En un futuro cercano, un grupo de humanos descubre que la realidad que conocen es una simulación creada por una civilización alienígena avanzada. A medida que luchan por romper con esta ilusión, se enfrentarán a horrores inimaginables, revelaciones sorprendentes y dilemas morales que pondrán a prueba su humanidad. El amor florecerá en medio del caos, mientras todos ellos luchan por su libertad.
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Capítulo 3: La Revelación
Ethan se encontraba en el cuartel general de "Los Verdaderos", rodeado de pantallas parpadeantes y murmullos de conspiración. La energía en el aire era palpable, y su corazón latía con fuerza, no solo por la emoción de ser parte de algo más grande, sino también por la inquietante revelación que había escuchado esa noche. Mientras Lena le mostraba cómo utilizar las herramientas de hacking, un grupo de miembros se reunió en torno a una mesa, sus rostros serios y concentrados.
—Escuchen, todos —dijo Marco, el experto en ciberseguridad, interrumpiendo el murmullo—. Hemos descubierto algo que cambia las reglas del juego. La Tierra no es lo que creemos. Es una simulación creada por extraterrestres para estudiar a la humanidad.
Ethan sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Miró a Lena, quien mantenía una expresión de asombro y determinación. La idea era tan absurda como aterradora, pero había algo en la forma en que Marco lo decía que lo hacía parecer real.
—¿Cómo es posible? —preguntó clara, la especialista en redes sociales, con incredulidad en su voz.
—Utilizan computadoras cuánticas para manipular la realidad —continuó Marco—. Cada vez que intentamos descubrir la verdad, ellos ajustan la simulación para mantenernos en la oscuridad.
Ethan se sintió abrumado. La idea de que su vida, sus decisiones, todo lo que conocía, pudiera ser parte de un experimento alienígena era difícil de procesar. Sin embargo, había algo más que lo inquietaba: el líder del grupo, un hombre llamado David, había desaparecido. Marco continuó hablando, pero Ethan no podía dejar de pensar en eso.
—David ha estado investigando esta teoría durante meses —dijo Marco, su voz llena de preocupación—. Pero hace tres días, dejó de comunicarse. Creemos que ha sido capturado por los alienígenas.
Lena se giró hacia Ethan, sus ojos brillando con determinación. —Tenemos que encontrarlo. Si David tiene información sobre cómo funcionan las computadoras cuánticas, podría ser nuestra única oportunidad de entender cómo salir de esta simulación.
Ethan sintió un escalofrío recorrer su espalda. La idea de enfrentarse a extraterrestres era aterradora, pero también sabía que no podían dejar a David atrás. —¿Cómo planeamos rescatarlo? —preguntó, su voz firme.
—Necesitamos un plan —respondió Marco—. He estado rastreando señales inusuales en la red. Creo que hay un lugar donde podrían tenerlo. Es un antiguo laboratorio de investigación, abandonado desde hace años, pero parece que ha sido reactivado.
Lena asintió, su mirada fija en Ethan. —Tú has aprendido rápido. Necesitamos que uses tus habilidades para infiltrarte en el sistema de seguridad del laboratorio. Si podemos acceder a sus cámaras, podremos ver si David está allí y cómo podemos sacarlo.
Ethan sintió una mezcla de miedo y emoción. Era un desafío monumental, pero la idea de rescatar a David lo llenaba de determinación. —Estoy dentro. ¿Cuándo partimos?
—Mañana al amanecer —dijo Marco—. Necesitamos prepararnos y asegurarnos de que tenemos todo lo que necesitamos. Este no será un paseo por el parque.
Ethan pasó la noche revisando los planes y preparándose mentalmente para la misión. Mientras trabajaba junto a Lena, la conexión entre ellos se hacía más fuerte. Ella le enseñó a usar herramientas de hacking más avanzadas, y cada vez que sus manos se rozaban, una chispa de energía recorría su cuerpo.
—Ethan, tienes un talento natural para esto —dijo Lena, sonriendo mientras revisaban los esquemas del laboratorio—. Estoy segura de que serás una gran adición al equipo.
—Gracias, Lena. No podría hacerlo sin tu ayuda —respondió él, sintiendo que su corazón latía más rápido.
La noche pasó rápidamente, y antes de que se dieran cuenta, el amanecer llegó. El grupo se reunió en el cuartel general, listos para partir. Marco revisó el equipo y les explicó el plan.
—Nos dividiremos en dos grupos. Uno se encargará de distraer a la seguridad mientras el otro se infiltra en el laboratorio. Ethan, tú irás con Lena. Ella te guiará a través del sistema de seguridad.
Ethan asintió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción. Sabía que era un momento crucial, no solo para él, sino para todos los que luchaban contra el sistema opresor.
El viaje hacia el laboratorio fue tenso. Mientras se acercaban, Ethan no podía evitar pensar en David y en lo que podría estar pasando. ¿Estaría bien? ¿Tendría alguna forma de comunicarse con ellos? La incertidumbre lo consumía.
Al llegar al laboratorio, el grupo se dividió. Ethan y Lena se deslizaron por la entrada trasera, evitando las cámaras de seguridad. El corazón de Ethan latía con fuerza mientras Lena lo guiaba a través de los pasillos oscuros.
—Aquí es donde deberías poder acceder al sistema —dijo Lena, señalando una puerta con un panel de control—. Necesito que hackees esto para que podamos ver las cámaras.
Ethan se acercó al panel, sintiendo la presión del momento. Con manos temblorosas, comenzó a trabajar, recordando todo lo que Lena le había enseñado. La pantalla parpadeó y, finalmente, logró acceder al sistema.
Las cámaras se encendieron, mostrando imágenes de los pasillos del laboratorio. Ethan sintió un nudo en el estómago al ver a David, sentado en una silla, con una expresión de preocupación en su rostro.
—¡Lo tenemos! —exclamó Lena, su voz llena de alivio—. Ahora necesitamos un plan para sacarlo de ahí.
Ethan sabía que el tiempo era esencial. Con la información que habían obtenido, estaban un paso más cerca de rescatar a David y descubrir la verdad sobre la simulación. Pero también sabían que el verdadero desafío apenas comenzaba. La lucha por la libertad y la verdad estaba en sus manos, y estaban listos para enfrentarse a lo desconocido.