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Cásate Con Mi Marido

Cásate Con Mi Marido

Status: En proceso
Genre:Romance entre patrón y sirvienta / Casada con el millonario / Amor prohibido / CEO
Popularitas:5.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Luna Ro

Rosella Cárdenas es una joven que solo tiene un sueño en la vida, salir de la miserable pobreza en que vive.
Su plan es ir a la universidad y convertirse en alguien.
Pero, sus sueños se ven frustrados debido a su mala fama en el pueblo.
Cuando su padrastro se quiere aprovechar de ella, termina siendo expulsada de casa por su propia madre.
Lo que la lleva a terminar en la hacienda Sanroman y conocer a la señora Julieta, quien en secreto de su marido está muriendo en la última etapa de cáncer.
Julieta no quiere que su familia sufra con su enfermedad. En su desesperación por protegerlos, idea un plan tan insólito como desesperado: busca a una mujer que ocupe su lugar cuando ella ya no esté.
Y en Rosella encuentra lo que cree ser la respuesta. La contrata como niñera, pero en el fondo, esconde su verdadera intención: convertirla en la futura esposa de su marido, Gabriel Sanroman, cuando llegue su final.
¿Podrá Rosella aceptar casarse con el hombre de Julieta?

NovelToon tiene autorización de Luna Ro para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo: Tu esposa está muriendo

Rosella recuperó la conciencia de golpe, como si una corriente helada la atravesara desde la nuca hasta los pies.

Dio un paso atrás de inmediato, asustada de sí misma, del impulso que casi la arrastraba hacia algo prohibido.

Eso no debía pasar… eso no podía pasar, se repetía con desesperación mientras intentaba controlar la respiración entrecortada.

El rostro de la señora Julieta cruzó su mente como una sombra dolorosa.

Aunque ella creyera que Julieta había engañado a Gabriel, aunque esa historia estuviera envuelta en versiones contradictorias, Rosella sabía una cosa con absoluta claridad: ella no era capaz de destruir un hogar.

—Él está casado… —murmuró para sí, sintiendo cómo la culpa le tensaba el estómago—. Y yo no soy ese tipo de mujer. No puedo hacer esto. No debo…

Gabriel sintió cómo algo se quebraba dentro de él al oírla.

La frustración lo atravesó como un golpe: las ganas, el deseo intenso que lo había gobernado durante segundos, se evaporaron como humo entre sus dedos. Era como si la realidad le hubiese arrojado un balde de agua fría.

Sus ojos, que un minuto antes ardían, ahora se apagaban. Estaba confundido, dolido, atrapado entre una atracción feroz y las heridas todavía abiertas de su matrimonio roto.

En ese instante, Sarah corrió hacia ellos, agotada y con las mejillas encendidas por el juego y la emoción del día.

Su llegada puso fin a cualquier tensión, obligándolos a recomponerse.

—Tenemos que volver —dijo Rosella con suavidad—. Las niñas deben dormir ya.

Gabriel asintió en silencio, sin mirarla directamente.

***

Al llegar al hotel, Rosella se ocupó de las pequeñas con esa ternura natural que la caracterizaba. Arropó a las gemelas juntas en una cama, como siempre les gustaba, y acomodó a la pequeña Sarah en otra.

La habitación quedó en un silencio suave, apenas roto por las respiraciones tranquilas de las niñas.

Fue entonces cuando Rosella tuvo un pensamiento repentino: ¿Dónde iba a dormir ella?

Miró la habitación casi con angustia.

No quería incomodar, no quería provocar nada, no quería dar pie a las emociones peligrosas que habían surgido antes.

Dormiré en el sofá, pensó al fin, abrazándose a sí misma.

Prefería esa incomodidad antes que alimentar la cercanía que ya la estaba consumiendo por dentro.

Gabriel había salido minutos antes, diciendo que regresaría más tarde. Su ausencia le ayudó a calmarse… pero también la dejó inquieta.

***

Cuando Gabriel regresó, ya era de noche. La habitación estaba sumida en una penumbra tranquila; solo la luz plateada de la luna se colaba por la ventana, tiñendo todo con un brillo tenue.

Apenas cerró la puerta, la vio.

Allí estaba Rosella.

Recostada en el sofá, dormida.

Su respiración era tan suave que parecía parte del silencio mismo.

Gabriel avanzó hacia ella con pasos lentos, casi reverentes.

Su sombra se alargaba en el suelo mientras él se inclinaba poco a poco para verla mejor.

Su rostro…

Dios, su rostro parecía esculpido en luz.

Tan joven, tan sereno, tan hermoso… hacía honor a su nombre. Esa belleza dulce lo desarmaba, lo debilitaba, lo atravesaba.

Se agachó hasta quedar a su lado, apoyando una mano en el borde del colchón.

Toda su alma parecía inclinarse hacia ella.

Sus dedos temblaron al acercarse a la piel tersa de su mejilla. No llegó a tocarla… pero el impulso era tan fuerte que le pesaba en el pecho.

Rosella abrió los ojos de golpe.

La respiración se le detuvo al verlo tan cerca, tan encima, tan intenso.

—¡Señor…! —alcanzó a decir, sobresaltada.

Pero Gabriel puso su dedo índice sobre sus labios, en un gesto suave, pero firme, pidiéndole silencio. Su aliento cálido la envolvió.

Rosella quedó congelada, paralizada entre el miedo y algo más difícil de admitir.

