Wildan tiene que trabajar en lo que sea para poder seguir cubriendo las necesidades de su madre y sus dos hermanos menores, ya que él es el sostén de la familia. Todo cambia cuando recibe una propuesta inesperada de una celebridad famosa. Incluso le pagan una gran suma solo por ese trabajo. Pero ¿quién lo hubiera imaginado? Wildan se siente tentado a seguir haciéndolo. ¿Qué clase de trabajo será el que realiza Wildan? Gracias a ese empleo, conoce a muchas mujeres hermosas. ¡Incluso llega a encontrarse con la supermodelo que siempre ha admirado!
Esta es la historia del lado oscuro de un fotógrafo, y de su vida llena de altibajos y experiencias únicas.
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Capítulo 20
Wildan se quedó en silencio durante un buen rato. Una vez más, la oferta de alguien lo confundía. Resultó que ser un fotógrafo "plus plus" no era tan fácil.
"¿Y bien? Pero si no puedes, no pasa nada. No te obligo", dijo Natasha.
"¡No! No es eso, Nat. Sólo tengo miedo de las consecuencias. Tu padre no es un hombre corriente", respondió Wildan.
"Oh, vamos. Por supuesto que no pasará nada. Además, la infidelidad está mal. No importa quién lo haga. Pero espero que no sea cierto", dijo Natasha.
"De acuerdo, entonces. ¿Cuándo podemos averiguarlo?", preguntó Wildan.
"En cuanto sea el momento adecuado, me pondré en contacto contigo. Oh, sí, dame tu número". Natasha le ofreció su teléfono.
Wildan tomó inmediatamente el teléfono de Natasha. Introdujo su número en él. Después, Wildan y Natasha se separaron.
En ese momento, Wildan fue directamente al hospital. Allí se dedicó a crear un anuncio para sus servicios de fotografía.
Tras pasar casi una hora, Wildan terminó de hacer el anuncio. Tenía intención de imprimir algunas copias y difundir su anuncio por Internet.
Wildan resopló. Su mano derecha cogió una lata de refresco. Inmediatamente bebió la bebida carbonatada. Fue entonces cuando la atención de Wildan se dirigió a su madre. Se dio cuenta de que Nia lo había estado observando todo el tiempo.
"Mamá, ¿estás despierta? ¿Por qué no me llamaste?", dijo Wildan mientras se acercaba a Nia.
"Parecías muy ocupado", respondió Nia con un tono de voz ciertamente poco claro. Su labio estaba un poco torcido hacia la derecha debido al derrame cerebral que había sufrido. Sin embargo, su estado había mejorado un poco en comparación con el anterior. Parecía que el tratamiento hospitalario iba bien.
"Parece que estás un poco mejor. ¿Quieres que te lleve a dar una vuelta?", ofreció Wildan.
Nia asintió con la cabeza. Wildan la llevó en silla de ruedas. Dieron una vuelta por el recinto del hospital.
El teléfono de Wildan sonó de repente. El nombre de Dirga apareció en la pantalla de su teléfono. Tuvo que rechazar la llamada porque estaba con su madre.
Wildan sólo pudo enviar un mensaje diciendo que le devolvería la llamada en breve.
"Mamá, volvamos a la habitación. Ya hemos dado tres vueltas", dijo Wildan.
Por suerte, Nia no se negó. Wildan la llevó de vuelta a su habitación.
Cuando terminó de trasladar a Nia a la cama del hospital, Wildan salió de la habitación para llamar a Dirga. Se enteró de que la persona que quería contratar sus servicios de fotografía quería hacer la sesión esa misma noche.
"¿Qué? ¿Por qué tan repentino, señor?", Wildan se sorprendió.
"¿Por qué me preguntas a mí? Es una petición de mi amigo, Dan. Será mejor que hables directamente con él. Te envío su número". Dirga colgó. Al cabo de un rato, envió un número de teléfono con el nombre de Tio.
Sin pensarlo dos veces, Wildan marcó el número de Tio. Su llamada fue atendida inmediatamente.
Wildan se presentó primero. Después, preguntó por la hora de la sesión.
"Lo siento, pero mis chicas están ocupadas y sólo pueden esta noche. Te pagaré bien. Pero si no puedes, buscaré otro fotógrafo", dijo Tio desde el otro lado del teléfono.
"¡No! ¡Espere, señor! De acuerdo, puedo esta noche. Envíeme la dirección", respondió Wildan apresuradamente.
Wildan y Tio llegaron a un acuerdo. Wildan recibió inmediatamente la dirección del lugar al que tenía que ir.
Wildan resopló. Pero también estaba contento y curioso.
"¿Pero estaré bien? ¿Y si esas prostitutas intentan seducirme?", murmuró Wildan. Recordó la última vez que no pudo controlarse y terminó humillándose.
"Tengo que encontrar una manera. ¿Pero cómo?", dijo Wildan de nuevo. Se sentó un momento para encontrar una solución. Una solución para no excitarse como la última vez.
