UNA MISTERIOSA LATINA

(Gracia)

Ya han pasado 3 años desde que comencé a trabajar de dama de compañía, y la verdad no me puedo quejar; aquí gano euros y la verdad gano muy bien, pero a pesar de eso no he logrado tener legalidad en este país, claro que mi situación está mucho mejor, logre sacar mi pasaporte en el consulado de mi país aquí en Italia, también mande traer mis títulos por cualquier cosa en que los pueda ocupar, y rento un apartamento pequeño; pero muy bonito y para mi sola está muy bien.

Pero aunque me este yendo muy bien este no es el trabajo de mis sueños, no me hace feliz ser chica para citas, no me hace para nada feliz.

Quizá, alguien podría preguntarse por qué no me regresé a mi país, la respuesta es clara; es por qué con la pandemia, nuestra situación económica se complicó, yo perdi mi trabajo y por que me encanto Italia, y lo que me propuse es traer a mis dos personas favoritas.

Mi Madre y mi hermana.

Asi que debo trabajar muy duro, para lograrlo.

Por eso he pedido a Gianna que es la administradora que acomode mi tiempo; pues mi tercer contrato esta a punto de vencer y este año lo pediré solo por medio tiempo, porque buscaré otro trabajo... Y si fuera posible dejaba este de una vez, pues quisiera dejar de ser una dama de compañía y ser lo que me gusta, una ejecutiva de negocios.

Sé mi que Jefa osea Gianna, pondrá el grito en el cielo porque ella siempre me dice, mira Tú eres un Misterio, y no sé que haces; ni como engatusas a los clientes; pero todos quieren contigo, y nos les importa pagar más por Ti.

Yo humildemente le respondo, es mi belleza, mi inteligencia, mi jovialidad, mi optimismo en fin; es mi grandiosa compañía, jajajajajajaja.

Y al ser muy honesta, si es solo mi compañía, mis palabras, mis consejos, y mi alegría, nada más...

Ahora ya estoy lista, debo irme...

Como siempre tengo mucho trabajo; no es por presumir; pero tengo muchos clientes, que esperan muchos días para poder tener una cita con Máxima Rosemberd la Misteriosa Latina, y me llaman Misteriosa porque, nadie sabe donde vivo, ni de qué país soy, y pues la verdad nadie sabe mi verdadero nombre, Gianna sabe que no me llamo Máxima Rosemberd, pero dice que al final, lo que le importa es todo lo que yo la hago ganar.

Siempre dice que soy su consentida y las demás chicas lo saben.

Eso causa ciertas emociones, buenas y no tan buenas, pero al final eso es lo de menos, pues casi no hablo con nadie además de Gianna y Dilan quien es su hijo.

Yo me convertí en la sensación de "Ragazza Rosa circolo" o "club de señoritas rosa" así se llama el lugar donde trabajo y donde administran la agenda de cada señorita de compañía o acompañante de citas, como más les guste decirnos.

Lo cierto es que aquí voy a un desayuno, si hasta para el desayuno tengo agendado mi tiempo; para toda la semana, hoy voy directo a encontrarme con un cliente al que veo todas las semanas es un cliente vip y este cliente es bastante jovial y siempre me pide que vaya cómoda, casi siempre desayunamos y nos quedamos por unas dos o tres horas platicando, así que ya estoy lista, mi maquillaje muy natural y mi vestuario fresco para esta época de calor y nuestra respectiva insignia, una rosa color rosa valga la redundancia, siempre la llevamos en el pelo, en la mano, atada a la bolsa o donde mejor nos parezca.

Estoy muy lista, y la verdad esto me encanta de este cliente y de varios otros, que no me exigen vestuarios, sino que voy como a mí me parezca mejor; salvo ocasiones en donde tengo que acompañarlos a fiestas y reuniones formales, pero en esos casos la mayoría de los clientes compran ellos la ropa, así que no tengo mucho de que preocuparme.

Bueno y yo como siempre, voy muy bella...

Llego al lugar y lo veo esta allí el señor Nicolas Fontanello un hombre con mucho dinero, pero también con muchas tristezas.

—Buenos días Señor Fontanello—Saludo con un beso en la mejilla.

—Máxima, cuantas veces tendré que decirte que puedes llamarme Nicolas.—Me dice luego de devolverme el saludo.

—Usted sabe que lo intento Nicolas; pero no me acostumbro. — Le digo.

—Bueno inténtalo hasta que logres acostumbrarte, preciosa…. Aunque ya me di por vencido contigo en todo... Ya sé que nunca te acostarás conmigo porque no lo haces con ningún cliente, ya sé que no hay besos ni caricias y nada más que una conversación de amigos, pero dime la verdad Preciosa Latina, ¿lo haces así con todos? O es por qué yo soy un viejo.

—Usted no es un viejo Nicolas, usted es un hombre maduro muy interesante, guapo, caballero, y super agradable.

Y si no me acuesto con usted es por qué soy chapadita a la antigua, y quisiera hacerlo con alguien que yo ame, y usted me cae muy bien pero no lo amo... Y disculpe como siempre mi sinceridad, pero ya usted me conoce, que no le rodeo las cosas a nadie, soy muy franca, por eso siempre le digo usted está muy guapote, pero...

—Pero no soy tu tipo...—termina la frase el Señor Nicolas.

—Nicolas usted ya sabe mis reglas y las acepta, y por favor de este tema hemos hablado muchas veces, creo que ya no deberiamos tocarlo.

Después que volví por enésima vez a aclararle mis reglas a Él señor Nicolas, ordenamos el desayuno.

La platica como siempre se hace extensa, y es aquí cuando agradezco haber estudiado Psicología, porque muchas de estas personas que buscan compañía no lo hacen solo porque están solos, no, muchos de ellos no están solos, se sienten solos que es muy diferente.

El día que acepte el trabajo, me dijeron que era un trabajo seguro; para las jóvenes que están dentro, que los clientes era investigados y se les hacía firmar un contrato de compromiso a respetar las reglas de cada trabajadora, si la señorita de compañía quiere pueden tener sexo, si no quiere los clientes están en la obligación de respetar las reglas y eso fue lo que me animo a ingresar al club.

Sé la vida, de casi todos mis clientes y a pesar de que con ninguno de ellos he tenido nada que ver íntimamente, si tengo que ver en sus vidas, porque uso mi profesión para ayudarlos y para hacer que el dinero que invierten pagando por mi compañía, sea bien aprovechado.

Todos los clientes quieren saber más de mí, pero nadie sabe mucho, ni siquiera mi número privado, pueden llamarme al numero que me han asignado en el club, pero nadie sabe lo concerniente a mi vida privada; ni donde vivo, todos me conocen como la Latina, si Una Misteriosa Latina.