En un reino deslumbrante, la princesa Ailén se encuentra atrapada entre el deber y el deseo. Casada con Elian, el príncipe de un corazón frío, descubre la traición en su matrimonio mientras su corazón se inclina hacia Kael, un hombre sin títulos pero de fervor inigualable. En un palacio lleno de intrigas y secretos, Ailén debe elegir entre mantener la estabilidad del reino y seguir el anhelo que desafía todas las normas.
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Capitulo 20
Las manos se apartaron lentamente de mis ojos y labios, revelando a Kael frente a mí, con una expresión de calma controlada. Me miraba fijamente, como si esperara que procesara la situación. La luz de la luna reflejaba en su rostro, haciendo que sus rasgos se destacaran con una claridad inesperada en la oscuridad.
Me quedé sin aliento al ver su rostro, iluminado por la tenue luz de la luna. Su expresión era una mezcla de sorpresa y diversión, sus ojos profundos y penetrantes me observaban con una intensidad que me hizo sentir un temblor interno. La cercanía de su cuerpo contra el mío me hizo sentir un cosquilleo en la piel, y por un momento, el mundo exterior se desvaneció.
“¿Qué haces aquí?” preguntó Kael con voz baja y algo sorprendida.
“Yo… escuché algo y… sentí curiosidad,” respondí, mi voz apenas un susurro.
Kael inclinó la cabeza levemente, su sonrisa se ensanchó. “Es un jardín privado, pero no esperé encontrarte aquí a esta hora. ¿No deberías estar descansando?”
Sentí un rubor en mis mejillas, una mezcla de vergüenza y algo más. La proximidad de Kael, su mirada intensa, me hizo cuestionar mis propios sentimientos. Me sentí maravillosamente desorientada, una sensación que hacía tiempo no experimentaba. Su cercanía despertó en mí pensamientos y deseos que no sabía que tenía, impulsados por la atracción que sentía por él.
“Estaba buscando un respiro… un cambio de aire,” dije, intentando recuperar la compostura.
Kael asintió, su mirada aún fija en mí. “A veces, el silencio de la noche ofrece respuestas que el día no puede. Pero el jardín también guarda secretos.”
Sus palabras y su mirada me hicieron imaginar cosas que nunca había permitido que invadieran mi mente. Me vi a mí misma explorando cada rincón de su ser, sintiendo la calidez de su cuerpo, experimentando una conexión íntima que deseaba, pero que también me asustaba.
Mientras nuestros ojos se mantenían conectados, me di cuenta de que los sentimientos que experimentaba eran mucho más intensos de lo que había anticipado. El tiempo parecía detenerse mientras nos mirábamos, y la emoción de esa conexión inesperada se mezclaba con una sensación de libertad y vulnerabilidad.
La luz de la luna lo iluminaba parcialmente, realzando los contornos de su rostro, el brillo de sus ojos azules y la intensidad en su mirada. La cercanía inesperada me hizo sentir una oleada de calor y emoción. Cada uno de sus movimientos parecía una danza silenciosa en la penumbra, y no podía apartar la vista de él.
Me mantuve inmóvil, apenas respirando, mientras observaba a Kael. La atracción entre nosotros parecía casi palpable, una energía vibrante que nos unía a pesar de la oscuridad que nos rodeaba. Kael se acercó lentamente, sus pasos silenciosos en la tierra blanda del jardín.
Me sentí atrapada entre el deseo de acercarme más y el temor a romper el delicado equilibrio de la situación. Kael se detuvo a un brazo de distancia, su presencia era abrumadora. Miró a través de los arbustos con una intensidad que me hizo sentir como si estuviera expuesta, pero también profundamente comprendida.
—Ailén —murmuró Kael, su voz un susurro bajo—. ¿Estás bien?
Su tono era tan suave y cargado de emoción que me hizo estremecer. Intenté encontrar palabras, pero el aire se volvió espeso con la proximidad. En lugar de responder, simplemente asentí, mis labios se abrieron ligeramente, atrapados en un suspiro que no podía contener. La atracción entre nosotros era tan fuerte que casi podía sentirla como una presencia física.
Kael se movió más cerca, su rostro tan cerca del mío que podía sentir el calor de su respiración en mi piel. Miré sus labios, el deseo de tocarlos se hizo casi abrumador. Me sentía atrapada entre la urgencia de rendirme a la atracción que me invadía y el control que aún intentaba mantener.
