El Precio De Los Sueños

Nicanor pasó a una habitación y cuando de pronto entro aquella chica que lo había dejado hechizado, al mirarla tan de cerca, pudo ver lo hermosa que era, aunque no lograba verla al 100 por ciento por aquel antifaz que llevaba, se acercó lentamente a ella y sintió una gran conexión, a pesar estar en aquel lugar sintió que algo dentro de él cambió.

Melani, por otra parte, solo lo veía con los ojos apagados para ella era uno más de los hombres que acudían al bar para lo mismo, para tomarla como una mercancía, pero al sentirlo tan cerca sintió como una corriente que recorría todo su cuerpo, era algo nuevo nunca había sentido esto con ninguno de sus clientes, no sabía que era ni porque sentía esto, pero una sensación de calma se apoderó de ella.

Nicanor la tomo de las manos y la hizo sentar en la cama y le pregunto su nombre, ella dijo que se llamaba “Magdalena”, pues en ese lugar no les dejaban usar su propio nombre, Melani, se sentía extraña, pero no dijo nada, solo le siguió el juego, pensó que pronto la iba a utilizar como todos, pero en su lugar Nicanor solo se dedicó a conversar y a tratar de hacerle sentir segura, sabía que en sus ojos se veía tristeza, aunque ella no decía nada, con su mirada le decía todo, pero él no quería presionar así que dedico a contar historias superficiales, quería que ella confiara en él, las horas pasaron y el pago por sus “servicio”, no quería levantar ningún tipo de sospechas, al irse prometió volver al día siguiente.

Al día siguiente Nicanor regreso, realizó la misma rutina, al principio Melani estaba un poco desconcertada, pues la forma de actuar de aquel hombre era extraña, pero a ella le gustaba tener alguien con quien conversar, alguien que se interese por ella, alguien que no la vea solo como un objeto, pronto sus encuentros se volvieron más frecuentes, Melani había cambiado cuando estaba con Nicanor era otra el brillo de sus ojos volvía por lo menos hasta que él se iba, poco a poco empezó a confiar en él, ambos se conectaban en sus conversaciones, Melani encontró un refugio en él.

Para Nicanor Melani la había atrapado, era una mujer auténtica, aunque estaba en un lugar donde no valía nada para él era el tesoro más grande Y para Melani él era una nueva esperanza, una ventana hacia posibilidad de poder salir de ahí, sin embargo, debía ir con cautela, pues no lo conocía y no sabía si de verdad podía confiar en él.

Los días iban pasando y Nicanor iba todas las noches, había pagado más de lo que le pedían solo para que ella pase todas las noches junto a él, Nicanor se encuentra en una etapa de transición emocional mientras comienza a ver a Melani con más frecuencia, a medida que pasa más tiempo con ella, descubre aspectos más profundos de su personalidad, aquellos que probablemente no se ven a simple vista, tal vez su vulnerabilidad, sus miedos, o incluso sus sueños no revelados.

Él siente más deseos de ayudarla, quizás porque percibe que ella enfrenta desafíos o simplemente porque se siente emocionalmente conectado con ella, pero entiende que, para poder realmente ayudarla, necesita que ella confíe en él, lo que es casi imposible, ya que no es algo que se gana de inmediato, sino con paciencia y acciones.

Nicanor llamó a Matero su amigo de Ecuador, y le dijo que había encontrado un bar clandestino donde creía que estaban las chicas secuestradas, pero que todavía no estaba clara la situación porque seguía investigando, debía hacerlo con cautela para no levantar sospechas y poner en peligro a las chicas, Mateo dijo que va a pedir fotos de Melani para enviarle, que mientras tanto le tuviera al tanto de toda la situación, Mateo se fue de inmediato a la casa de Jorge y Elena, les dijo que su amigo de Estados Unidos había encontrado pistas sobre un bar clandestino que posiblemente estaban trabajando explotando chicas, que le dieran una foto más actual de Melani para enviar a su amigo y que la busque entre las chicas de ese bar.

Luego de hablar con Mateo la esperanza volvió a Jorge y Elena, se abrió una posibilidad de encontrar a su hija y eso más de lo que podían haber deseado, pronto sus corazones se llenaron de inquietud, preguntaron a Mateo cuál era el siguiente paso si Jorge podía hacer algo, tal vez viajar a ese lugar para ver si ahí estaba su hija, pero él les dijo que no, que era muy arriesgado primero debían esperar a tener noticias claras para formular un plan entre todos, un plan que no entorpezca la investigación.