Presencia Maligna

El nuevo día trajo luz a la vida de Shanan.

Ella se bañó y se arregló y se fue al hospital a trabajar.

Irina ya se había ido pasó Mateo por ella, Shanan se quiso ir aparte para no estorbar. Según ella no quería hacer mal tercio.

Por más que Irina le dijo que no haría mal tercio aún así no quiso aceptar.

Antes de ir al hospital llegó al banco.

Hizo una transferencia a su familia que estaban allá en el rancho. Para que su hermana pudiera seguir estudiando y tuvieran para comer y lo necesario.

Supo que Aglaed se había llevado a su hijo al extranjero no quería saber más de nada.

Sabía que la policía estaba buscando a Gloria, pero ella no estaba tranquila no podía evitar pensar en ella.

"¡Oh Dios, mío! Me estoy volviendo paranoica".

Cuando llegó al hospital fue al despacho del director.

Shanan, qué alegría verte, pasa.

Doctor, le agradezco por haber ayudado a sacarnos de esa casa. La verdad es que no veía la salida por ningún lado estaba muy preocupada porque el niño estaba siendo envenenado.

Lo sé, pero ahora el niño está a salvo con su madre ya no hay ninguna sombra debes de estar tranquila.

Shanan no dijo nada solo se quedó pensativa.

Anda, ve a checar a tus pacientes, la enfermera del turno de noche estará muy gustosa de que llegues, jajaja.

Shanan sonrió y salió al encuentro de Carmela, la compañera del turno de la noche.

Ella le pasó los expedientes de todos los pacientes y la puso al tanto de todo.

Gracias, Carmela, descansa. Nos vemos mañana, si Dios quiere.

Bye, dijo Carmela.

Shanan visitó a todos los pacientes la mayoría de ellos eran niños.

A la hora de la comida se reunió con Irina y Mateo.

Y ustedes, tortolitos, ¿cómo les ha ido con sus pacientes?

A mí me ha ido bastante bien, creo que van a dar de alta a dos, dijo Irina, emocionada por el suceso del día.

Ay, eso me da gusto, los míos también darán de alta a tres, pero esos se van en dos días.

El trabajo de Shanan, Irina y Mateo seguía avanzando todos los días había muchos pacientes.

Era un trabajo agotador y exhaustivo, pero eso no impedía que Shanan disfrutara mucho de su profesión.

Le alegraba mucho poder ayudar a salvar vidas.

La comida le supo a gloria a Shanan, que no había probado bocado desde la mañana.

El día transcurrió sin más incidentes entre enfermos y medicamentos.

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Seis meses después...

Shanan había logrado olvidar todo lo que vivió en esa casa. O al menos eso parecía, en realidad era lo que ella demostraba.

Ya se movía con tranquilidad de aquí para allá haciendo sus diligencias y se le veía tranquila.

Un día, en que iba camino a su casa alguien la interceptó.

Ella detuvo su coche, intrigada por el atrevimiento del otro coche de atravesarse.

¿Qué le sucede? ¿Por qué se atraviesa?, preguntó Shanan.

Una mujer salió del otro coche.

Hola, Shanan, ¿te acuerdas de mí?

¡Gloria Chaín!, ¿sabe que la policía la anda buscando?

¿Y eso qué?, a mí no me importa la policía lo que me importa eres tú, vamos, bájate del coche y ven al mío.

Claro que no, yo no voy a ir a su coche, así que hágase a un lado porque voy de prisa.

Ella le hizo una seña a sus hombres para que la sacaran del auto a la fuerza.

¡No me toquen, suélteme!

Shanan empezó a gritar pidiendo auxilio, pero a esa hora del día no había nadie.

Los hombres la obligaron a bajar del coche y la subieron al otro coche.

El chofer arrancó de inmediato, tan pronto se subieron.

Al parecer, a Gloria le gustaban las casas que parecían terroríficas porque llegaron a una mansión enorme en otro extremo de la ciudad.

La obligaron a bajar del coche. A la fuerza entró a la casa.

Una vez adentro, la soltaron.

¿Qué pasó señora Gloria? ¿Por qué me trajo aquí? ¿Por qué aparece después de seis meses? ¿Acaso ya se olvidó que dejó abandonado a un niño de 8 años?, la policía la está buscando. Y estoy segura que en cuanto mis amigos me echen de menos empezarán a buscarme.

No lo dudo, pero esta vez no volverán a verte nunca más.

¿Por qué insiste con eso?, ¿por qué tenía secuestrado a ese niño?, ¿qué tengo que ver yo con este asunto?

¿Podrías mantenerte callada de una buena vez?, dijo Gloria a punto de estallar.

No tienes que ver nada con todo este asunto, lo único malo es que tú permitiste que se llevaran a mi hijo. Quiero saber dónde está.

Tú bien sabes que no es tu hijo, tú te lo robaste a Aglaed.

Gloria se asombró por las palabras de Shanan, ella creía que no sabía nada de Aglaed.

¿Qué sabes tú de ella?, ¡dímelo!

Ella es la verdadera mamá de Paquito. El mayordomo es tu esposo, ¿verdad?, por eso estaba en esa casa contigo.

Eso a ti no te importa.

Déjame adivinar, el mayordomo era el hijo de la primera familia que habitó esta casa por eso es un señor mayor. Es el niño que logró salvarse de morir a manos de su madre. ¿O me equivoco?

Está bien, no tiene caso que lo oculte.

Y, ¿por qué secuestraste al hijo de Aglaed?

Yo estaba embarazada y por culpa de esa mujer perdí a mi bebé.

Yo ya vivía en esa casa cuando la compró. Solo que nadie sabía, la casa según ellos estaba abandonada, pero no era así. Me dio coraje que se metiera y aparte tenían a un niño chiquito como de dos años o tres algo así.

¿Paquito?

Sí, el mismo, pero para que no diera guerra lo empezamos a drogar. Yo creo que me extralimité en las drogas y el niño quedó en coma. Después ya no pude hacer nada y lo empecé a tratar yo misma sin una respuesta favorable. No sé cómo le hiciste tú para que el niño volviera a la vida.

¿Se te olvida que soy enfermera casi doctora y mi especialidad son los niños? Me enteré por casualidad que el niño estaba siendo drogado lo único que hice fue dejar de darle el medicamento. Y también mataste al esposo de Aglaed, ¿verdad?

Mi esposo lo mató, él se puso a buscar a su esposa y empezó a gritar como loco no nos quedó más remedio que matarlo y lo escondimos abajo en el sótano, ahí duró todo el tiempo hasta que pudieron rescatar a esa mujer.

Y tú, ¿cómo sabes eso?, preguntó Gloria.

Mis amigos me contaron todo lo que pasó también que tenían un gran perro escondido abajo. Y ahora, ¿qué va a pasar conmigo?

Vivirás conmigo de por vida o por lo menos hasta que aparezca Paquito, es mi hijo y lo quiero aquí conmigo.

¡No es tu hijo! ¿Por qué insistes?

Yo lo cuidé durante 5 años.

¿Manteniéndolo en coma?, ¿eso es una manera de cuidar a un niño, de amarlo?

Encierren a esta mujer en uno de los cuartos y que no salga, dijo Gloria, dirigiéndose a los hombres.