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MADHOUSE

MADHOUSE

Status: Terminada
Genre:Terror / Maltrato Emocional / Médico-paciente / Enfermizo / Romance oscuro / Completas
Popularitas:744
Nilai: 5
nombre de autor: ItZunarxy

𝙱𝚒𝚎𝚗𝚟𝚎𝚗𝚒𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝙰𝚛𝚎𝚊 𝚁𝚘𝚓𝚊, 𝚍𝚘𝚗𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚕𝚘𝚌𝚞𝚛𝚊 𝚗𝚘 𝚎𝚜 𝚞𝚗 𝚍𝚒𝚊𝚐𝚗𝚘𝚜𝚝𝚒𝚌𝚘... 𝚂𝚒𝚗𝚘 𝚞𝚗𝚊 𝚜𝚒𝚗𝚏𝚘𝚗𝚒𝚊.
𝚂𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚙𝚊𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜.
𝚂𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚒𝚗𝚏𝚒𝚎𝚛𝚗𝚘𝚜.
𝚄𝚗𝚊 𝚎𝚗𝚏𝚎𝚛𝚖𝚎𝚛𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜 𝚜𝚞𝚊𝚟𝚎𝚜.
𝚈 𝚞𝚗 𝚑𝚘𝚜𝚙𝚒𝚝𝚊𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚌𝚞𝚛𝚊, 𝚜𝚒𝚗𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚜𝚞𝚖𝚎.
¡𝙲𝚄𝙸𝙳𝙰𝙳𝙾!
𝙰𝚚𝚞𝚒 𝚕𝚘𝚜 𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘𝚜 𝚐𝚛𝚒𝚝𝚊𝚗 𝚎𝚗 𝚜𝚒𝚕𝚎𝚗𝚌𝚒𝚘 𝚢 𝚕𝚘𝚜 𝚎𝚗𝚏𝚎𝚛𝚖𝚘𝚜 𝚋𝚎𝚜𝚊𝚗 𝚌𝚘𝚗 𝚌𝚞𝚌𝚑𝚒𝚕𝚕𝚘𝚜.
¿𝚀𝚞𝚒𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚜𝚊𝚕𝚟𝚊𝚛𝚕𝚘𝚜, 𝙺𝚊𝚗𝚐? 𝙴𝚕𝚕𝚘𝚜 𝚝𝚊𝚖𝚋𝚒é𝚗 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚎𝚗 𝚜𝚊𝚕𝚟𝚊𝚛𝚝𝚎... 𝙰 𝚜𝚞 𝚖𝚊𝚗𝚎𝚛𝚊.
𝙳𝚒𝚜𝚏𝚛𝚞𝚝𝚊 𝚕𝚊 𝚕𝚎𝚌𝚝𝚞𝚛𝚊... 𝙳𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚛𝚊𝚜 𝚒𝚐𝚞𝚊𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚕𝚕𝚘𝚜.

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Capítulo 20

Tienes 1 mensaje nuevo...

LLÁMAME.

Tenemos que hablar...

Mamá.

Eran alrededor de las ocho de la noche y el Área Roja estaba en completo silencio. Los pacientes ya estaban acostados en sus habitaciones durmiendo —o tratando de—, mientras yacía en mi despacho terminando al fin los informes que debía entregarle a Park.

Decidí que me quedaría allí ésa noche, algo así cómo una prueba de terreno teniendo en cuenta que ninguno de mis pacientes lograba dormír bien. Si todo salía como lo planeado, podría intercalar noches entre el internado y el hospital, los sillones de la sala común eran —increíblemente— muy cómodos.

De ése modo en caso de que ellos me necesitaran, sabrían qué allí estaba.

El mensaje entrante de mi madre me puso alerta, normalmente a esa hora ya estaba durmiendo e inmediatamente pensé en Kai. Desde el acuerdo que tuve con Park, no había tenido noticias.

Dejé lo que estaba haciendo y salí del despacho hacia el área común, allí hablaría más tranquila lejos de oídos curiosos. Mis zapatos de goma sin cordones rechinaban en el silencio, resultando molesto.

Le marqué a Rin, esperando que el tono sonara.

^^^—Ari, gracias por llamarme —dijo una vez descolgó.^^^

—Hola mamá... Me alegra escucharte...

^^^—A mi también, hija... Es un alivio saber que estás bien luego de tantas semanas sin noticias —se la oyó suspirar.^^^

—Tu mensaje casi me mata del susto —le reclamé — ¿está todo bien? ¿Le pasó algo a Kai?

