Un hombre que muere y se arrepiente de no haber amado a nadie, aunque eso significaba perder a sus cercanos por ser homosexual, pero renació en un bebé en un mundo similar al nuestro pero con subgénero.
Entonces la pregunta es, el personaje principal de esta historia podrá encontrar el amor, averigua eso leyendo esta historia.
Advertencia: El contenido de esta obra está destinado exclusivamente a una audiencia mayor de 18 años. Incluye temas y lenguaje que pueden ser inadecuados para público menor de edad. Se recomienda discreción y el cumplimiento de las normativas sobre edad y contenido en su jurisdicción.
NovelToon tiene autorización de Enieth Loria Marín para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
20. Un nuevo comienzo.
Un nuevo amanecer y el inicio de una nueva pagina en la vida del omega Cian O’Connor que se encontraba sentado en el salón de la casa de los Rossi, observando el crepitar de las llamas en la chimenea y la calidez que emanaba de las brasas no lograba calmar el nudo en su estómago, una mezcla de nerviosismo y emoción; además había llegado el día de despedirse, de iniciar una nueva etapa en su vida.
Es así como había pasado semanas desde que había tomado la decisión de aceptar la oferta de Harold Pierce para unirse a la filarmónica que dirige y en su mente, había repasado cada detalle de lo que vendría: mudarse a una ciudad nueva, los trámites de visado, el papeleo para continuar sus estudios en Guilldhall School of Music & Drama o en Royal Academy of Music y, sobre todo, el desafío de dejar atrás todo lo que conocía.
-Cian ¿Estás listo? Preguntó William, su voz amable, pero cargada de emoción por el momento.
Cian asintió, mirando a su alrededor y esa casa que había considerado su refugio desde que había llegado a vivir con los Rossi ahora parecía extrañamente distante, además sabía que volvería, que Londres no estaba tan lejos, pero la sensación de partir dejaba un vacío en su corazón.
-Voy a extrañarlos. Dijo Cian en voz baja, sintiendo cómo el peso de la despedida comenzaba a aplastarlo.
Entonces Clara con una sonrisa triste, se acercó y abrazó con fuerza al joven que amaba tanto porque lo vio crecer.
-Siempre tendrás un hogar aquí, Cian. No importa cuán lejos vayas, esta será tu casa y será mejor que me llames al menos 1 vez al mes. Susurró con una voz ligeramente temblorosa.
Después de despedirse de su familia adoptiva, Cian se dirigió al aeropuerto por Steven a quién consideraba su hermano y si bien era una persona de pocas palabras cuando hablaba era tan preciso con su discurso, por eso antes de llegar al control de seguridad, Steven lo detuvo.
-Sé que harás grandes cosas allá, pero si alguna vez necesitas algo… ya sabes dónde estoy. Dijo, dándole un apretón en el hombro.
-Gracias, Steven, por todo y prometo enviar un mensaje todos los días y espero que me envíes fotos de Pearl.
Una vez en el avión Cian miró por la ventanilla pensando en que todos los miembros de la familia Rossi tenían el nuevo número de teléfono que Cian usaría en Londres y ninguno de los O’Connor estaba en sus contactos, mientras el paisaje de su ciudad natal se alejaba rápidamente en Londres lo esperaba con nuevas oportunidades y desafíos, así que cerro los ojos por un momento, recordando la conversación que había tenido con Pierce unos días antes.
Por otro lado, una semana antes de que Cian partiera en Londres Harold Pierce estaba en su estudio adornado con partituras y viejos trofeos de concursos de música en algún punto su teléfono sonó y el hombre contesto, en el otro lado de la línea una voz respetuosa y nerviosa le habló.
-Harold. Dijo Cian, pues el hombre le había pedido que utilizara su nombre de pila desde el inicio.
-He tomada una decisión y aceptaré la oferta para unirme a la Filarmónica de Londres. Expresó Cian.
Pierce levantó la vista de los documentos en su escritorio y fijo su vista en la puerta, pero no estaba prestando atención a la entrada de su oficina sino a la conversación en este brillante pianista y una sonrisa satisfecha afloró, sus ojos brillaron con una mezcla de orgullo y expectativa.
-Sabía que tomarías la decisión correcta, Cian, tienes un talento que no se puede desperdiciar, aquí en Londres te recibiremos con los brazos abiertos. Respondió el director, inclinándose hacia adelante en su escritorio.
-Estoy emocionado, pero a la vez un poco nervioso, porque es un gran cambio. Admitió Cian, soltando una risa nerviosa.
Pierce asintió comprensivamente, aunque el joven no viera su gesto, el tono de su voz cuando le dijo lo siguiente, denotaba su comprensión de la situación.
-Eso es natural, sin embargo tienes lo que se necesita para triunfar en estos escenario, además, no estarás solo, la filarmónica es como una familia, y te ayudaré a adaptarte, igualmente lo primero que debes hacer es coordinar tu mudanza y los trámites de visado, por eso te pondré en contacto con el equipo administrativo te ayudará con eso, y respecto a tus estudios porque debes seguir con ellos, te recomendaré a la Royal Academy of Music, me he adelantado y hablé con algunos profesores allí y estarían encantados de tenerte. Explicó Pierce.
El joven respiró aliviado al saber que tendría apoyo en esa transición, suaviza el cambio que parecía tan abrumador hasta ahora.
-Gracias, Harold en verdad aprecio todo lo que estas haciendo por mí. Respondió Cian.
El omega se sentía una gratitud profunda hacia el hombre que había reconocido su talento y tenía tanta confianza en su desempeño que le abrió las puertas a su orquesta.
-Estoy haciendo lo que cualquier director haría por alguien con tu talento y déjame ser el primero en decirte Bienvenido a la Filarmónica de Londres, Cian, estoy ansioso por ver lo que lograrás.
Aunque el director dijera que cualquier otro le daría la bienvenida, no lo creía porque este mundo estaba tan marcado por los subgéneros que era difícil destacar como un omega en cualquier ámbito de la sociedad y eso lo había visto, por eso era necesario la combinación de una gran fuerza de voluntad y de encontrar a las personas apropiadas que les darían la oportunidad de demostrar su valía y gracias a los cielos, él lo había conseguido.
Entonces volviendo al avión había comenzado a descender y la ligera turbulencia sacó a Cian de sus pensamientos, además el horizonte de Londres aparecía ante él, una ciudad inmensa y vibrante que ahora sería su nuevo hogar, de igual manera sabía que le esperaban desafíos como el adaptarse a un nuevo entorno hasta encontrar un lugar donde vivir, gestionar sus estudios y ensayos, sin embargo sabía que estaba listo, a pesar de que los nervios se negaban a abandonar su pecho, más allá de ellos, había una emoción palpable y era la expectativa de una nueva forma de vida, pues Londres lo esperaba y él estaba por entrar con determinación en sus calles.