recién casadas tenían sus cabañas preparadas para su noche de bodas. Las habían acondicionado con todo lo que podrían necesitar, incluyendo ropas sexys para las novias que había sido un regalo de Ken para ambas.
Cuando había llegado a la casa unos días antes, los había abrazado a Karaí y a Guaci con tanta fuerza y por tanto tiempo que todos se preocuparon.
Por mi culpa casi desato una desgracia... – sollozaba
Tu nos has protegido toda nuestra vida... – le contestó Karai – no tienes la culpa por lo que pasó
Además, todo salió bien... – Guaci sonreía encantadoramente – tenías que haberlo visto a Iván cuando lo supo... lo tomó tan natural...
Yo estaba aterrado... – se entrometió Iván riendo – de pronto estaba mi suegro desnudo desangrándose... no es algo fácil de olvidar...
Ni que lo digas... – agregó Ken – ya vi tu costura... – no pudo evitar hacer un gesto de desaprobación con la boca – no sirves para cirujano estético, pero para emergencia te contrataría sin dudar
Nooo – negó con las manos – basta de medicina para mí... lo mío son las leyes... y esta bella mujer... – le sonreía a Guaci
Eres muy inteligente... – y susurrándole en el oído a Guaci agregó – y muy lindo... ¿Dónde lo encostraste?
Lo acosé en un bar... – dijo susurrándole también – lo desnudé a los pocos minutos de conocerlo...
¿Segura que no eres mi hija...? – le contestó riendo – eres salvaje “mi gatita”
Éramos tus hijos... – Karai no dejaba de reír también – y renunciaste...
Ustedes me cambiaron por ese grandulón... – señalaba a Luriel que los contemplaba abrazando a Anahí con dulzura – perdí a mi mujer y a mis hijos en un abrir y cerrar de ojos – se hacia el ofendido –
Pero ganaste una familia completa...- la voz de Mario resonó mientras que entraba acompañando del brazo a Antonio y lo vio asentir emocionado – además somos los 3 únicos hombres que hemos visto al famoso Cacique Luriel desnudo... – vio como su yerno se avergonzaba completamente ante la risa de todos – eso nos hace especiales en esta tierra...
Perdón... pero ahora somos 4 los que lo hemos visto así... – dijo Iván riéndose y haciéndole señas a Luriel que no se enojara.
Sigan avergonzando a mi marido – amenazó Anahí – y les hecho una maldición para que no tengan nunca más una erección... ¡y saben que soy muy efectiva!
Mi Karai no dijo nada... – saltó a defenderlo Camila y recién entonces Ken la vio
Muy bella y valiente para enfrentar a la bruja de su suegra – le asintió a Karai como gesto de aprobación - ¿Por qué hay tantas bellas mujeres en esta tierra?
Heyyy – reclamó Mario – los hombres también somos muy bellos...
Ustedes van a ser siempre los más bellos de todos – dijo Guaci mientras que abrazaba emocionada a Antonio – gracias por venir abuelito... sé que no es fácil
Vendría arrastrándome por cualquiera de ustedes... – les señaló un sillón donde quería que lo sentaran – pensé que no llegaría a conocer a mis tataranietos... pero ahora voy a hacer un esfuerzo por esperarlos...
Tienes que venir a vivir al pueblo... – dijo Anahí acercándose también a abrazarlo – así podemos cuidarte...
Tengo que cuidar a Pitá... – dijo rechazando la propuesta – con Raúl nos hacemos buena compañía... Ken siempre me visita... pero no me vendría mal que mis bisnietos me visitaran más seguido...
¿Y qué pasa conmigo...? – reclamó Anahí – yo soy tu única nieta... y no dices que me extrañas...
Yo sería inmensamente feliz si fueran todos a vivir conmigo... – dijo riendo – hay espacio suficiente... pero entiendo que no lo puedan hacer... así que los voy disfrutando uno a uno cuando van a estudiar...
No quiero competencia... – dijo Pitá que hasta ese momento no había hablado – me toca ser el mimado... porque acá todos me ignoran...
Pues vamos a tener que reforzar la seguridad en la casa – dijo riendo Antonio – las jovencitas se van a trepar por los muros...
¿Qué quieres decir abuelo...? – dijo Karai riendo - ¿yo soy feo? Porque nunca acosaron tu casa por mí...
