No Es Un Matrimonio por Contrato

"Papá, mamá... Tissa se va ya..." La mujer de veinticinco años se despidió mientras besaba las manos de su tío y tía, quienes siempre habían sido una figura paterna para ella.

En realidad, era una lástima. Desde pequeña, Tissa nunca había sentido el amor de sus padres biológicos. Incluso, solo conocía sus rostros a través de una vieja foto que le había dado Pak Arifin.

"Está bien, ten cuidado..."

"Ah, sí, esta noche Tissa llegará tarde..."

"¿A dónde vas, Nduk?" Preguntó Arifin a su sobrina.

"Elfan me invitó a cenar..." Arifin soltó un largo suspiro. El hombre tomó la mano de Tissa y la apretó con fuerza.

"Nduk, no es que tu padre quiera controlarte demasiado. Tampoco quiero reprimir tus asuntos amorosos, hija... Tu relación con Elfan ha durado más de cinco años. ¿Cómo es que durante todo este tiempo no hay señales de que se unan oficialmente?" Tissa guardó silencio. Lo que Arifin decía era lo que Tissa sentía en ese momento. Ella quería unirse pronto con Elfan, pero el hombre parecía no haber pensado nunca en eso.

"Tissa hablará de esto con Elfan, papá... Si Elfan no quiere, pues está bien... Tal vez no estamos destinados a estar juntos... Siendo así, me voy a trabajar..." Tissa se despidió una vez más antes de finalmente irse.

Afuera ya estaba Ina esperándola. Su amiga siempre llegaba a tiempo.

"Pensé que no vendrías..."

"Sí, vine, amiga... ¿Por qué no vendría? ¿Qué iba a hacer en casa?" Ina se rió entre dientes.

"Sí, quién sabe..."

"Ah, sí, me voy temprano esta tarde..."

"¿Por qué?" Ina giró la cabeza por un momento y luego volvió a concentrarse en el camino.

"Tengo una cena en la casa de Elfan esta noche..." Ina exhaló con rudeza.

"Tissa... Tissa... ¿Por qué aceptas que te invite a cenar? Ya sabes cómo es la familia de Elfan... Ya, deja esa relación con él, eres joven y hermosa... Todavía hay muchos otros hombres que te quieren..." Tissa asimiló lo que Ina decía. Era cierto, a la familia de Elfan parecía no agradarle. Cada vez que Elfan invitaba a Tissa, la familia del hombre siempre era indiferente. Ya sea porque así era su actitud o porque no les agradaba.

"Solo será esta vez... Después de eso, si Elfan sigue sin querer que esta relación continúe, me veré obligada a retirarme..." No había nada más que mantener en esta relación si Elfan todavía no estaba listo para casarse. Tissa terminaría la relación que había durado más de cinco años.

...****************...

Tissa e Ina comenzaron a trabajar en la boutique. Las dos mujeres trabajaban de acuerdo con sus tareas. Ina, como gerente, revisaba o recibía los ingresos diarios de la boutique, a veces también atendía a los clientes y gestionaba el equipo.

En cuanto a Tissa, ella trabajaba dando la bienvenida y atendiendo a los clientes, ayudándolos a elegir productos, realizando transacciones de venta, manteniendo la limpieza y el orden de la tienda, y ayudando en la gestión del stock de mercancías. Además, la asistente de la boutique también podía participar en actividades de marketing, como ofrecer productos y explicar sus características a los clientes.

"¿La señora aún no ha llegado?" Tissa, que no había visto a su jefa en absoluto, preguntó a sus subordinados.

"Aún no, jefa..."

"¿Qué raro?"

"No lo sé, jefa..." Respondió la empleada.

"Está bien entonces..." Tissa solo se sentía extrañada, qué raro que su jefa aún no hubiera llegado, cuando ya era mediodía. Y no era típico que Ayra llegara tarde.

Justo cuando lo pensaba, Ayra finalmente llegó con un hombre que no le era desconocido.

"Hermano, muchas gracias, eh... Por darme un aventón... Por culpa de Mas Nalendra que tenía prisa, terminé viajando con el hermano..." Joe sonrió, aunque solo era su medio hermano, Joe quería mucho a esta madre de dos hijos.

"Sí, no importa... ¿Por qué no querría llevar a mi propia hermana al trabajo? Tampoco es que esté muy lejos..." Joe se sentó en el sofá que normalmente se proporcionaba.

"La hermana quiere descansar un poco primero..."

"Está bien entonces, entraré primero a mi oficina... Avísame cuando te vayas a casa..."

"Sí... ¡Eres un fastidio!"

