En el corazón de lo que alguna vez fue una ciudad vibrante, solo quedan sombras y ecos de una humanidad extinguida. Hace meses, un brote inexplicable convirtió a la población en una horda de seres desalmados, impulsados únicamente por un insaciable deseo de cazar a los pocos sobrevivientes.
Las calles, antes llenas de vida, ahora son un laberinto de ruinas, donde los edificios se inclinan bajo el peso del tiempo y del silencio. Los habitantes que quedan luchan por sobrevivir en un mundo donde la esperanza es un lujo y cada día podría ser el último.
Nadie sabe con certeza cómo comenzó el brote. Se rumorea sobre un experimento fallido, una maldición liberada, o un simple error humano que desató el caos. Lo único seguro es que la ciudad, que alguna vez simbolizó el progreso, ahora es un monumento a la desesperación y al fin de los tiempos.
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Entrar y Salir
Ambos estaban en modo de sigilo, la comunicación entre ellos se hacía a través de señas y palabras clave. Mientras Ethan vigilaba con atención a los rápidos que se movían delante de ellos, Lia aprovechó el momento para hacer un comentario irónico que solo él entendería.
...—¿Sabías que mi plan era convertirme en una diseñadora de moda antes de todo esto? —murmuró Lia con una sonrisa traviesa, mientras apuntaba con precisión a un rápido que se movía demasiado cerca de su posición....
El cabello azul de Lia, iluminado por la tenue luz de su linterna, parecía casi brillar con intensidad, como si estuviera desafiando la oscuridad misma.
^^^Ethan levantó una ceja, sin dejar de observar el panorama. —¿Y cómo eso nos ayudaría ahora? —preguntó, su tono grave y sin rastro de humor.^^^
—Oh, vamos, Ethan. No me digas que no ves el potencial aquí. Los rápidos podrían ser la nueva moda: ¡un poco de sangre, un poco de caos! —Lia bromeó, mientras se movía con agilidad para ajustar su posición.
^^^—Claro, como el desfile de la apocalipsis. —Ethan asintió, aunque una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. —Espero que no esperes que diseñe un modelo de vestido de protección para esta noche.^^^
—Quizás un chaleco antibalas a la moda. —Lia rió suavemente y luego hizo una señal con la mano, indicándole a Ethan que se moviera hacia la entrada del hospital.
^^^—Vamos, "diseñador de moda", necesitamos esos recursos y no podemos quedarnos aquí conversando sobre tendencias.^^^
Con una precisión casi coreográfica, los dos avanzaron con una combinación de movimientos silenciosos y gestos entendidos únicamente entre ellos. Lia mantuvo su sentido del humor afilado mientras Ethan, con su expresión imperturbable, se ocupaba de la vigilancia.
^^^El interior del hospital era un laberinto de sombras y desolación. La oscuridad predominaba, con las luces de emergencia parpadeando esporádicamente, creando una atmósfera de inquietante penumbra. El aire estaba cargado con un olor nauseabundo, una mezcla de sangre coagulada, descomposición y la acritud del moho.^^^
^^^ Las paredes, alguna vez blancas, estaban ahora salpicadas de manchas secas y rojas, con grafitis de desesperación y rastros de manos ensangrentadas. ^^^
Gritos lejanos resonaban en los pasillos, ecos desgarradores de dolor y furia que se mezclaban con el sonido de pasos arrastrados y el constante crujir de escombros.
De vez en cuando, se escuchaban ruidos de objetos cayendo, probablemente arrastrados por los rápidos en su frenética búsqueda de comida. El suelo estaba cubierto de escombros, papeles esparcidos y partes de equipos médicos destrozados. Algunos frascos rotos y jeringas dispersas creaban un campo de peligro adicional.