Porque tu fuiste siempre cortante – dijo Guaci y mirando a Camila agregó – te fue fiel desde antes de conocerte... – y volviéndose a mirar a su hermanito agregó – pero Pitá es todo lo contrario a Karai... tiene debilidad por las jóvenes bellas...
¿Te vas a cortar el cabello? – le preguntó curioso Ken mientras lo abrazaba con cariño –
No... – dijo fuerte – soy indígena... y en esta familia estamos orgullosos de serlo...
El silencio se hizo profundo. Irupé y Luriel lo miraron emocionados. Tenía un orgullo que sus hermanos no habían tenido, amaban a su gente, amaban a la aldea, pero Pitá irradiaba algo ancestral, tal vez fuera su cuerpo tan trabajado y tan parecido a Luriel en todo.
¿Qué elegiste para estudiar? – Antonio lo miraba asombrado
Administración y economía – dijo serio – necesito aprender a administrar y hacer que la aldea sobreviva al avance de este mundo tan competitivo...
Muy buena elección – dijo Mario orgulloso – salud está cubierta con tus hermanos, educación y seguridad con los nuevos integrantes de la familia...
Como cacique tendrás que hacerte cargo también de mantener las tradiciones... – dijo Irupé emocionada – y con Itatí estoy segura que vamos a tener una buena sustituta de Amambay...
No quiero una Amambay para mí... – dijo Pitá – la adoro, pero no quiero alguien sumisa como ella – miró a su madre – yo quiero exactamente una guerrera como la Anahí y la Irupé de las leyendas...
Pues todos están consiguiendo lo que quieren... – dijo Luriel sonriendo – Guaci consiguió alguien que la proteja... – la vio sonreír emocionada – Karai consiguió una mujer admirable que lo compre – rieron todos y el asentía – y tu Kerana es más que una guerrera... es una diosa que desató todas las plagas sin quererlo.
Es Itatí papá... – le recriminó – nadie en su sano juicio se casaría con una Kerana
Pues yo siempre amé a una bruja roja...- dijo riendo – y tu abuela a un demonio de fuego... somos raros...
Pero fueron correspondidos... – no pudo evitar un tono triste en su voz
Te doy la misma posibilidad que le voy a dar a ella... – le dijo avanzando hacia su hijo y poniéndole la mano en su hombro – si no quieres casarte con ella, solo dímelo y le ofreceré a su padre un convenio entre ambas aldeas como si fuéramos familia...
De todas maneras, necesito una esposa en la aldea... – sonrió tratando de poner humor a la tensión del momento – tal vez me ocurra como a ti y el amor de mi vida aparezca después...
O tal vez solo debas tratar de enamorar a tu prometida... – dijo Guací – ella te conoció distinto, eras alegre... – no pudo evitar mirar al resto de las mujeres buscando apoyo
Al “Pitá alegre” – dijo Pitá con pesar – lo engañaron...
No seas tan estricto... – siguió insistiendo Guaci a pesar que ninguna de las demás decían nada
¿Estricto? – se escandalizó – si papá no hubiera despertado, Karaí posiblemente se hubiera casado con ella para mantener la paz de las aldeas... ¿y la hubiéramos compartido entre los dos? ¿No querer traicionar a mi hermano me hace estricto?
Ella no sabía que eran hermanos... – dijo Camila con timidez
Pero sabía que yo no era su prometido... – respondió seco – ahora soy yo su prometido... ¿te parece bien que tenga romances con otro?
Se que ahora estas enojado – dijo Karai – pero los dos nos rechazábamos... nunca fue mi prometida...
Si eso es lo que sientes – dijo Anahí – no la puedes tomar como esposa... ambos son muy jóvenes... podrán encontrar otras parejas ... – miró a Luriel – habla con el padre de Itatí...
NO – Pitá se impuso – esa es mi decisión...
Entonces no la maltrates... – Anahí fue contundente – podrás ser el siguiente cacique... pero aún no lo eres... y tu padre te ha dado ejemplo de sobra como debe actuar un cacique para ser respetado y amado... y tu familia te ha enseñado como tratar a una mujer...
Ninguna de las mujeres que están ahora aquí – dijo mientras se dirigía a la puerta – hizo lo que ella me hizo a mi...