Es la historia de dos mujeres, separadas por la desgracia y que por la traición de un hombre, cruzan nuevamente sus vidas, sin saber que son hermanas .
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Cansado.
Me despierto y veo el reloj en la mesa de noche y marca las 6, será de tarde o de mañana, me siento perdido y no sé dónde estoy, oigo pasos en el pasillo, mejor me levanto a ver qué pasa, veo a mis hijos sentados a la mesa, los escucho preguntar por mí, mejor me alistó y bajo para hablar con ellos.
- Hola familia cómo están.
-Hola papá, buenos días, cómo dormiste.
-Porque no me llamaron, pase de largo, creí que era de tarde.
-Hola dormilón buenos días siéntate a desayunar, que se enfría.
-Hola mi reina feliz día.
Abrazo y beso a mi mujer y me siento a desayunar, no le contaré todo a mis hijos, pero trataré de justificar lo que pasó, para calmar su inquietud de querer conocer la que hable con Alejandro. Así se quedarán tranquilos por el momento.
-Muchachos, ustedes se estarán preguntando, que hable con Alejandro mi hermano, les podré decir que fueron revelaciones familiares dolorosas, que no quisiera recordar, pero que estoy seguro aquí en mi familia no se darán.
Les puedo contar, como mi propio padre destruyó a su familia y a sus hijos al grado de que uno de sus hijos le quitará la vida, está historia es muy dolorosa y de verdad no les quiero enfermar la mente a ustedes con esta historia, lo único que deben saber que son mis hijos, los amo que los tres son mis tesoros y que nunca óiganlo bien, tendré diferencias con ustedes, son mis hijos y los quiero igual a los tres. Y no traten de preguntar nada, porque esa conversación que tuve con mi hermano, ya la enterré y no quiero saber de eso más nada nunca más, lo único que realmente me interesan son ustedes y el mundo que con amor y honestidad hemos creado su madre y yo para ustedes. Así que no me pregunten por qué no les diré nada más.
Después que dijera esto, terminamos de desayunar, los muchachos se fueron a la empresa, yo me quedé con mi mujer y la invite a caminar por el viñedo a ella si le conté lo de los muchachos, lloro de alegría y tristeza, son nuestros y nadie no los van a quitar, le conté las intenciones de Ernesto con nuestra hija y se horrorizó en saber a lo que llego, como mató a papá, sin contarle lo otro y como sus mujeres los traicionaron con papá y como mamá lo sabía y lo acepto como algo normal, también le dije como cada uno de nosotros tuvo madre diferente y como Eleonora callada nos crio y no dijo lo contrario, eso fue lo que conté, no revele lo demás, ya que eso no solo me inspira asco, odio, dolor sino una gran repulsión por mis padres, todavía me da mucho sentimiento en lo que se convirtió Ernesto por la traición del hombre que la dio el ser.
Ahora, ya nada se puede solucionar, ellos ya están muertos y posiblemente están pagando sus pecados y nosotros no somos dios, para juzgarlos que sea el que los juzgue.