^^^—Estamos todos bien... Pero precisamente de Kai es de quién quiero hablarte.^^^

Inspiré hondo, no sabía si esperar una noticia buena o una mala.

^^^—Llamaron del centro médico Asan, una persona se ofreció a pagar la operación y tratamientos de tu hermano —hizo una pausa — Park Edgar... El director de Madhouse.^^^

Contuve la respiración, escuchar la noticia venir de mamá fué mucho más fuerte que el haber hecho el trato.

Solté un suspiro, me tembló el mentón.

—¿Y cómo se lo tomó Kai? —mi voz sonó quebrada.

^^^—¿Cómo creés que reaccionó tu hermano al enterarse que tendría una prótesis de última generación? —sin embargo, mamá sonaba molesta — Aerin... ¿Qué has hecho?^^^

Miré en todas direcciones, sabiendo aún así qué no podía dar muchos detalles.

—Antes de que te molestes conmigo, escúchame mamá —suavicé y bajé el tono de mi voz — hice un trato con el señor Park, prometió cubrir los gastos de Kai a cambio de que redujera gastos en el hospital.

^^^—Tu padre y yo no te criamos así —la sentí chasquear la lengua.^^^

—Mamá entiende, lo hice por Kai —insistí — sabés bien su pronóstico ¿y te enojas conmigo por salvarle la vida a mi hermano?

^^^—Tu padre habría logrado reunir el dinero...^^^

—Mamá... Kai se habría muerto antes de ustedes llegar al millón —la interrumpí cortante — ¿cuándo no he hecho algo por Kai y sólo por Kai?

Rin no respondió.

—No es el fin del mundo mamá... Sólo debo permanecer aquí un poco más de tiempo.

^^^—¿Cuánto? —dijo en un susurro.^^^

—Un año... Quizás menos...

^^^—Ay por dios Aerin...^^^

—Estaré bien mamá, no es tan terrible —dije — hice un voto de silencio con Park por cuestiones confidenciales, tendremos que hablar menos.

^^^—Espero que no te arrepientas de lo qué estás haciendo.^^^

El nudo en mi garganta se apretó, volviéndose insoportable.

Y no pude respirar sin llorar.

Una densa lágrima escapó furtiva de mi ojo derecho.

Y luego otra.

Y otra.

—¿Cómo podría arrepentirme de darle a Kai la posibilidad de seguir viviendo?

^^^—Kai estará bien... Te extrañará...^^^

—Lo sé mamá y sé que no bastará con un simple lo siento —mi voz temblaba — pero sé que Kai lo entenderá cuándo se lo cuentes.

^^^—Te dije que no tenías que lidiar con ésto sola, no es tu hijo, no es tu responsabilidad —me recriminó mamá.^^^

—Pero es mi único hermano —me sequé las lágrimas — dile a Kai que levante sus ánimos, se ponga fuerte y se concentre en la recuperación, prometo ir a verlo a las finales de béisbol en Octubre.

^^^—De acuerdo —el tono de mi madre al fin se relajó — llámanos cuándo puedas... Te amamos Ari y gracias por todo lo qué haces por tu hermano.^^^

—Sólo les doy un respiro a ustedes, ya están grandes y lidiaron con ésto demasiado tiempo —sonreí para mi misma — los amo... Duerman bien.

Y la llamada finalizó. Bajé lentamente el móvil guardándolo en el bolsillo del ambo, dejando que mis brazos colgaran con desgana a cada lado de mi cuerpo mientras miraba el suelo, perdida en la infinidad de mi cabeza.

Suspiré y me froté la cara, quitando cualquier rastro de llanto. Aún dolía, pero sabía que ahora Kai estaría bien.

Al quedarme nuevamente y completamente en silencio, noté aún más que antes cómo el hospital tenía una presencia distinta por la noche.

Los pasillos parecían más largos, más fríos.

Las luces intermitentes del panel eléctrico hacían que las sombras se alargaran de formas irreales en las paredes, y el eco de cada ruido, un susurro, un crujido, un paso lejano, se multiplicaba en la oscuridad.

Este hospital tenía algo en el aire, algo que no me dejaba respirar del todo.

Algo que hacía que mi piel se estremeciera, incluso cuando estaba sola.

—No te fuiste...

