Juzgar a los personajes de una novela barata fue tan fácil, esto es Karma. Ahora soy la chica ridícula que se aferra al protagonista sólo para ser despreciada, ni en broma, afortunadamente la trama no empieza. Me salgo del guión, palabra de honor.
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Vigilada
Amarilis caminaba feliz hacia la habitación de Sol. Hoy era el día en que se expondrían los resultados de los exámenes y las clases ganadoras para la excursión. Entró sin tocar a la puerta, como ya era costumbre todos los días, con una sonrisa radiante que se le congeló inmediatamente en la cara.
- Sol por Dios qué tienes?
Sol sin decir nada se le abrazó al cuello y comenzó a llorar a mares 😭. Amarilis asustada la hizo sentar en la cama y corrió a buscarle un vaso con agua, por suerte para cuando los chicos llegaron a recogerlas para ir a desayunar Sol se encontraba en el baño refrescándose la cara y Amarilis los echó de allí con su habitual desparpajo, diciéndoles que les trajeran algo del comedor que hoy tenían asuntos de mujeres. Gabriel como siempre preguntó cuál eran esos temas y ella para callarlo le espetó que Sol había caído con el período. Le dio risa lo rápido que los chicos se marcharon totalmente ruborizados y sin pronunciar ni una palabra más.
Para cuando Sol salió del baño ya estaba más calmada.
- Cuéntame qué te pasa, he ahuyentado a los chicos por un buen rato, así que por eso no te preocupes.
- Me pasa tu ex prometido y el Secretario, eso me pasa.
- No me digas que te has enamorado de esos dos y no sabes a cuál escoger.
- No, para con eso, no es... - Sol volvió a poner cara de puchero.
- Ah, no, no, nada de eso a ver respira conmigo, así ves. Sol si no quieres contarme no tienes que hacerlo, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Eres la única amiga que tengo en la vida y sé que soy una pesada imprudente que no me callo y a veces quieres asesinarme, pero te quiero sinceramente. ¿Lo sabes no?
Sol, conmovida por las palabras de Amarilis, comenzó a explicarle que esa mañana temprano había ido a la biblioteca a buscar información sobre materiales de construcción que pudieran usarse en el proyecto de su baño, cuando trató de alcanzar los libros que necesitaba no pudo y fue en ese momento que todo se volvió una locura.
- Rafael me había seguido y me acorraló contra la estantería creí que iba a besarme y en eso intervino el Secretario que apareció de saber dónde, y yo ahí en medio de todo sin poder ni hablar del susto, por Dios qué vergüenza, en ese momento yo era como tierra trágame y escúpeme en otro lugar.
- Pero ese cretino qué le pasa. Menos mal que no me casé con él. Sabes que esto no lo puede saber tu hermano o entonces sí que se acaba el mundo, no.
- Lo sé, pero qué hago Amarilis.
- Nada, no vas a hacer nada, yo me voy a mantener a tu lado todo el tiempo y no voy a permitir que Rafael se te acerque ni con el pensamiento a no ser que tú quieras.
Las chicas se quedaron calladas un momento organizando las ideas. Amarilis le dijo a Sol de pronto.
- Sabes Sol, es tan extraño el comportamiento de Rafael, aunque fue mi prometido por cinco años y no lo conozco, te puedo asegurar que las pocas veces que nos vimos él no era así. Oigo a las chicas de la escuela hablar de lo considerado y amable que es, pero contigo y conmigo es tan diferente y no es que me importe, pero piensa, no es raro que nos odie a nosotras que nunca le hemos hecho nada. Las que deberíamos estar resentidas seríamos nosotras, a mí me dejó y si no fuera por esta escuela habría terminado en un convento o casada con algún hombre que necesitara subir de posición, en cuanto a ti, te ha hecho cosas imperdonables sin conocerte. Realmente no entiendo nada.
Sol sintió renacer con fuerza sus dudas sobre el protagonista masculino, pero ahora ni por todo el oro del mundo se atrevería a preguntarle nada; de hecho, no quería ni verlo.
Cael después de castigar a Rafael, dejándolo encerrado en su oficina, le indicó a su asistente que no lo dejara salir, ni a comer, hasta que no terminara con su castigo, el cual consistió en que escribiera a mano, tres mil quinientas cincuenta y una invitaciones formales, para la reunión de padres que se realizaría al cierre del semestre.
Una vez resuelta la cuestión de la sanción, Cael se había pasado la mañana vigilando el cuarto de Sol, pero la chica no salió de la habitación hasta la hora de almuerzo y lo hizo acompañada de su séquito de siempre, que no se le despegó por el resto del día. Cael se sentía mortificado y muy, pero que muyyy celoso desde los sucesos de la biblioteca. Quería hablar con ella y pedir explicaciones, pero sus molestos amigos hoy parecían pegados a su sombra.
Cuando esa mañana Cael vio a Sol entre los brazos de Rafael, su primer instinto fue homicida, algo en él se rompió por allá adentro para siempre y sin remedio. Una ira incontrolable 😡 lo poseyó, lo primero era separar a Rafael de su Sol. Ya no podía mentirse a sí mismo, quería a esa mujer solo para él y ahora estaba dispuesto a entrar en el juego.
Amarilis por su parte estaba decidida a vigilar a Sol para que no le pasara nada. Era la primera vez que tenía una amiga y no estaba dispuesta a permitir que nada ni nadie la perturbara. Para Amarilis ir a esa escuela había sido el milagro que pidió. Conocer a Sol y luchar por su amistad fue un impulso al principio, pues por chismes y cuchicheos se enteró de lo que su ex había hecho a esa chica y sentía una enorme curiosidad de saber quién era; pero eso fue al principio porque ahora la situación era diferente, Sol era su amiga y mataría a ese desgraciado de su ex por hacerle eso. Ella sabía bien que Sol no provocaba a Rafael en ningún sentido, es más, había notado todo lo contrario. Su amiga parecía tenerle verdadera adversión.
Finalmente, después de almuerzo habían publicado los esperados resultados de los exámenes y la selección de las afortunadas clases elegidas por sus altísimos resultados alcanzados. Las clases Primero A, Primero B, Segundo C y tercero A irían de excursión una semana a las Ruinas de la Luna en el Reino Abner.
Gabriel, Saulo, Amarilis y Sol se habían ido a celebrar el resultado de su empeño con el resto de la clase, cerca del lago, por lo que quedaba de la tarde. En ningún momento Amarilis se despegó de Sol, como de dragón cuidado oro la vigilaba, al mismo tiempo que buscaba con la mirada a cierto ex, pero no vio ni un pelo de este, no obstante no bajó la guardia hasta que llegó el horario de comida, después cada quien se fue a dormir con miles de planes y espectativas en ese viaje que tanto esfuerzo les había costado.