Acompaña en los altos y bajos de la vida del príncipe Arlet y verás como la presión de sus responsabilidades le es cada vez más estresante. ¿podrá soportar? o se quebrará.
Descubre esto leyendo la historia.
¡Advertencia! está historia contiene homosexualidad y algunas relaciones en tríos, además de uno que otro capitulo subido de tono, si no te gusta no la leas, no lo reportes porque a alguien si le gusta 😉
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3.Huida y sacrificio.
Elián angustiado por el Príncipe le dice
-- Ya te dije, el poder que tienes no es suficiente para este hechizo y tendrás que pagar con algo equivalente para completar exitosamente y te..
Arlet alejó su mirada de la gente del Reino para ver a los ojos a su amigo y lo interrumpió diciendo:
--Soy consciente de ello y sé por dónde te diriges, no te voy a permitir que intentes ayudarme, para ello tendrías que quedar fuera del hechizo para no dañar su construcción, nunca te lo dije, pero solo quien lo lanza puede pagar el precio, además te necesito para cuidar de mis sobrinos.
Elián pudo ver el conflicto de emociones en los matices de los ojos del Príncipe, quién continuó diciendo.
--Está es una misión indispensable que solo puedo confiarte a ti, porque a diferencia de ellos, yo seré capaz de defenderme y conseguir escapar luego de activar el hechizo.
En el momento de esas últimas palabras el Príncipe, se sujetó de Elián con una mano para apoyarse, mientras que la otra se dirigía a su pecho donde recogía un puñado de su ropa, luego se podía ver como se deslizaban lágrimas por su rostro. Entonces alarmado por su expresión Elián le habla al Príncipe.
--¿Qué sucede, Príncipe? ¿Qué está mal?
Y este contesta con una voz ronca y diminuta.
--Es mi familia siento como están debilitándose y Elora acaba de morir.
Después se seca las lágrimas de sus ojos antes de ser vistas por alguien más, pues debe ser fuerte, ya habrá tiempo para llorar. Por lo que vuelve a ver a las personas reunidas en el salón, ya que son el único vestigio de su pueblo que hasta hace poco estaba esparcido por todo el mundo.
Elián respira hondo y se voltea al igual que el Príncipe; dejando escapar un suspiro tembloroso para luego dar paso a un rostro triste, cuando dijo:
--Se que una vez realizado el hechizo no te quedará magia alguna para defenderte y el pago equivalente por la cantidad de poder del cual careces para activar el complejo hechizo podría causar la pérdida de una parte de tu cuerpo, pues no se me ocurre otra manera de hacerlo en esta situación.
En la mente de Elián existía la firme determinación de no flaquear en esos momentos debido a que Arlet necesitaba el apoyo de alguien cercano, puesto que estaba perdiendo a su familia, a todo lo que conocía como un hogar hasta ahora y podía distinguir en sus ojos un profundo dolor.
Sin embargo Arlet le reiteró a su amigo.
-Te juro por mi familia y las vidas que ahora están en mis manos como el próximo Rey, que saldré con vida de está situación y nos volveremos a ver.
Todos en la gran sala eran consciente de que fuera de ella se estaba llevando la más atroz carnicería que podría existir debido a que la especie de Guardianes no tenía otro curso de acción que defenderse hasta agotar su magia y el poco poder físico que les quede, para luego ser desgarrados por un vampiro, hechicero, cambia-formas o alguna de las criaturas presentes que tienen la intención de acabar con todos.
El Príncipe Arlet Neach-cùraim sabía que había el doble de Guardianes residiendo en el Reino de los que había extendidos por todo el mundo en pequeñas colonias; estos también estaban siendo atacados, por lo que la masacre era a nivel mundial y lo sabía debido a que recibió la bendición como el próximo gobernante, por parte de su madre, le permitía sentir por medio de su lazo mental con todos, la corona, a su pueblo. La manera en que las llamas de sus vidas iban siendo extinguidas por las mismas criaturas a las que ellos solían defender y cuidar aguerridamente, en este momento podría ser un atroz poder el ser consciente de todos y cada uno de los muertos a nivel mundial, es similar a encender un cuarto lleno de velas y con unas rafagas de vientos cientos de velas se apagan.
Además que ahora el Príncipe tenía bajo su jurisdicción a solo una décima parte de los habitantes del Reino para escapar y solo dos miembros de su Familia Real para continuar con la línea de sangre más poderosa entre los Guardianes y aún así él no tenía el suficiente poder por lo que se veía en la penosa necesidad de sacrificar algo a cambio de más poder y él ya sabía lo que iba a dar a cambio, su vista, esos ojos tan peculiares que toda su familia amaba por sus matices cambiantes similares de un azul cielo y que a veces se oscurecen como un tormenta, si estuviera enfermo o lleno de ira el color se oscurece, pero la única vez que se sintió mal fue cuando apareció el elemento al cual sería su equivalente al talón de Aquiles para toda su especie y el suyo es el ópalo, durante las pruebas para determinar el mineral que le haría daño y así mantenerse fuera de su alcance en sí; su debilidad dependía del tipo de ópalo pero el que más daño le hacía era el ópalo negro una cuestión más que lo hacía especial, porque la norma era ser débil a un mineral en cierto color, pero él tenía que ser débil a los ópalos en general.
El Príncipe volvió de sus cavilaciones; le entregó sus sobrinos bebes a su mejor amigo quién se situó en un círculo cercano. Entonces Arlet empezó a derramar su poder para configurar los diversos sitios a los que serían enviados los últimos de su especie, cuando su poder se acababa, le oró a Gaia y le entregó su vista a cambio del poder que necesitaba, luego de forma simultánea su mundo se volvió negro y los círculos brillaron cuando se activaron, despachando así a todos los presentes menos a él.