Ahogué un grito.

Y mi corazón dijo "no gracias".

No escuché la puerta abrirse, ni sus pasos. Pero cuando me di la vuelta, él estaba ahí.

Adrian.

De pie junto al sofá de la sala común, a unos metros de mí en la oscuridad... Observándome.

No dijo más nada, no se movió. Solo me miraba, como si estuviera asegurándose de algo, como si estuviera probando mi reacción.

Parpadeó sorprendida por unos segundos. Queriendo que la taquicardia se apaciguara.

—Adrian... Que susto me diste, no te oí —reí con cierto nerviosismo.

No respondió de inmediato, sólo inclinó la cabeza, con esa calma inquietante que parecía haberse esculpido en su piel desde el día que lo conocí.

—No pensé que te quedarías aquí esta noche —dijo finalmente.

Su tono era suave, no amenazante... No del todo, pero había algo en su mirada. Algo que me hizo sentir como si acabara de cometer un error.

Humedezco mis labios, obligándome a mantener la cabeza tranquila.

—Decidí hacer guardia por si alguien necesitaba algo —expliqué, tratando de sonar natural —. ¿Tú necesitas algo?

Adrian dio un paso adelante, lento, medido.

No lo suficiente para invadir mi espacio personal, pero sí para asegurarse de que lo sintiera acercarse.

—No podía dormir...

No parpadeó al decirlo, no dejó de mirarme, y sentí por primera vez, que estar sola en aquel lugar había sido una idea terriblemente ingenua.

Intenté recuperar el control, mantuve una expresión tranquila, con esa paciencia con la que trataba a todos mis pacientes.

—¿Quieres hablar de eso?

Adrian esbozó una sonrisa.

—Tal vez...

Pero no se sentó, no se acomodó en el sofá frente a mi. Sólo permaneció ahí, de pie, a la distancia justa para que su sombra me cubriera parcialmente.

Sentí un escalofrío recorrerme la espalda, pero me negué a dejar que él lo notara.

—¿Qué te impide dormir? —pregunté, dándole espacio para hablar.

Adrian deslizó una mano por el respaldo de tela, como si estuviera tocando algo que le pertenecía.

—Supongo que... —exhaló, con una expresión tranquila — es difícil cerrar los ojos cuando hay algo nuevo que mantener vigilado.

Sus palabras no deberían haber sonado tan mal... Pero sonaron mal.

Demasiado calculadas, demasiado metidas bajo la piel.

Sentí un nudo formarse y apretarse en mi estómago.

—Adrian...

—¿Qué pasa, Ari?

Su voz sonó baja, lenta cuándo mencionó el apodo que me habían puesto de niña. Como si estuviera probándolo en su boca, como si quisiera ver cómo reaccionaba a eso.

Tragué saliva.

No había nada malo en sus palabras, no había nada abiertamente amenazante en su tono.

Me obligué a sonreír con amabilidad.

—Si necesitas algo estaré aquí toda la noche, pero deberías tratar de descansar.

Adrian sonrió lentamente.

—Descansaré cuando lo hagas tú.

Y entonces, se fue, tan silencioso como había llegado. Tan implacable como la sensación de peligro que dejó tras de sí.

Me quedé inmóvil en el lugar, sintiendo mi corazón latir más rápido de lo normal.

...«Adrian vino aquí por casualidad... ¿Verdad?»...

Y no quería admitirlo, pero en el fondo sabía que volvería.

Volví a mi despacho, comprobando que los pasillos estaban completamente vacíos.

Me acomodé en el pequeño sillón de la oficina, envolviéndome en una manta ligera mientras le daba un último vistazo a los informes con una taza de café a medio terminar sobre la mesa.

No pensaba dormir demasiado, solo descansar un poco, lo suficiente para no cometer errores al día siguiente.

Solo lo suficiente para asegurarme de que aquí, nadie me necesitaba esa noche, pero cuando los minutos pasaron y el sueño comenzó a arrastrarme lentamente hacia el olvido, la sentí.

Esa presencia.

Ese instinto que me advertía que otra vez no estaba sola.

...«Pero... ¿Cómo salió Adrian de su habitación?»...

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Afiq Danial Mohamad Azmir
¡Da más, no te canses!
y0urdr3amb0y
Excelente, es muy bueno.
彡 Misaki ZawaZhu-!
No puedo esperar por el próximo, darnos más, gracias
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