Lilith, que trabaja en un club exclusivo como mesera, un día llama la atención de un cliente muy importante, ¿qué pasará ahora?
NovelToon tiene autorización de Hada Celestial para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 20
La señora Laura, paso de una silla a un sofá después de algunas horas, se veía muy agotada, supongo que tiene que hacer este trabajo, es lamentable que la vida sea así, constantemente se tenga que hacer cosas que no se quieren hacer o aceptar cosas que no se deberían aceptar.
Era de día, lo podía saber con el ambiente, una enfermera entro a la habitación, la señora Laura se había dormido en el sofá, así que la mujer no hizo casi ruido, sé cómo al lado de mi cama, con una bandeja, que tenían unas inyecciones adentro, puso la bandeja en una mesita al lado de la cama, y me comenzó a hablar en voz baja.
— ¿Cómo te sientes?
— Bien.
— ¿Te duele en alguna parte?, me siguió preguntando.
— No siento nada.
Era verdad, ese dolor horrible que tuve en el Club no lo siento, a penas tengo unas molestias, paro nada de dolor.
— Te pondré estás inyecciones, una es hierro, otra es un analgésico, y también tiene una dosis de somníferos para que descanses, así te podrás recuperar más rápido.
— Gracias. Le dije, todavía con voz débil.
Tomo las inyecciones una por una, y las vertió despacio en la vía intravenosa, después que puso la última, recogió sus cosas y salió despacio de la habitación, por suerte la señora Laura no se despertó.
Mis ojos se comenzaron a cerrar lentamente hasta que no pude más y me dormí.
Cuando me desperté la habitación está oscura, pero había un olor muy familiar, era humo de cigarro, abrí los ojos, y solo podía ver un pequeño punto rojo que se movía, y ese uno asqueroso me hizo toser.
Entonces la luce se entendió, era muy brillante así que tuve que taparme los ojos por un momento, de a poco, los fui abriendo hasta que pude ver todo bien.
Mire a mi alrededor hasta que me di cuenta, de que la señora Laura no estaba, y que ese hombre estaba sentado en la silla frente a mi cama fumando un puro, como si el hospital fuera su asqueroso Club.
— Por fin te despertaste. Me dijo visiblemente irritado.
Le di una muy mala mirada, no pude controlar mis expresiones faciales, mi odio por él, era visible a través de mis ojos, mi mirada lo decía todo.
Se paró de la silla con el puro en la mano, se colocó al lado de mi cama, me agarró la mandíbula con una de sus manos, apretándome la cara, le dio una fumada al puro, y vertió el humo en mi boca.
Comencé a toser, y así dure un rato, pero no me soltó la cara, después que deje de toser, me dio un beso amargo, no tenía fuerza ni para morderlo así que me quedé como muerta, sin ninguna reacción.
Se alejó, y se volvió a sentar en la silla, puso el puro en un cenicero que no sé dé dónde salió, y tranquilamente comenzó a decirme.
— No importa si me odias a muerte, todavía tienes que cumplir con el contrato, además te enseñaré paso a paso, el valor de la obediencia, si hubieras sido una chica obediente nada de esto hubiera pasado.
Que repugnante, todavía cree que voy a someterme, no lo haré, y no voy a morir tampoco, por qué tres meses no es una vida, ¿por qué está aquí?, ¿por qué no se fue al club con Susan?, en vez de estar aquí, intentando manipular mi voluntad atrás del miedo.
— En el contrato habla del cuerpo, en ningún lugar dice, que tengo que someter mi voluntad.
Se comenzó a reír, como si un chiste muy bueno acababa de escuchar, se volvió a parar, y me agarró la cabeza.
— La mente y el cuerpo están unidos, yo no pensaba que tenía que comprarlas por separado, si es así, ¿cuánto quieres?
¡Maldito!, esto no es un asunto de dinero, tampoco es que quiero más, es mantener algo de dignidad para mí misma, no pienso vender mi voluntad, aunque me diera toda su fortaleza.
— No la quiero vender, yo solo voy a cumplir con el cuerpo, pero mi mente no está en venta.
Me soltó la cabeza, se volvió a sentar en la silla, su sonrisa se extinguió como una vela, y su malhumor regreso, no entiendo por qué pone tanto esfuerzo en mí, sin a su alrededor tiene miles de mujeres distintas a lo que sea, pero él quiere torturarme hasta la muerte.
— Entre más me retes, peores serán las cosas para ti, te lo dije desde el principio, yo no soy un príncipe azul, no soy un caballo en armadura, ni el salvador de mujeres en necesidad, soy un hombre egoísta que usa lo que tiene para obtener lo que quiere.
No es solo un hombre egoísta, es una bestia con ropa, detrás de esa cara y ese cuerpo, tiene un animal salvaje y despiadado, lo demostró a noche, que es capaz de hacer cualquier cosa, si sus deseos no son cumplidos.
— No me mires así, que me molesta, además, todavía quedan muchos días para que me tengas que ver, si todos quieres que todo lo que deseas se cumpla aprende a obedecer.
— ¿Es una amenaza?, le pregunté.
Él se rio, eso quiere decir, que él puede detener la operación de la abuela, ¿eso es lo que quiere decir?, ¿qué clase de monstruo es este hombre?, pero si se atreve a tocar a mi abuela, no lo dejaré vivir.
— Nunca voy a matar a nadie, deja de pensar tonterías, mi negocio es conmigo, lo máximo que puedo hacerte es encerrarte por los próximos 3 meses, para que te vuelvas loca de la angustia de no saber, como está tu abuelita, ¿te gustaría eso?
— No, le respondí automáticamente.
Él sabe que botones tocar, mientas me deje ir a la cirugía, fingiré que le obedezco, estoy convaleciente no es mucho lo que él puede hacer contigo, quiero repetirme a mi misma que esto vale la pena, y que no me arrepiento de nada, pero cada vez es más difícil convencerme de eso.