Sinopsis: En un mundo donde el amor se intercambia por fortuna, Isabella, una mujer atrapada en un matrimonio por conveniencia con un poderoso empresario, se enfrenta a un juego de intrigas y traiciones. Tras un escandaloso divorcio, decide tomar las riendas de su vida, descubriendo no solo su verdadera fortaleza, sino también el amor inesperado en la figura de Alejandro, el carismático rival de su exesposo.
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Capítulo 8: El Secreto Oculto
Isabella no podía dejar de pensar en las palabras de Mariana. “Alejandro tiene algo que te pertenece, algo que ni tú ni él han descubierto aún.” ¿Qué significaba eso? Algo dentro de ella le decía que no debía dejarse llevar por las palabras de esas mujeres, pero la duda comenzaba a crecer como una sombra sobre su corazón.
En cuanto el coche de Mariana y Clara se alejó, Isabella sintió como si el mundo entero estuviera conspirando contra ella. Había algo que no encajaba. Algo oscuro que se ocultaba detrás de la sonrisa de Alejandro, algo que él no había sido capaz de contarle.
Alejandro había permanecido en silencio todo ese tiempo, sin saber qué decir, como si estuviera atrapado entre un abismo de secretos y una verdad que ya no podía ocultar.
— ¿Qué te han dicho, Alejandro? — Isabella lo miró fijamente, con la esperanza de que su voz, aunque temblorosa, pudiera sacar algo más de él. Pero el silencio de Alejandro la inquietaba aún más.
Él dio un paso hacia ella, pero no se atrevió a mirarla directamente. Su mirada estaba perdida en algún punto del suelo, como si estuviera buscando la manera de explicarlo sin romperlo todo.
— Isabella… — su voz fue apenas un susurro, como si no estuviera seguro de cómo iniciar la confesión más grande de su vida. — Lo que Mariana dijo… es cierto. Pero no de la forma en que ella lo presentó.
El corazón de Isabella se aceleró. ¿Lo que dijo Mariana era cierto? ¿Qué estaba ocultando Alejandro?
Alejandro se acercó aún más, y sus manos temblaron ligeramente cuando la tocó en el brazo. Sus ojos, normalmente tan seguros, ahora estaban llenos de miedo y arrepentimiento.
— Lo que ella dijo sobre mí… sobre mi pasado, no es lo que crees. — Alejandro respiró hondo, como si le doliera cada palabra que iba a decir. — Tuve una relación con Mariana. Fue un amor profundo, pero también destructivo. Algo que nunca debería haber sucedido. Pero eso no es lo que ellas quieren que creas. Ellas me odian, Isabella. Y han hecho todo lo posible por manipularme, por arrastrarme a un juego que nunca quise jugar.
Isabella sentía cómo su corazón se quebraba en pedazos al escuchar la sinceridad en la voz de Alejandro, pero las piezas del rompecabezas seguían sin encajar.
— ¿Y qué es eso que “te pertenece”? — preguntó Isabella, con los labios secos y el miedo apoderándose de su garganta. ¿De qué estaban hablando?
Alejandro la miró con una intensidad que le hizo temblar. Él sabía que había llegado el momento de hablar, de contarle todo. Y lo hizo, con una voz grave, marcada por el dolor.
— Isabella, hay algo que ocurrió hace años, algo que nunca imaginé que volvería a surgir. — Alejandro hizo una pausa, como si las palabras estuvieran atoradas en su garganta. — Yo nunca te lo conté porque no quería perderte. Pero ahora… ahora creo que ya no puedo esconderlo más.
Isabella lo miró, incapaz de mover un músculo, esperando que por fin las piezas encajaran.
— Mariana y Clara… ellas no solo son parte de mi pasado, sino que están involucradas en algo mucho más grande. — Alejandro la tomó de las manos, con los ojos fijos en los de ella, como si intentara transmitirle la gravedad de lo que estaba a punto de revelar. — Isabella, tú… tú eres la clave de todo esto.
Isabella lo miró, completamente confundida. ¿Qué significaba eso? ¿Qué clase de “clave” era ella en una historia que no entendía?
— Hace años, antes de conocerte, me involucré con ellas en un negocio sucio. — Alejandro dejó escapar un suspiro, como si se estuviera liberando de una carga enorme. — Un negocio que ahora ha vuelto a perseguirme.
Isabella estaba en shock. ¿Negocio sucio? ¿Qué clase de vida había tenido Alejandro antes de conocerla?
— Lo que ellas quieren es vengarse de mí. — Alejandro continuó, con la voz cargada de arrepentimiento. — Hay una deuda que nunca pagué, y no se trata de dinero. Se trata de una promesa que no cumplí. Algo que tú, Isabella, no sabías, pero que ellas creen que te pertenece.
Isabella lo miró, tratando de procesar la información, pero había algo que aún no entendía. ¿Por qué Mariana y Clara querían destruir su relación? ¿Qué podían tener ellas en su poder que pudiera separarlos?
— No entiendo… — murmuró Isabella, completamente perdida. — ¿Qué me pertenece a mí? ¿Qué quieren ellas de mí?
Alejandro la miró con tristeza, como si todo hubiera sido una cruel coincidencia.
— Tú eres la hija de alguien muy importante, Isabella. — La revelación cayó como un martillo sobre su corazón. — Tu padre… él está involucrado en todo esto.
Isabella sintió que el mundo entero se desmoronaba bajo sus pies. ¿Su padre? No podía ser. ¿Qué tenía que ver su padre en todo esto?
— Tu padre era un socio de Mariana y Clara. — Alejandro bajó la mirada, como si no pudiera soportar contarle la verdad. — Ellas hicieron un trato con él, pero algo salió mal. Y cuando tú naciste… — Alejandro hizo una pausa, dejando que las palabras se ahogaran en el aire. — Ellas creyeron que tú eras la clave para resolver ese trato, la clave para que todo volviera a ser como antes.
Isabella no podía procesar lo que acababa de escuchar. Su padre, el hombre que había sido su protector, su guía… estaba involucrado en algo oscuro, algo tan peligroso que ahora ella misma era parte de una trama que no comprendía.
— ¿Qué significa todo esto, Alejandro? — Isabella tenía la voz quebrada. — ¿Cómo puedo ser la clave de algo tan terrible?
Alejandro, con lágrimas en los ojos, la abrazó con fuerza, como si temiera que la verdad la alejara para siempre.
— Lo siento tanto, Isabella. — Su voz era un susurro, pero llevaba consigo todo el peso de una vida marcada por secretos. — Lo siento tanto. Pero no sé cómo salir de esto.
Isabella, entre sollozos, se separó de él, mirando hacia el horizonte, donde el futuro que había soñado junto a Alejandro se veía cada vez más borroso.