Sé Mi Emperatriz, Comandante.

El incidente durante la conferencia se hizo conocido de inmediato y si no fuera porque el ministro que fue atacado es un demonio, ahora mismo, ya no estaría con vida, aunque si le costará algunos días recuperarse.

Por otro lado, Tatiana estaba en la biblioteca en compañía de Lila, quien le ha entregado los libros que debe estudiar, también le entrega los informes hechos por los ministros el último año, ya que desde que Farkas tomo el trono, quien llevaba todo lo relacionado con el palacio, era la emperatriz madre, pero esta, se retiro hace un año, yéndose a vivir con el ex emperador a una villa lejos de la capital. Tatiana revisa los documentos minuciosamente, anotando cada detalle importante.

— los nobles aseguran que no podrá con el cargo por ser una soldado, aunque me parece que ellos se han equivocado.— menciona Lila.

— ayudaba a mi padre con la administración del ducado en Ligel, mi padre no solo me educó como militar, también me educó para heredar el ducado.— responde Tatiana.

— ¿pero como lo heredaria si se iba a casar con el príncipe heredero?—

— eso fue antes del compromiso. Y en realidad, yo deje que el príncipe y mi hermana se acercaran, mi plan siempre fue romper ese compromiso.—

Lila se sorprende al escuchar aquello, aunque no la culpa, ella habría hecho lo mismo para evitar casarse con ese rey.

— hizo bien. — deja algunos libros más sobre el escritorio.— si lo prefiere puede llevarlos a su habitación para estar más a gusto.— Lila hace una reverencia y se retira.

Tan pronto Lila camina por los pasillos, es interceptada por dos ministros, quienes preguntan sobre Tatiana, ya que supieron que el emperador ordenó que Lila le entregará los documentos y libros para estudiar.

— si quieren usar su falta de conocimiento como desventaja, lo siento, ella sabe más que ustedes.— se burla.

Antes de que estos puedan decirle algo, Lila sigue su camino. Pero los ministros se dirigen donde Tatiana estaba, entrando sin siquiera tocar y al estar de frente a ella, muestras sus experiesiones de molestia y arrogancia.

— si vienen a quejarse, lo siento, tengo mejores cosas que hacer.— Tatiana levanta la mirada.

— que falta de modales. Cuando un hombre entra, la mujer debe ponerse de pie.— le exige el ministro.

— ¿donde esta ese hombre?— mira hacía todos lados.— yo solo veo sapos chillones.

Al escuchar sus palabras, el otro ministro golpea la mesa furioso, dejando ver sus garras y filosos dientes, por su apariencia debe tratarse de alguna especie de demonio.

— es mejor que te vayas humana, es tu última oportunidad.— le grita.

Pero en un rápido movimiento de parte de Tatiana, aquel ministro es empujado junto al escritorio hasta choca contra la pared aplatastado por el mueble ante la mirada atónita de su compañero, para después voltear hacía Tatiana, quien bajaba la pierna con la que había pateado el escritorio.

— ¡oh!, creo que no medí mi fuerza.— se muestra preocupada.— espero que tu amigo aun viva.

Tatiana recoge los documentos y libros y se los lleva, dejando a ese par de hombres, sin palabras y temblando. Aunque sabe que atacar a ese ministro fue demasiado, ya estaba irritada porque no la dejaban trabajar con tranquilidad.

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Farkas por su parte, había salido del palacio para resolver un par de disturbios en el campamento de entrenamiento. Al llegar en la tarde, aquellos ministros que molestaron a Tatiana se acercaron a quejarse por la falta de modales de la rubia y su salvajismo al atacarlos.

— no se que le habrán hecho, pero dudo los haya atacado solo por gusto.— les responde Farkas.

— majestad, solo nos ofrecimos a ayudarla. Le aseguro que una mujer así no es digna del trono.— se queja.

— parece que siguen sin entender, les he dicho que dejen de fastidiar, lord, le aseguro que aunque no me case con la ninfa, tampoco su nieta sería mi esposa, es vanidosa y no sabe nada de política.— le reclama.

