Haneul lleva años lidiando con su smor no correspondido hacia Dongho, un alfa su mejor amigo. Haneul está harto de que Dongho no pueda corresponder sus sentimientos por esa relación fraternal que han desarrollado desde pequeños, así que en un esfuerzo por superar y olvidar su amor no correspondido, renuncia a su trabajo y a su amor.
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Él
Después de un par de horas en el bar, la energía en el grupo era palpable y la idea de ir a una disco empezó a tomar forma. La idea de moverme al ritmo de la música me emocionaba, así que acepté de inmediato. La música electrónica vibraba en el aire mientras entrábamos al club, y las luces parpadeantes creaban un ambiente electrizante.
Una vez dentro, la atmósfera cambió por completo. La música era más intensa, y el ritmo me envolvía, haciéndome sentir más libre y menos atado a mis pensamientos. Comencé a bailar junto a mis amigos, dejándome llevar por el pulso de la música, sintiendo cómo la energía me invadía. Mis preocupaciones se desvanecieron mientras me movía, disfrutando de la compañía de los que estaban a mi alrededor.
Fue en medio de esa euforia cuando lo vi, un alfa guapo, con una sonrisa encantadora y un aura que lo hacía destacar entre la multitud. Se acercó con confianza, sus ojos brillando con interés.
-Hola, soy Kyungsoo.- Se presentó, inclinando ligeramente la cabeza, mientras su mirada no se apartaba de mí.
-Haneul.- Respondí, intentando sonar despreocupado, aunque el corazón me latía más rápido de lo normal.
-Te ves genial bailando.- Su voz tenía un tono seductor, y no pude evitar sonrojarme un poco. La atención que me brindaba era poco común para mí, especialmente viniendo de un alfa.
-Gracias.- Dije, tratando de mantener la calma mientras sonreía de vuelta. No podía evitar sentirme halagado, después de todo, recibir un piropo de un alfa era algo que no experimentaba con frecuencia.
Kyungsoo se acercó un poco más, su tono de voz bajo y juguetón mientras continuaba coqueteando.
-¿Te gustaría bailar conmigo?- Preguntó, extendiendo su mano hacia mí.
No sabía exactamente qué me pasaba, pero en ese momento, decidí dejarme llevar. Acepté su mano, y pronto me encontré bailando junto a él, moviéndome al ritmo de la música, disfrutando de cada instante.
El ambiente estaba cargado de energía y libertad. Cada giro, cada paso que daba junto a él me hacía sentir más ligero. La atención que me prestaba era refrescante, y aunque una parte de mí aún pensaba en Dongho, decidí silenciar esos pensamientos, al menos por un rato.
Bailamos así por un buen tiempo, y a medida que la música se intensificaba, la química entre nosotros parecía crecer. La risa y el coqueteo fluyeron naturalmente, y me sentí vivo, casi olvidando la confusión que había marcado mis días anteriores.
Era una experiencia nueva y emocionante, y, por un momento, me dejé llevar completamente, disfrutando de lo que la noche tenía para ofrecer.
Mientras Kyungsoo y yo continuábamos en nuestra burbuja de diversión, cada vez más alejados del bullicio de la disco, la química entre nosotros se volvía innegable. La música todavía resonaba en mis oídos, pero todo lo que podía pensar era en la emoción de esta nueva conexión. Finalmente, me armé de valor y, en un arranque de valentía, le hice la invitación.
-¿Te gustaría venir a mi departamento?- Pregunté, sintiendo cómo el rubor se apoderaba de mis mejillas.
Kyungsoo sonrió, esa sonrisa que me había cautivado desde el primer momento.
-Claro, suena bien.- Respondió, y no pude evitar sonreír de vuelta, sintiendo una mezcla de emoción y nervios.
Tomamos un taxi hacia mi edificio, y el trayecto estuvo lleno de risas y coqueteos. La idea de pasar más tiempo juntos me hacía sentir eufórico, sin embargo, esa emoción se desvaneció abruptamente en el momento en que bajamos del taxi y caminamos hacia las escaleras que conducían a mi departamento.