*Actualizo Diariamente* ... Alessia Betancourt, es la hija de un Vizconde , para evitar que su padre la venda a un viejo asqueroso, pasa la noche con un hombre guapo y da a luz a un hermoso niño, Fabián. Años más tarde, su padre la vende a un Duque, quien se dice que es un monstruo asesino. Alessia quien había entrado a una depresión silenciosa, se sorprende al ver que su esposo, es nada más y nada menos que el padre de su hijo. El Duque, sin embargo, no logra reconocer el rostro de Alessia, solo sabe que se siente atraído por esta triste mujer y su hermoso niño.
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Capitulo 3- Reencuentro.
3 años después.
Alessia se encontraba en el suelo con un pequeño trapo limpiandolo, sus manos estaban sucias, una sirvienta se le acercó con cuidado, mirándola con pena, no recordaba cuando fue la última vez que había visto a la señora sonreír.
Sirvienta: Señorita.
Alessia no respondió, solo siguió limpiando, era como un robot.
Sirvienta: Señorita Alessia.
Alessia se detuvo y la miró, la sirvienta le sonrió con pesar y abrió la boca.
Sirvienta: El maestro la llama.
Alessia asintió sin emoción alguna y se levantó. Llevaba un horrible y mugrienta vestido, su padre la vestía con la peor ropa que había, no los sirvientes se vestían de esa manera. Alessia camino por los pasillos que ya conocía, hasta llegar al despacho de su padre, toco la puerta y luego entro. Su padre la miro de arriba abajo e hizo un gesto de desagrado.
Yohan: Estás tan sucia, te ves muy bien de empleada.
Alessia lo miro fijamente, ya no era la misma que hace años, su risa, su luz, todo se había ido apagando con el pasar de los años. Su padre sonreía al verla en ese estado.
Yohan: ¿Qué pasó? ¿Ya no tienes el poder para responder ahora? Finalmente hay un lugar en el que te podré vender, después de 4 años. El archiduque Noah Reyes está buscando esposa.
Su padre coloco la taza de té en la mesa y le dirigió una sonrisa maliciosa a Alessia y abrió la boca.
Yohan: Los rumores de que es un asesino son espectaculares, dice que está bien con alguien como tú.
Alessia lo miro mientras su padre tomaba nuevamente la taza de té y la llevaba a su boca. Lo único que ella deseaba era sacar a su hijo de ese horrible lugar, solo quería darle sus tres comidas al día, que tuviera educación, que tuviera un buen futuro.
Alessia: ¿Qué es lo que recibirás?
Ella solo quería comprobar una vez más, que para el hombre que tenía delante, no era más que una herramienta para generar dinero, que no había sentimiento alguno de padre a hija.
Yohan: ocho pares de lingotes de oro, veinticinco caballos famosos, buena seda y un derecho exclusivo de venta especial durante un año. No es un mal negocio.
Su padre puso fuertemente la taza de té en la mesa y se levantó.
Cuando estuvo frente a Alessia levanto su cara para que lo viera.
Yohan: Si arruinas las cosas de nuevo. Te llevaré a un burdel con tu cachorro. Será mejor que te comportes.
Paso por su lado, Alessia no mostró en ningún momento sus emociones, había aprendido a controlarlas bien, a pesar de que hervía de la rabia, hablaba de su hijo como si fuera ¿un perro?
Yohan: Decidimos enviarte en una semana, así que mientras tanto, vístete bien y prepárate.
Alessia solo se dió la vuelta y salió por dónde salió. No tenía nada que decirle a aquel ser despreciable, apretó las manos contra su mugriento vestido. Debía aguantar, si desobedecia, quien pagaría las consecuencias ya no era ella, sino su preciado hijo y eso no lo podía permitir.
Bajo al sótano y abrió la puerta, Fabián sonrió apenas la miro
Fabián: ¡Mamá!
Alessia: Fabián ¿no estabas dormido?
Fabián levanto las manos y Alessia lo abrazo con ternura, amaba a su pequeño hijo más que a su propia vida.
Fabián: Estaba esperando para dormir con mamá.
Alessia: Fabián, vamos a dejar este lugar pronto.
Fabián miro a su Madre a los ojos y sonrió emocionado.
Fabián: ¿Fabián también?
Alessia: Claro, Fabián y mamá.
Fabián pego un pequeño brinco y abrazo fuertemente a su madre y sonrió emocionado. Cuando Alessia hizo una pequeña queja de dolor, Fabián se alejo un poco y la miro.
Fabián: Mamá ¿dónde te duele?
Alessia: No es nada.
Alessia abrazo a su hijo colocando la cabeza del pequeño en su hombro y sonrió.
Alessia: Mamá está tan feliz.
"Si pudiera sacarte de aqui, de este lugar infernal, si pudiera escapar, daría lo que sea"
Fue así como la semana transcurrió rápidamente, pronto el carruaje que los transportaba a su nuevo hogar se detuvo frente a las rejas de la gran mansión que tenían delante. Alessia bajo con Fabián en brazos, un grupo de caballeros los esperaba.
Caballeros: Bienvenidos a la mansión de su alteza.
Alessia: Encantada de conocerlos.
Caballero: Desde aquí solo pueden ingresar la esposa y el niño.
Los sirvientes y la nueva amante de su padre se miraron unos a otros. Alessia los miro sin emoción alguna, no entendía porque la habían seguido, pero le alegraba que no los dejarán pasar.
Caballero: Una regla del archiduque, es dejar entrar más a aquellos que están autorizados.
Cuando se marcharon, el cabellero me miró y sonrió cortésmente.
Caballero: Ahora, si es tan amable de subir al carruaje, la llevaremos adentro.
Alessia: ¿Está demasiado lejos para ir caminando?
Caballero: Si camina desde aqui hasta la entrada de la mansión, se tardará 40 minutos.
Fabián: Mamá...
Fabián jalo levemente el vestido de su madre emocionado.
Fabián: Fabián puede caminar.
Alessia: Mi niño lo quiere ¿Está bien ir caminando?
Caballero: Si, haga lo que le parezca más cómodo.
Las rejas de la mansión se abrieron, Alessia paso junto con su hijo, el grupo de caballeros la siguió.
El recorrido fue placentero, Alessia que no había tenido la oportunidad de sacar muy seguido a Fabián de la casa de su padre, miraba como el niño brincaba y corría emocionado.
Cuando por fin llegaron a la entrada de la mansión, Fabián miro emocionado una fuente que había en el centro
Fabián: Wao, ¡mamá mirá eso!
Luego corrió a un pequeño jardín que había frente la mansión, Alessia se asustó, temiendo que las flores tuvieras púas.
Alessia: Fabián, ten cuidado...
-Bienvenidos. Encantado de conocerla, señorita Alessia. Me llamo Vicent, soy el administrador y mayordomo que supervisa la mansión.
Alessia lo miro y corrigió su postura "parece que los rumores son ciertos y es un hombre bastante rico"
Alessia: Si, mucho gusto en conocerte.
Vicent: El maestro está esperando en la sala de recepción...
Noah: No, no tiene que hacerlo.
Alessia dirigió la mirada a un hombre que venía bajando las escaleras, por una pequeña fracción de segundos no pudo verlo bien, ya que estaba contra luz.
Noah: Por qué ya estoy aquí.
Pero cuando terminó de bajar, entrego su abrigo a uno de los sirvientes y miro a Alessia fijamente a los ojos, ella sintió que un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo, era él.