— pero majestad... no es por eso, hay otras candidatas mejores.— asegura.

— mejores no, manipulables si, pero les molesta que la ninfa no pueda estar bajo su dominio.—

Ambos ministros dejan de caminar tras el emperador, pues parece que este, ya conoce sus intenciones, lo cual explica porque esta necio en casarse con esa extranjera.

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En la habitación de Tatiana ella estaba en el sofá leyendo uno de los libros de contabilidad y anotaba lo que creía que podría ser algo incorrecto. Al escuchar que tocan la puerta, da el permiso de entrar, era Farkas acompañado de las doncellas quienes dejan los platillos en la mesa y se retiran.

— me dijeron que no habías comido nada, pequeña ninfa.— Farkas toma asiento a su lado.

— estuve ocupada. — le muestra las notas.— creo que tu ministro de finanzas esta haciendo trampa.

Farkas observa las notas, también el libro que Tatiana estaba leyendo, en efecto, hay números que no coinciden. El emperador frunce los labios ante esto.

— haré el informe completo y puede ser presentado en una conferencia.— le asegura Tatiana.

— eso me ayudaría mucho. Pero ven, come algo primero.— le toma de la mano y la guía hasta la mesa.

Ambos toman asiento para degustar de la cena, mientras Farkas comenta el problema que hubo, por supuesto, Tatiana no duda en darle su opinión al respecto. Sabe bien los disturbios y descontentos que pueden haber en un ejército, en especial en cuestión de rango, pues a veces cuando uno es ascendido, se vuelven arrogantes, molestando a sus compañeros por esa arrogancia. Después de cenar, Tatiana paso a darse un baño, salió a disfrutar un poco de la brisa nocturna, mientras que Farkas se había retirado, ya que tenía un pendiente por arreglar.

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Durante la mañana, Sira llegó al palacio con la intensión de acercarse a Tatiana, su padre le dijo que la chica estaba revisando los libros de contabilidad y otros documentos, así que, si se acercaba a ella, podría tener acceso a esos libros y alterarlos un poco, así, los ministros la juzgarían por dichas fallas. Tatiana accedió a recibir a Sira en el palacio luna, por supuesto Sira estaba molesta al ver que el emperador le ha entregado ese palacio a una simple extrajera. Al presentarse ante Tatiana hizo una reverencia y se presentó, aunque, al observan a Tatiana con un traje como suelen usar los hombres, ella hizo un gesto frunciendo los labios, ¿como puede el emperador estar interesado en esa mujer si tiene pésimo sentido de la moda?

— mi padre es el primer ministro y quise venir para ofrecer mi ayuda, si usted así lo desea, alteza.— se inclina para ocultar su gesto de desagrado.

— agradezco su ofrecimiento, dígame lady Stone, ¿que habilidades tiene en combate?— pregunta con seriedad.

— ¿que?, ¿combate?, no, yo no se nada de eso, pero tengo talento en arte, escritura, bordado, entre otros.— presume.

— entonces me disculpo, pero no creo que sea necesaria su ayuda. Yo buscaba una mujer que pudiera actuar como mi guardia personal.— sonríe ladina.

— e-eso no es posible...pero si quiere puedo ayudarla a estudiar los modales de la realeza y también de moda...—

—¿esta insinuando que no tengo modales?, en cuanto a moda, se mucho sobre ello, pero, me siento más cómoda vistiendo mi uniforme.—

— por supuesto, pero, pronto será el baile de presentación, necesita practicar, yo puedo ayudarla.—

— no hace falta, tengo todo lo necesario. Pero agradezco sus intenciones.— se pone de pie.— puede retirarse.

Tatiana se dirige a la salida, mientras Sira le pide que le permita ayudarla, pero las puertas se cierran y las doncellas esperan para guiarla a la salida, cosa que a Sira le molesta, pero debido a como actuó, se notaba su falta de modales, seguramente en esa fiesta, será la burla de la sociedad y humillara al emperador.

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