La Apuesta De Angel

El aire estaba lleno con la fragancia de las rosas del jardín, un aroma que siempre había resultado tan tranquilizador para Ángel, era su flor preferida.

Pero está noche estaba muy nerviosa ,no quería estar ahí,sabía que era un error haber ido, pero la habían obligado. Y cuando miró a lo lejos allí estaba él, Leo, avanzando con una determinación que le cortaba la respiración. Cada paso acortaba la distancia entre la fantasía y la realidad, entre el capricho y esas emociones que no quería sentir ,que amenazaba con arrastrarla al abismo .

Su corazón, que siempre había latido a un ritmo normal, sin sobresaltos, ahora parecía querer escapar de su pecho. "¿Por qué ahora?", se preguntaba, sintiendo una punzada de confusión. Él era simplemente una apuesta, un juego sin importancia. O al menos, eso era lo que se había repetido una y otra vez.

Pero la forma en que sus ojos se encontraron, la manera en que su sonrisa parecía iluminar todo a su alrededor, le decía que tal vez, solo tal vez, se había estado mintiendo a sí misma.

Y entonces, allí estaba de repente frente a ella. Imponente, tan bello , tan guapo ,casi irreal. La camisa debajo del saco, ajustada delineaba sus músculos, cada detalle de su rostro era perfecto .¿ O era que acaso ahora se daba cuenta de todo esto? Era un dios griego que había venido para confundir sus sentidos, su cuerpo , su mente .Su cabello castaño brillaba bajo la luz de la luna , y sus ojos claros la atravesaban con una pasión que la hacía temblar. Tenia miedo , demasiado, no podía manejar sus sentimientos, ¿ acaso sentía algo por él? Pero si habia sido una apuesta , ¡no no quería aceptarlo!

"Ángel, ¿qué te está pasando?", se reto en silencio, sintiendo el calor subir por sus mejillas. Pero no podía apartar la mirada. Era como si estuviera atrapada en un hechizo, incapaz de moverse, de hablar, de hacer otra cosa que no fuera mirarlo , contemplarlo.

Cuando le regaló esa sonrisa que solo él sabía cómo hacerla posible y real, supo que estaba perdida. Un simple

-"Hola, Leo. Feliz cumpleaños" fue todo lo que pudo decir, sintiendo que las palabras se le quedaban en su garganta.

Su respuesta la desarmó, en el silencio del jardín:

-"Hola, hermosa. Ahora sí mi deseo de cumpleaños se cumplió. Tú estás aquí". Y entonces, comenzó a acercarse, desafiando cada uno de sus límites, cada una de sus defensas.

-" Tengo que irme , me están llamando" tartamudeo, era ahora o nunca ,escaparse se dijo.

Retrocedió instintivamente, sintiendo el borde del césped bajo sus pies. Estaba a punto de caer, cuando sus brazos fuertes la rodearon, sujetándola con fuerza.

En ese instante, el mundo se detuvo. Cerró los ojos, anticipando lo inevitable. Sabía lo que vendría, lo había deseado en secreto, lo había temido en silencio.

Entonces, sus labios se encontraron. Un beso feroz, impetuoso, desesperado. Un sin fin de sensaciones que la arrastró a un abismo de deseo y confusión.

En ese instante ,ella intentó escapar de sus brazos como último recurso.

-“Perdón me debo ir, me están buscando seguro "no sabía qué decir, cómo justificar querer salir corriendo de ese hombre.

Leo la observó con una mezcla de diversión y curiosidad. ¿Por qué huía? Podía sentir como temblaba cada vez que estaba en sus brazos, era algo que lo excitaba y lo confundía a partes iguales. ¿Sería la diferencia de edad lo que la asustaba? ¿O tal vez las emociones que él mismo despertaba en ella?

-Hermosa, tranquila -le susurró, intentando calmar su nerviosismo -Ven conmigo. Hablemos en un lugar más tranquilo, donde podamos estar solos. Aquí nos pueden ver.

Ángel forcejeó , intentando soltarse de sus manos.

-No, Leo. Me tengo que ir. Podemos hablar otro día -dijo, con la voz muy nerviosa.

Pero Leo no estaba dispuesto a ceder.

-No, no, no, chiquita -respondió, con una sonrisa traviesa- Hoy es hoy.

Y sin darle tiempo a reaccionar, la levantó en sus brazos, tomándola por sorpresa. Ángel soltó un grito apagado, agarrándose de su cuello mientras él la cargaba con tanta facilidad.

-No te pedí permiso, sino que te avisé que vamos a hablar tú y yo —dijo, con una firmeza que no admitía otra respuesta negativa.

Ángel se movió en sus brazos, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo, " porque Dios me pasa esto" pensó.

-Leo, no... ¡Bájame ahora! No tienes derecho sobre mí para hacerme esto. Ya te dije...

Leo la miró a los ojos, con una pasión, que la dejó sin aliento.

-Sí, señorita, tengo derecho. Porque desde que dejaste que te besara, y vos me respondiste... desde ahí ya eres mía.

Y sin más palabras, la llevó a otro lugar, lejos de las miradas curiosas de los invitados.

-Tus invitados, Leo -dijo Ángel, como último recurso, intentando escapar de la situación.

Leo sonrió, con una seguridad que la desarmó.

-No pasa nada -respondió, sin dejar de caminar-. Acá lo que más me importa lo tengo en mis brazos.

- "Cierra los ojos Ángel mío"- le dijo Leo "déjate querer", déjame ser yo él que te enseñe el paraíso.

Llegaron a ese lugar alejado, pero Ángel no aceptaba, no quería hablar, no quería escucharlo, no quería sentirlo, no bien en la colocó en el suelo ,salió corriendo como loca, y era muy rápida siempre habla ganado en atletismo en el colegio.

Leo simplemente se rió, esto le aclaraba más lo que ella sentía por él... la dejo correr.. Pero tenía otro plan más afectivo. Pero que hoy hablaban así sería como que se llamaba "Leonardo Mancini".

" La dejo creer que se había escapado de él ".

Así estaban Leo y Ángel ❤️‍🔥💋❤️‍🔥

Bellos 💋❤️‍🔥🌹❤️ así los imaginan ...