^^^ Lia y Ethan, moviéndose con la máxima precaución, se separaron para cubrir más terreno en busca de los analgésicos que tanto necesitaban.^^^
^^^ La decisión de separarse era arriesgada, pero era una cuestión de eficiencia en un lugar tan vasto. ^^^
^^^Lia avanzó hacia el fondo del hospital, donde esperaba encontrar una farmacia o algún lugar donde pudiera haber suministros médicos. Su camino la llevó a través de un pasillo que parecía más una zona de guerra que un área de recuperación.^^^
El suelo estaba salpicado de manchas de sangre, y la pared estaba decorada con marcas de rasguños y manchas que indicaban una lucha desesperada. Los armarios y estantes estaban volcados, con medicamentos y frascos esparcidos por todas partes.
^^^En uno de los rincones, encontró una pequeña farmacia, aunque el acceso a la sala estaba bloqueado por una puerta rota. Con habilidad, Lia logró abrir la puerta, revelando una escena que no era menos perturbadora: frascos rotos y etiquetas desgarradas estaban esparcidos por el suelo. A pesar del caos, Lia comenzó a recoger lo que parecía útil: frascos de analgésicos, antibióticos y cualquier cosa que pudiera servir en una emergencia. La incertidumbre era una constante, pero su mirada entrenada buscaba lo esencial en medio del desastre.^^^
Sin embargo, no estaba sola. Entre las sombras y el caos, Lia percibió la presencia de otras personas. Un grupo de supervivientes, claramente afectados por la desesperación, se había refugiado en el hospital. Algunos parecían estar organizando sus propios intentos de buscar suministros, mientras que otros estaban en un estado de evidente angustia.
La tensión era palpable; la necesidad de recursos y la inseguridad se reflejaban en sus miradas y movimientos nerviosos. Mientras tanto, Ethan se dirigió al pasillo derecho, que lo llevó hacia las puertas de emergencia. La entrada a esta área estaba medio destruida, con las puertas parcialmente abiertas y una pila de escombros bloqueando parcialmente el paso.
Los pisos estaban cubiertos de escombros y sangre, y las paredes estaban marcadas con arañazos profundos y manchas oscuras.
^^^El pasillo estaba en un estado de caos absoluto:^^^
^^^ equipos médicos destrozados, bolsas de sangre derramadas y sillas rotas estaban esparcidos por el suelo.^^^
Los gritos y pisadas que se escuchaban a lo lejos lo mantenían alerta, y su enfoque era metódico mientras revisaba los armarios y gavetas en busca de suministros críticos.
Etham, al encontrar un rincón seguro detrás de una mesa volcada, miraba con atención lo que sucedía a unos metros. Los ecos de los rugidos de los rápidos reverberaban por el hospital, y la desesperada lucha entre los combatientes y las criaturas se desarrollaba en un caos casi dantesco.
^^^Uno de los combatientes, un hombre robusto con una chaqueta de cuero rasgada, intentaba usar una barra de metal como un improvisado garrote. Cada golpe que daba a los rápidos era recibido con una ferocidad aún mayor por parte de las criaturas. Aun así, él no podía evitar sonreír irónicamente mientras pensaba: "Claro, esto es justo lo que necesitaba, un desfile de monstruos para acompañar mi almuerzo".^^^
La mujer que luchaba junto a él, de complexión delgada y con el rostro marcado por la tensión, disparaba una pistola con una precisión envidiable. "¡Justo lo que necesitamos! Más compañía," gritó, mientras recargaba rápidamente.
... Sus disparos eran certeros, y cada vez que acertaba en un rápido, se notaba su frustración mezclada con un toque de sarcasmo. "No puedo esperar a contarles a mis amigos sobre este evento exclusivo," murmuraba entre disparo y disparo....
^^^Los rápidos, sin embargo, no compartían el sentido del humor. Uno de ellos se lanzó hacia el hombre con la barra de metal, que apenas pudo desviar el ataque. "¡Qué amables! Ahora tenemos hasta catering," bromeó el hombre mientras intentaba repeler al monstruo. ^^^