Mi pulso acelerado hizo que me sintiera más viva que nunca. Los minutos parecieron estirarse y encogerse, y el mundo exterior se desvaneció, dejando solo a Kael y a mí en ese rincón oculto del jardín. La distancia entre nosotros era mínima, y el deseo de cerrar la brecha se hacía cada vez más fuerte.
Finalmente, Kael se acercó aún más, colocándose tan cerca que nuestras respiraciones se mezclaban. Con un movimiento lento y deliberado, tomó mi mano, su piel cálida contrastando con el fresco aire nocturno. No dijo nada, pero su gesto hablaba más que mil palabras.
No podía evitar inclinarme hacia él, mis labios casi rozando los suyos. Sentí un deseo ardiente, una necesidad de entregarme completamente a la intensidad de nuestro encuentro.
Kael, notando mi embelesamiento, finalmente rompió el silencio. “Deberías volver al palacio. No es seguro estar aquí sola.”
“Sí,” asentí, intentando reconectar con la realidad. “Tienes razón.”
Kael me ofreció su brazo, y caminamos de regreso al palacio en un silencio contemplativo. A medida que nos acercábamos al palacio, no pude evitar reflexionar sobre la experiencia. La noche, el encuentro con Kael, y la conexión que sentía me habían revelado un deseo profundo que había estado oculto. Sabía que lo que sentía por él era algo que necesitaba entender y enfrentar, pero por ahora, me conformaba con la seguridad y el consuelo de su presencia.
Al regresar al palacio, me despedí de Kael con un leve gesto, una mezcla de gratitud y frustración en mi corazón.
Me recosté en la cama, el colchón era una superficie familiar pero en ese momento, parecía tan distante. La atracción que sentía por Kael era algo que nunca había experimentado con Elian. Aunque mi corazón aún palpitaba con fuerza, no era solo por el susto o la sorpresa del encuentro en el jardín. Había una chispa nueva, una tensión que se había encendido dentro de mí.
El corazón me latía desbocado, como si cada pulsación quisiera escapar de mi pecho. No era solo el misterio de lo que había visto, sino el contacto inesperado de Kael y la intimidad de su cercanía. Nunca antes me había sentido tan agitada y a la vez tan viva. Las sensaciones eran contradictorias, desafiaban todo lo que conocía.
Los pensamientos sobre Kael llenaban mi mente, su mirada intensa y su cercanía eran demasiado poderosos para ignorarlos. Me revolví en la cama, tratando de encontrar una posición cómoda mientras mi mente seguía reviviendo los momentos en el jardín. Su contacto había sido sorprendentemente suave, casi cariñoso, y esa suavidad había encendido una llama en mi interior que no podía apagar.
Kael era diferente a todo lo que había conocido, y esa diferencia me atraía de maneras que no podía comprender completamente. En mi matrimonio con Elian, la pasión se había desvanecido con el tiempo, reemplazada por una rutina que había dejado poco espacio para el deseo. Pero con Kael, había una chispa, una excitación que desafiaba mi propia comprensión.
Cada vez que cerraba los ojos, veía su rostro iluminado por la luna, su mirada penetrante y su actitud protectora. La combinación de su presencia física y la intensidad de la situación había creado una atracción que no podía ignorar. Era una atracción que me hacía sentir viva, que me recordaba lo que era estar verdaderamente emocionada.
Me levanté de la cama, caminando de un lado a otro, tratando de calmar el tumulto en mi pecho. La habitación estaba en silencio, y el único sonido era el leve crujido de mis pasos sobre el suelo. Cada vez que pasaba cerca del espejo, me detenía para observarme, tratando de comprender la intensidad de mis propias emociones.
Finalmente, me senté en la ventana, mirando hacia el jardín que ahora estaba envuelto en la oscuridad de la noche. La luna seguía allí, testigo silencioso de los eventos que habían tenido lugar. Los pensamientos sobre Kael no se desvanecían, y la atracción que sentía me parecía cada vez más intensa.
y que Elián se arrepienta de averla tratado mal.
y como en toda novela todo puede pasar,espero que ella tenga unos hijos hermosos.
y Elián sea que no puede dar hijos.