Nerea, luego de terminar con una relación por más de diez años, se ve en la obligación de buscar otro prometido antes de que su familia se entere que ya no se va a casar.
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capítulo 8
Mientras me encontraba trabajando en la presentación del proyecto, varios colegas se acercaron a mi oficina para observarme, no entendía cuál era su curiosidad. Seguí trabajando aun con la presión constante de ser observada, hasta que decidí ir al baño. Cuando ingrese estuve por unos minutos sola, pero pronto un grupo de mujeres ingreso y las escuche hablar.
— Vieron, no estaba...
— Seguramente fue con el hijo del CEO a ver que está haciendo él. — Sé notaba el tono de burla en su voz y pronto las otras agregaron.
— La verdad es que no siento pena por ella, siempre se creyó más que todas aquí. Me puse feliz cuando me enteré de que su prometido la estaba engañando y ella aún creyendo que su relación era perfecta.
— No seas mala Linda, no debes alegrarte de las desgracias ajenas.
— Pero es verdad, aun así no entiendo como fue que consiguió atrapar al arquitecto.
— Supe que el presidente envió a su secretaria a investigar desde cuando es que ellos están saliendo.
— ¿De verdad? Entonces si el presidente ya sabe sobre ellos, seguramente van muy enserió.
— Imposible Marcia, el hijo del CEO es un depredador, en cuanto se canse de ella la botara como hizo con muchas aquí.
— No lo sé, en Cancún se veían felices. Además ¿qué me dices del anillo que le dio? Si bien el arquitecto tuvo sus aventuras aquí, nunca pasaron de una noche... ni tampoco vi que les haya dado nada a ninguna de ellas. ¿O es que a ti te dio algo?
Abrí la puerta del baño ya no queriendo escucharlas más y al salir vi como todas me miraban en silencio. Lave mis manos y tomando una servilleta dije.
— Tranquilas chicas pueden seguir con su conversación, parecía ser muy entretenida. — Veo como todas me miran seriamente y agregó — Cuando quieran saber algo más sobre mi vida personal pueden tocar mi puerta, ya que todas están interesadas en saber "cómo fue que atrape al hijo del presidente". Tal vez les vendría bien algunos consejos así consiguen una vida y dejan de meterse en la vida de los demás.
Mi rostro se frunció y mirando mal a todas salí del baño con dirección a mi oficina nuevamente. Estaba furiosa, no podía creer lo que esas brujas estaban diciendo. Olvidándome de eso por un momento seguí con mi trabajo hasta que vi como Dylan tocaba la puerta de mi oficina e ingresaba para luego decir.
— Tienes un momento quería ver contigo algunos puntos de... — Veo que me observa y luego dice— ¿Sucede algo?
— Nada que no pueda resolver. Dime en que te ayudo.
Dylan guardo silencio por un momento y pronto ambos nos pusimos a trabajar en silencio. Ambos hacíamos buen equipo, él era un gran arquitecto y se notaba cuanta pasión y dedicación le ponía a su trabajo. Pronto la hora del almuerzo llegó y mirando su reloj preguntó.
— ¿No iras a almorzar?
– No, prefiero seguir trabajando. Ya cubrí la cuota de burlas, miraditas y habladurías por hoy.
Veo como sonríe y acercándose a mí, toma mi mano y me levanta de mi asiento.
— Vamos a comer...
— No Dylan, no quiero...
— Vamos... yo invito.
Salimos de la oficina tomada de la mano y en cuanto todos voltearon a vernos, Dylan los miró seriamente en forma de advertencia y ambos seguimos nuestro camino hasta el ascensor.
Al llegar varios empleados se dirigían también al bufé así que todos bajamos juntos, cuando salimos tomamos una bandeja y luego de tomar nuestra comida nos sentamos en una mesa ignorando a todos a nuestro alrededor.
— ¿Qué fue lo que te puso de mal humor?
— No lo sé, el saber que mis desgracias alegran a varias de mis compañeras no es algo fácil de escuchar.
— ¿Por qué lo dices?
— Cierto... tú aún no lo sabes. — Corto una porción de carne y mirándolo al rostro digo— Resulta que el motivo por el cual me dejaron es porque mientras yo organizaba mi boda con mi ex, él le estaba haciendo un hijo a la secretaria de vicepresidencia. Tal parece que todo el mundo lo sabía aquí y me andaban pobreteando desde hace mucho tiempo.
Veo como me mira en silencio y contesta.
– ¿Fue por eso que me besaste esa noche?
— Sí lo siento, sé que fue algo infantil, pero quería demostrarle a Mateo que lo que él hiciera con su vida ya no era mi problema.
— Entiendo, ¿y es eso lo que te molesta?
— No... me molesta que todos aquí estén hablando y creyendo que acabaré igual que como antes. Ya todas las mujercitas de aquí dicen que tú me vas a abandonar en cuanto te canses de mí.
Veo como sonríe y contesta.
— Bueno llegado el momento tú me dejas a mí y listo.
— No te burles, odio ser el centro de atención. Todo esto hiere mi orgullo. Pareciera que no importa lo buena arquitecta y compañera que he sido en todo este tiempo. Mi vida amorosa es la sensación aquí.
Veo como Dylan ríe y yo también lo hago. Agradecía poder contar con su amistad en este momento. Tal vez no éramos los mejores amigos, pero ambos éramos muy buenos compañeros.
Luego de terminar de comer, volvimos a mi oficina y tomado todos los planos y materialista nos dirigimos a la sala de juntas para exponer nuestro trabajo.
El equipo entero fue convocado y al llegar a la sala de juntas, tanto el señor Felipe, como su padre y el vicepresidente Miguel Montenegro, quien era el padre del primo de Dylan se encontraba allí. Pronto también llego el primo de Dylan y saludando a todos empezó él a exponer su proyecto.
El primo de Dylan se estaba encargando de un hotel en Los Ángeles y su propuesta también era muy buena. No quería tomar postura en esto, pero a pesar de los esfuerzos de Dylan en sobresalir, su primo también tenía mucho talento.
Luego de que él terminará de exponer su proyecto, dimos un paso al frente y mostrando exponiendo el nuestro Dylan tomó el mando y empezó a desarrollar. Cuando terminó dijo.
— Está idea no fue solo mía... Cuando las personas escuchan Cancún imaginan una pareja celebrando un aniversario de bodas o una luna de miel... tanto mi enfoque como el de la arquitecta Palmer fue enfocarnos en la familia. El confort y las comodidades del grupo familiar podían ser una razón de peso a la hora de buscar hoteles.
Veo como me mira y sonriendo algo apenada damos por terminada nuestro trabajo. Pronto los colegas nos retiramos y solo los ejecutivos quedan en la oficina discutiendo algunos detalles de las presentaciones.
Volví a mi oficina, ya que tenía que seguir trabajando, pero pronto vi algo que no quería ver. Mateo estaba hablando con la secretaria de vicepresidencia y ella al notar mi presencia se acercó más a él y tomándolo de la mano me miró fijamente. Seguí mi camino como si no hubiera visto nada, pero el verlos juntos me afecto más de lo que hubiera querido admitir.