Entonces lo sintió.

El olor a licor. Sutil, pero presente.

Su corazón se aceleró con un terror visceral.

“¿Está ebrio?”

Si él estaba borracho… ella podría sufrir las consecuencias.

Y él era un hombre fuerte, herido, vulnerable.

Gabriel, sin embargo, no tenía conciencia de lo que transmitía.

No estaba ebrio; solo se sentía valiente por el alcohol que había probado, lo suficiente para desinhibirlo, no para enturbiar su juicio por completo.

Pero Rosella no podía saber eso.

Él la miraba como si fuera lo más puro que había visto en años. Sentía despertarse cada uno de sus sentidos, cada fibra de su cuerpo.

Era una atracción que lo consumía, que lo hacía perder la noción de prudencia.

Bajó la mirada a sus labios.

Y su dedo descendió lentamente por la piel de la joven, recorriéndola en línea recta hasta casi rozar el borde de la tela que cubría sus pechos.

La respiración de Rosella se volvió irregular, temblorosa, pero no retrocedió porque estaba atrapada entre el miedo, el desconcierto… y una emoción intensa que también la agitaba por dentro.

Los ojos de Gabriel parecían más oscuros que nunca.

Y entonces, un sonido abrupto cortó el momento en dos.

El teléfono vibró con insistencia, rompiendo el hechizo.

Rosella se apartó de inmediato, incorporándose con torpeza.

Gabriel miró la pantalla y su rostro palideció.

Ella. Julieta. Su aún esposa.

El corazón comenzó a latirle con fuerza, como si quisiera salirse del pecho. Había estado a punto de olvidarla por unos momentos… y eso le provocó una culpa aguda, casi insoportable.

Se levantó apresurado y salió al balcón para contestar.

—Julieta… ¿Al fin llamas? —dijo, respirando agitado.

Pero una voz masculina respondió al otro lado.

Enrique.

El enojo lo atravesó como una lanza.

—¿Qué quieres? —escupió Gabriel con rabia contenida—. ¡Qué cinismo llamarme! ¿Hablas para burlarte de cómo me robaste a la madre de mis hijos?

—Escúchame —dijo Enrique, con una voz quebrada que hizo que Gabriel frunciera el ceño—. Julieta nunca te engañó.

—¿Qué? —Gabriel sintió que el mundo giraba bajo sus pies—. ¿Entonces imaginé lo que vi?

—No.

Un silencio helado.

Luego, un suspiro que se sintió como una sentencia.

—Gabriel… tienes que venir a Ciudad de México.

Pausa.

—Julieta está en el hospital.

Otra pausa, pero cuando la voz de Enrique sonó era tan débil, tan temblorosa como si temiera, como si estuviera llorando.

—Gabriel… Julieta está… muriendo.

1
ana luisa
Me encanto el capitulo de hoy ahora. falta que este Rosella y ella le dices que se casen dedpues de su muerte el ya no la ma tienes sentimiento es con Rosella me gustaria un maraton
Cammmmm: Así después nadie la odia y culpa
total 2 replies
ana luisa
Gracias por este capitulo esa vieja es mala Julieta dio una orfen a la vieja y no es asi
ana luisa
Por fin lo sabe es mejor y de esa manera el vaya con ells y Rosella y le hacen una promesa
ana luisa
Me encanta tu novela pero te voy. s corregir. algo iba no se. escribe asi sino iva Gsbriel se esta enamorando de Rosella otro capitulo por favor un maraton
Maria Solorzano
😭😭😭😭
ana luisa
Un maraton por favor
ana luisa
Me encanto el capirulo ya Gabriel no siente nada por Julieta se esta enamirando de Rosella y Julieta miriendose quien es la mujer que se. intenponga entre Rosella y Gabriel
ana luisa
Hoy no escibiste
ana luisa
cuando haces un maraton
ana luisa
Esa vieja es una bruja Julieta se esta muriendo y la vieja sabe y Julieta quiere que Rosella sea la esposa de Gabriel pero ella tiene piedra en su camino
Gómez Martínez juaniss
Julieta deberías decir la verdad y pasar los últimos días feliz con tu familia Gabriel necesita saber la verdad ya que todos van a su frir
ana luisa
Pobre Gabriel y Julieta debe estar sufriendo por amor me gustaria un maraton por favor
Lidina Bernardo
creo que se confundieron en el nombre
creo que quizo decir Arnoldo.!!!
Maria Solorzano
Es triste como hace para alejarse de su esposo 😭😭😭
ana luisa
Eso es mentira y el amigo de el se presta el tambien sabe que se esta muriendo bueno debe ser de esa manera puede hacer un marston por favor
Maria Solorzano
😭😭😭😭😭😭
ana luisa
Me encanto el capitulo de hoy Julieta en vez de ocultalo debe decirlo para no morir sola no debe escondelo de manera que lo esta haciendo que la. odie
Karina Cubillan
más capitulo porfa
gisella Fuentes Cardenas
Julieta es la realidad de muchas mujeres condenadas por el cáncer y no poder describirlo como se siente conocí una vecina era joven se arreglaba bastante y muy guapa y el cáncer se la llevó 35 años no era justo
ana luisa
,Que pena la de Julieta esta acompañada pero a la vez sola porque no quiere decir a nadie y Gabriel edts sieniendo slgo. por Rosenda
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