Ayra se rió entre dientes mientras se alejaba. Mientras tanto, Joe, el hombre seguía sentado allí relajadamente. El hombre puso su pierna derecha sobre su muslo izquierdo. Sus ojos afilados y traviesos no dejaban de mirar a una mujer alta que estaba trabajando revisando algunos productos que habían entrado ayer.

"¡Eh, tú!" Un empleado se acercó.

"Sí, señor..."

"Por favor, llámala..." El empleado miró hacia donde apuntaba el dedo índice de Joe, donde Tissa estaba ocupada.

"Jefa Tissa, señor..."

"Hm, llámala..." La chica asintió. Era imposible rechazar la orden del hermano de su jefa.

"Jefa... Disculpe que la moleste..."

Tissa detuvo su actividad cuando una chica se le acercó.

"Sí, ¿qué pasa?"

"El señor la llama..." La chica susurró al oído de Tissa. No sabía por qué la chica parecía tenerle miedo a Joe, era guapo, pero era su mirada lo que daba miedo.

"Está bien, ve..." Tissa le pidió a otra persona que pusiera el libro que había estado sosteniendo en la vitrina.

"Soy el señor..." Joe puso su teléfono inteligente sobre la mesa. Sus ojos observaron la apariencia de Tissa de arriba abajo.

"Necesito un café... ¿Puedes prepararme un café?" Tissa miró a su alrededor, iba a pedirle a otro empleado que lo hiciera porque hacer café no era su tarea.

"Le pediré a..."

"Te estoy ordenando a ti. No a otro..." Tissa finalmente asintió, aunque en realidad estaba molesta.

"Huuufftt... Vaya, sí que es algo el señor Joe..." Tissa le preparó un café al hermano de su jefa. Tissa no sabía la cantidad de café que Joe solía beber, así que Tissa hizo un café de acuerdo con su propia versión de la cantidad.

"Aquí tiene, señor..." Tissa colocó una taza de café sobre la mesa. Joe tomó la taza y sorbió un poco.

"Hm, el café que haces es muy bueno, ¿eh..." Tissa no respondió, solo sonrió y se sintió feliz por recibir un cumplido como ese.

"Ah, sí, esta noche tengo una reunión. Estaba pensando en invitarte a cenar, ¿qué te parece?" Tissa permaneció en silencio durante bastante tiempo, ¿era una invitación o qué?

"Lo siento, señor Joe... No es que esté rechazando. Pero esta noche ya tengo una cita con alguien, así que una vez más, lo siento..." Joe sonrió, el hombre tomó la mano de Tissa y la acarició brevemente.

"No importa... Lo entiendo..." Tissa se puso nerviosa por esa frase.

"Siendo así, volveré a trabajar, con permiso..." Tissa estaba a punto de irse...

"Espera..."

"Sí, señor..." Joe se levantó, el hombre se acercó a Tissa que todavía estaba de pie.

"¿Dónde está tu teléfono?"

"Eh, pa... ¿para qué lo quiere, señor?"

"Ya, dámelo..."

Con vacilación y resignación, Tissa entregó el objeto plano. Joe lo recibió y luego escribió algo.

"Aquí, ya he guardado mi número en tu teléfono... Si hay algo, no dudes en contactarme..." Después de decir eso, Joe se fue dejando a Tissa confundida.

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TBC

....Aprovechen también para visitar las obras de mi amiga autora..

Autora: Noor Hidayati...





PRÓLOGO

Un matrimonio forzado que Rakha no deseaba en absoluto, hizo que el hombre de 27 años devolviera su frustración a Elvira, su esposa.

Rakha pensó que la mujer de 20 años se había acercado intencionalmente a su abuela hasta lograr casarse con él solo para hacerse con su fortuna.

Pero detrás de todo eso, hay un gran secreto del pasado que obligó a Elvira a hacer todo lo posible para casarse con el hombre al que consideraba un bastardo.

Entonces, ¿cuál es ese secreto del pasado, y cómo Rakha y Elvira viven un matrimonio que comenzó con la obligación y el odio?

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Un fragmento del Capítulo 1

"¡Tú querías esto, ¿verdad!?" Rakha, un hombre de cuerpo atlético que acababa de quitarse la ropa, encerró el cuerpo de Elvira que había empujado con brusquedad sobre la cama.

Con brusquedad, el hombre abrió las manos de Elvira que se cruzaban cubriendo su pecho, luego las presionó a ambos lados de la cabeza de Elvira, y luego con furia hundió su cabeza en el hueco del cuello de la mujer con la que se acababa de casar hacía unas horas por obligación de su abuela.

Rakha recorrió el cuello de Elvira con mucha brutalidad, haciendo que la joven de 20 años se sintiera atormentada porque ella misma en realidad no quería ese matrimonio, y mucho menos tener una relación de marido y mujer.

