Mikhail Ruttherford, el hijo menor varón de una familia con poder y dinero, acostumbrado a actuar según sus creencias, sin prestar atención a lo que otros digan de su forma de llevar las cosas, solo su perspectiva era importante, hasta llegar al punto de mantener una relación amorosa con Anastasia Petrova, la mujer de la cual estaba profundamente enamorado a pesar de las controversias y problemas que ese amor le procuraba, siendo el hecho de que la mujer ya se encontraba casada con otro hombre, por lo que su relación era un secreto que no podía salir a luz pública, mientras él debía verla ocasionalmente desfilando por la alfombra roja tomada de la mano del hombre quien era su esposo, teniendo que compartirla para poder mantenerse a su lado, aferrado a ella sin importar las condiciones.
Para distraer su mente y mantenerse alejado de la tentación de buscarla cometiendo la imprudencia de interrumpirle el evento al cual ella asistiría en compañía de su esposo. Prefirió crearse algo de trabajo extra y viajar hacia una zona remota con el pretexto de ir a ver nuevos terrenos para un negocio. Algo que no estaba dentro de sus planes era que durante ese viaje tendría un accidente que lo haría desaparecer de ese mundo durante algunos meses.
¿Qué sucederá cuando aparezca luego de su accidente?
NovelToon tiene autorización de Gabriela Kienzler para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 8. De alta
¿Cómo puedes sentirte familiarizado con tu nombre, pero al mismo tiempo sentir que está mal?, aunque el único recuerdo que lo conectaba a ello era una mujer, pero por más que pensara no podía saber quién era y porque sentía la necesidad de gritar cada que lo hacía, un ahogo que se acumulaba en su garganta y quería salir en forma de un gran grito de alivio.
Pero en lugar de hacerlo solo se limitó a observar la oscura noche a través de la ventana de la habitación, dejándose envolver por aquel sentimiento de soledad y tristeza que lo invadían, mientras observaba aquellas estrellas tratando de encontrar en ellas la respuesta para aquel sentimiento y cómo hacer que desapareciera.
Entonces escucho la puerta de la habitación abrirse y con ella se llenó de luz y emoción, “Tal vez, si me quedo a su lado este sentimiento desaparezca, porque con solo verla sentí que todo iba a estar bien”, pensaba MIkhail mientras abrazaba fuerte a aquella mujer.
- Yo, yo, ya tengo que irme – le dice Freya separándose de Mikhail
- ¿Volverás? – le pregunta tomando su mano
- S... SI, mañana vendré a verte – le dice tratando de no verlo a los ojos, ya que sus mejillas se sentían demasiado calientes
- Te estaré esperando – le dice sonriendo y luego suelta su mano
La mujer se marchó rápidamente dejando a MIkhail dentro de aquella habitación oscura y solitaria, aunque el sentimiento asfixiante ya se había marchado, en su lugar sentía una gran calidez en su pecho, seguida de una emoción por volver a verla.
- Espero que el mañana llegue rápido – dice sonriendo mientras observa las estrellas
Al quedarse dormido volvió a los recuerdos de aquella mujer que solo le provocaba un enorme sentimiento de soledad, desesperación y desolación, “Ámame Lukas Hill” decía la mujer bajo su cuerpo, sonriéndole de forma seductora, a pesar de que aquella escena parecía ser de dos amantes que se amaban, ¿Por qué lo hacía sentir tan mal? “Te amo Luka Hill” dice la suave voz de la mujer embriagando su cuerpo con sus palabras “Maldita mentirosa”, escucho a su subconsciente.
Alterado por aquel extraño sueño se despertó sintiendo que su pecho explotaría por las rápidas palpitaciones de su corazón, su respiración era agitada y se sentía desesperado.
- ¿Qué? – decía confundido - ¿Qué fue eso? – su respiración no se calmaba, sentía sus manos temblando
- Oh, Ya despertó – le dice Freya entrando a la habitación con ella una gran atmosfera de tranquilidad que invadía a Mikhail, ¿Cómo era posible que una mujer le causara angustia en cada uno de sus recuerdos y otra con tan solo estar presente apaciguara aquella ansiedad?
- Ya amaneció – dice viendo hacia la ventana
- Si, ¿durmió bien? – le dice colocando una charola al lado de la cama
- No, tuve un sueño inquietante – dice suspirando luego voltea a mirar a Freya – pero todo se calmó al abrir mis ojos – le dice sonriéndole – olvidé darte los buenos días, ¿tu dormiste bien Freya? - le dice sonriendo
- Si – le dice tratando de evadir la mirada penetrante de aquel hombre
- Qué bueno – le dice de forma amable
- Voy a ayudarlo a cambiar su ropa – le dice tratando de no verlo demasiado
- Te lo agradezco – le dice en tono cálido
La mujer se encargó de ayudar a vestir de forma delicada, como si de un muñeco de porcelana fina y delicada se tratara, que al más leve mal trato podría romperse.
