Entre La Pasión Y El Deber (Parte 2)

Un avión aterrizaba en Nueva York, todos estaban listos para ir hasta el lugar donde se encontraban Mía y su gente, pero primero todos pasaron a la guarida que pertenecía a Stefani, al llegar todos la recibieron con respeto y la veían con admiración.

—Bueno aquí está todo el equipo —decia Fernando dándoles chalecos, armas y cascos, con una corona.

—Debemos usarlo enana —preguntaba Alessandro

—Si, Ale, ellos me quieren a mi, deben creer que fue mi mafia la que atacó, dejemos a la demás afuera —explicaba Stefani mientras se ponía un chaleco con una corona más grande, Fernando colocaba un estuche negro de terciopelo sobre la mesa, y Stefani de ahí sacaba un arma color plateada, con un grabado.

—Es una mp5a1 —decia Luciano a su madre.

—Si, fue un regalo de tu abuelo —decia ella mientras sacaba el arma —solo la uso en ocasiones especiales —Fernando mostraba las armas y todos elegían una para ponerse en marcha e ir por su objetivo, Saskia sería quien inciaria primero con la tortura, aunque Stefani y Alessandro creía que no era buena idea, ya que estaba dolía y furiosa y eso no era buena combinación, ellos lo sabían perfectamente.

Saskia iba por delante con Stefani y Luciano, todos subieron a los autos y camionetas, listos para acabar con quién nuevamente daño a su familia, Saskia sentía nervios, tristeza y mucho enojo hacia Mía, y ella sabía que esas 3 combinaciones en ella no eran buenas, trataba dé mantener la calma para no cometer errores, ni se dejaría llevar por sus impulsos.

Dos horas más tarde llegaban hasta una mansión, muy bien asegurada, con muchos hombres armados y esparcidos por toda la casa.

—Es hora —decia Stefani por el audífono —todos a sus posiciones, recuerden Mía la quiero viva —agregaba dándole una sonrisa a Saskia, tomo su mano con ternura.

—Sabes cariño que siempre estaré aquí, y no olvides en estos momentos solo la cabeza fría, eso nos ayuda a controlarnos.

—Si tía Stef, estaré bien, lo prometo.

En cuanto les dieron la señal de que era seguro entrar, Stefani junto a Saskia entraron como dos reinas por la puerta principal, gracias a qué las armas llevaban silenciador, pudieron acabar con algunos escoltas sin hacer el más mínimo ruido. Entraron las dos y de frente se toparon a Mía besando a un hombre, Saskia sintió celos, rabia y doler su pecho, tomo todas sus fuerzas para no lanzarse sobre Mia y vaciarle su pistola.

—¿Saskia? —decia Mía sorprendida de verla frente a ella, con la marca de la reina de la mafia Nuevayorkina.

—Mia —respondia Saskia con una sonrisa disfrazada, ocultando su sufrimiento, su máscara de frialdad y de poder solo se mostraba en ese momento —hagamos esto más fácil, o vas con nosotros por las buenas o le vacío el arma a él —Mia veía a Saskia sorprendida, camino hasta ella, pero Saskia dió un paso atrás, topando con alguien, se giro y vio a un hombre atractivo, cabello oscuro, ojos azules, cuerpo perfectos sonrisa coqueta.

—No soy el único que quiere a esta infeliz —decia el con su voz gruesa, provocando que Saskia sonriera, el se acercó a ella, y Saskia no se movía, Stefani veia todo en silencio y sonreía —no sabía que la reina tenía mujeres tan bellas en su organización —agregaba el.

—Dimitri es mi sobrina —respondia Stefani —y no sabía que buscababas a este mujer —decia Stefani apuntando a mía, mientras tenía al otro hombre apuntandole la cabeza.

—Dime Diosa que te hizo está mujer.

—Me mintió, traicionó, y mando a la hija de mi tía Stef al hospital —respondia con amargura Saskia, Dimitri asintió mientras apretaba sus puños, Dimitri no estaba por casualidad ahí, hace tiempo atrás vio a Saskia y quedó cautivado con su belleza y sonrisa, sus ojos verdes encantadores lo habían hechizado y se había jurado a si mismo encontrarla, enamorarla y hacerla su mujer y madre de sus hijos.

—Pues en este mundo las traiciones se pagan, y con creces —Saskia sonreía y asentía, tomaba con fuerza a Mía y la arrastraba hasta afuera, apuntandole la cabeza

—Sas —decia Mía

—Señorita Saskia Luchesso Russo para ti —respondia fríamente Saskia a Mia. Mía asentía guardando silencio, Luciano le tapó la cara y la subió a una camioneta, mientras Saskia se acercaba a su tía y Dimitri —Gracias Dimitri —le decía ella con una sonrisa.

—Aqui los que somos aliados no nos traicionamos, nos ayudamos Diosa —Saskia asentia —pero puedes aceptar una cena conmigo y yo seré el agradecido contigo Saskia —le decía el con un tono seductor, su voz gruesa le provocó un escalofrío a Saskia, al oir su nombre salir de sus labios

—Saliendo de este pendiente con gusto acepto la cena —Stefani sonrió, al final su sobrina tal vez si podría ser feliz, sin importar con quién decidiera quedarse.