"¡Rakha, Egh!" al no poder empujar el cuerpo de Rakha, Elvira arañó la espalda de Rakha con ambas manos. Haciendo que el hombre sintiera dolor e inmediatamente se levantara enojado.

"¡Mierda!" maldijo Rakha mientras intentaba mirar la parte posterior de su espalda. Rakha pudo sentir que las afiladas uñas de Elvira le rasguñaban bastante profundo en ambos lados de su espalda aunque no podía ver la herida. Debido a eso también, Rakha, que estaba cada vez más enojado, se dirigió a la caja fuerte que estaba dentro de su armario, tomó varias pilas de billetes de cien mil, y los llevó frente a Elvira que ahora estaba sentada mirando lo que Rakha estaba haciendo. Y byaaarrrr... Rakha esparció ese dinero sobre la cabeza de Elvira.

Naturalmente, Elvira miró hacia arriba, viendo que el dinero comenzaba a caer sobre su rostro y cuerpo que aún estaba envuelto en su vestido de novia blanco.

"¿Así que esto es lo que querías?" preguntó Rakha con una mirada afilada, y siguió apretando los dientes, describiendo lo enojado que estaba en ese momento.

"Por supuesto."

Una respuesta corta, con una mirada afilada desafiante hizo que Rakha se enojara aún más, especialmente cuando Elvira comenzó a tomar uno por uno los billetes con calma.

"Pero esto todavía es muy poco." añadió Elvira mientras contaba los billetes que había ordenado cuidadosamente en su mano.

"¡Mujer desvergonzada!" reprendió Rakha, agarrando ambos lados de las mejillas de Elvira hasta que sus labios se fruncieron, y luego con brusquedad Rakha soltó su agarre, mientras empujaba la cara de Elvira con brusquedad hasta que hizo que Elvira se tambaleara un poco hacia el lado izquierdo.

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ANTERIORMENTE....

Pramasta Rakha Paundra, un hombre de 27 años que durante toda su vida solo ha vivido con su abuela que tiene una fortuna de cientos de millones de dólares, hizo que Rakha se convirtiera en un hombre poderoso y libre de hacer lo que quisiera, incluso para elegir a la mujer que quisiera.

Sin querer tener lazos ni estatus, Rakha puede cambiar de mujer diferente cuando quiera. Pero hoy, tiene que someterse a los deseos de su abuela que quiere que se case con Elvira, una mujer de pueblo a la que no conoce en absoluto, incluso su abuela solo la ha conocido un par de veces, pero no se sabe qué hizo que la abuela insistiera en pedirle que se casara con la chica que tiene el nombre completo de Elvira Kirania.

Rakha no tiene más remedio que aceptar la petición de la abuela, porque si se niega, Rakha no solo perderá su fortuna, sino que peor aún, la abuela amenaza con romper su relación, e incluso en el peor de los casos, la abuela amenaza con beber veneno si su deseo no se cumple. Eso hace que Rakha odie aún más a Elvira porque considera que Elvira ha envenenado la mente de su abuela que durante todo este tiempo ha liberado su vida sin reglas significativas.

Hoy, donde el matrimonio está a punto de tener lugar, Rakha está de pie frente al espejo, ajustando la corbata negra que usará. Aunque el matrimonio de hoy no es un matrimonio deseado, Rakha no tiene otra opción. La abuela, que es la única familia que tiene Rakha, lo ha arreglado todo para que Rakha tenga que casarse con la mujer que ha elegido.

Rakha vuelve a recordar cuando la abuela le contó sobre este matrimonio. Rakha se siente como si estuviera enfrentando una sentencia de muerte. Durante toda su vida Rakha no ha tenido ningún deseo de casarse, y mucho menos con una mujer que no conoce. Pero la abuela no quiere escuchar ninguna razón. La abuela solo dice que este matrimonio es para su bien, y que debe confiar en su decisión.

Rakha respiró hondo, tratando de calmarse. Rakha llevará a cabo este matrimonio, pero en su corazón promete que hará que Elvira se arrepienta de haber provocado este matrimonio forzado.

Cuando Rakha caminaba hacia el altar, la vio. Elvira, la mujer que se convertirá en su esposa. Por un momento Rakha quedó fascinado al ver la belleza de Elvira que vestía un vestido blanco con una cola de 10 metros de largo, cabello negro largo que estaba adornado con un pasador de pelo de tul de novia de perlas de 150 cm de largo, y ojos hermosos naturales, haciendo que Elvira pareciera aún más perfecta, pero Rakha inmediatamente apartó la mirada y se convenció de que no estaba interesado en absoluto. Rakha está seguro de que la mujer con la que se va a casar solo quiere hacerse con su fortuna, como lo han hecho muchas otras mujeres.