- ¿Usted es enfermera aquí? – le dice MIkhail curioso
- No, yo solo soy un apoyo, nada más – le dice terminando de abotonar la camisa del hombre
- ¿Ahora qué? – le dice Mikhail después de que lo terminara de vestir - ¿me llevara a una cita? –le dice riendo
- Vamos a dar un paseo, necesita comenzar a darle movilidad a sus músculos, el doctor me dijo que debía ser al menos durante quince minutos, así que podemos caminar por los pasillos y si puede le mostrare el jardín – le dice obviando la broma
- ¿Iré con usted tomando su brazo? – le dice viéndola
- Ira con este bastón – le dice entregándole el bastón – aunque puede tomar mi brazo si necesita más apoyo – le dice Freya en tono amable
- Me parece excelente – le dice tomando el bastón para ponerse en pie y luego toma el brazo de Freya, aunque no apoya nada de su peso en ella – bien, ahora si ¿vamos? – le dic entusiasmado, mientras aguantaba el dolor de su pierna izquierda
- Si – le dice y comienza a dar pequeños pasos para que el hombre la siguiera.
Mientras caminaban, Freya y Mkhail (Lukas), platicaron de muchas cosas, en su mayoría sobre las labores que ella realizaba como apoyo, una que otra historia del pueblo y los pacientes que habían allí, después de pasada la media hora volvieron a la habitación. Esa rutina incluyendo ejercicios para sus manos, se mantuvo de esa forma durante dos meses, en ocasiones Gunther quien quería poder charlar con Mikhail los acompañaba en las caminatas y a veces se le permitía quedarse en la habitación charlando con el paciente. Hasta que el medico realizo su evaluación y vio que su cuerpo ya se encontraba en condiciones para poder ser dado de alta.
Sin nada más que tomar que su billetera, ya había llegado el momento para irse de aquel hospital.
- Espero que puedas recuperar tus recuerdos – le dice Freya despidiéndolo
- SI, yo también lo espero – le dice sonriendo de forma melancólica
- Oh, también esto – toma la mano del hombre y le entrega un pequeño papel – este es el número de teléfono de nuestra casa, por favor llama si necesitas ayuda – le dice preocupada
- Te aseguro que lo hare – le dice en tono cariñoso, luego la abraza – Gracias por todo lo que has hecho por mi Freya – le dice despidiéndose
- Por favor cuídate mucho Lukas, espero que puedas encontrar tu lugar en este mundo – le dice dejando salir unas lágrimas.
Después de aquella despedida emotiva, esa mañana Lukas Hill se marchó de la vida de Freya, pero a pesar del dolor que sentía por verlo ir, también se sentía feliz de que el hombre había logrado recuperarse y ahora podría ir junto a sus seres queridos.
Mientras tanto en la recepción del hospital después de la despedida, se encontraban cuatro hombres de aspecto sospechoso, parecían ser peligrosos, al punto que la recepcionista se sentía presionada.
- Señorita solo busque allí una vez más – le dice el hombre molesto
- Señor ya lo he buscado, Mikhail Ruttherford no ha sido atendido aquí, mucho menos hemos recibido heridos del lado este de la montaña – le dice asustada.
- ¡Maldición! – grita el hombre alertando a todos los presentes – al jefe no le va a gustar para nada si le llego con esa noticia – dice preocupado
“¿Mikhail Ruttherford?, aquí no ha habido ningún paciente con ese nombre, pero al parecer hizo algo malo, de no ser así ¿Por qué unos hombres tan peligrosos lo estuvieran buscando de forma tan desesperada?” pensó Freya, por suerte pudo continuar sin problema alguno con el resto de sus labores.
Al llegar la noche, se sintió un poco triste, ya que Lukas ya no estaría en aquella habitación solo para darle las buenas noches antes de irse a casa.
- Freya\, ¿hoy si te iras conmigo? - le dice Charls sonriéndole de forma amable
- S... Si - le responde Freya espabilando de sus pensamiento, "solo deseo que le este yendo bien"
El viaje a su casa era rápido con la camioneta de Charls y ya que Freya se mantuvo sumida en sus pensamientos no se percato en que momento habían llegado.
- Freya\, yo quiero hablarte de...
- Oh\, ¿Ya llegamos? - le dice Freya apenas percatándose - Que tengas buenas noches Charls\, gracias por haberme traído -le dice bajándose apresurada
- Freya\, espera - le dice bajándose tras ella - espera - le dice tomando la mano de la mujer
- Q... ¿Que? - le dice sorprendida
- Pues quería saber si\, podías tener una cena conmigo mañana por la noche - le dice en tono encantador
- Co\, Co\, ¿Conmigo? - le dice sorprendida
- Si\, claro\, ¿quieres? - le dice sonriendo
- Claro\, me encantaría - le dice sonriéndole de forma tímida
- Entonces\, hasta mañana - le dice complacido con la respuesta soltando la mano de Freya
- Si\, hasta mañana - le dice y luego termina de caminar hacia la entrada y Charls se marcha
Después de calmarse abrió la puerta y camino hacia el comedor, se escuchaba a Gunther reír
- Hija\, buenas noches - le dice su padre al verla - pasa y siéntate\, hoy celebramos que a partir de hoy tendremos un inquilino en la cabaña pequeña - le dice su padre en tono alegre
- ¿Ah si? - le dice riendo mientras deja su bolso a un lado - ¿y de quien se trata? - le dice riendo
- De mi - le dice MIkhail quien se encontraba atrás de ella
- ¿Lukas? - le dice Freya sorprendida
- Buenas noches Freya\, es un gusto volver a verte - le dice sonriéndole de forma despreocupada.