Después de que su esposo le fue infiel con su mejor amiga, tuvieron un altercado. Todos la creían muerta, pero ella volvió con más fuerza dispuesta a vengarse de todos los que le hicieron daño.
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Mala leche
Vamos, Esthercita, ¿no te gusta el lugar?, le preguntó sor Patricia.
Esthercita no quiso responder.
Yo sé que extrañas a tu familia, pero aquí las cosas no están tan mal. Tenemos todo lo necesario para que tengas una buena estancia. Solo es cuestión de que te hagas a la idea Esthercita, no es tan malo.
Es que extraño a mi tía Sharon y a mi tía Judith ellas me quieren mucho.
Pronto las verás. No te desesperes, mientras, échale muchas ganas al estudio.
Esthercita hizo una mueca y luego dijo: está bien.
Aunque se sentía muy triste, sabía que tenía que echarle ganas al estudio, quería que Sharon y su tía Judith estuvieran muy orgullosas de ella, tanto más que su padre.
Sus nuevas amigas la tomaron de las manos y se la llevaron a jugar. Al poco rato Esthercita se divertía, olvidándose de todo, al fin niña.
Poco a poco ella ae fue acostumbrando al lugar.
Era la mejor estudiante que podían haber tenido.
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Ethan, ¿por qué no me quieres corresponder?, ¿no te gusto?, Judith estaba enamorada de Ethan, pero él no le hacía caso porque él estaba enamorado de Sharon.
Por favor, Judith, en el corazón no se manda.
¿Amas a alguien más?, ¿se puede saber quién es?
Eso no es de tu incumbencia, tú mereces alguien que te ame, yo no soy ese hombre, lo siento de verdad.
Ethan, me has roto el corazón. Yo te amo, no puedes apartarme así de tu vida.
No es mi intención que sufras de esa manera, es lo que menos quiero.
Entonces, ¿es tú última palabra?
Sí, lo siento...
Judith salió de la casa de Ethan, completamente descorazonada.
Él ni se inmutó. "Mejor dejar las cosas claras de una vez, antes de que sea demasiado tarde".
En ese mismo momento, Ethan salió a buscar a Sharon a su empresa.
Hola, Sharon, ¿cómo estás? Te invito a cenar, ¿aceptas?
Está bien, deja guardar todo. Al salir; Lolis, ya me voy, puedes irte también, nos vemos mañana.
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Arap vio a Sharon irse con Ethan y sintió una especie de... ¿Celos?
¡A dónde irán?, ¿quién es ese tipo?
Arap no se acordaba haberlo visto, simplemente no lo conocía.
Decidió seguirlos, "lo voy a investigar, puede ser alguien peligroso".
Se subió a su auto y se fue detrás del auto de Sharon a prudente distancia.
Se detuvo cerca del restaurante, ahí esperó pacientemente a que salieran.
Oye, dijo Sharon, ¿no sientes como si alguien nos observara? Es una sensación muy rara.
No, no te vuelvas paranoica, no hay nadie, solo nosotros y uno que otro cliente.
Ok. Pero a pesar de todo, ella sentía una mirada poderosa. Miró a su alrededor y no vio a nadie conocido.
Se tranquilizó, siguió platicando con Ethan...
Sharon, mi mamá quiere que vayas a mi casa, tiene deseos de conocerte. ¿Irías hoy mismo, en cuanto acabemos de cenar?
Sí, ¿por qué no?
Gracias, me haces muy feliz.
Siento que te conozco desde mucho antes. Has llenado mi alma de esperanzas y de ánimos para seguir viviendo. Te lo digo poniendo mi mano en el corazón.
Eso es bueno, yo también siento como si ya nos hubiéramos conocido antes.
Sabemos que eso es imposible, porque tenemos poco tiempo de conocernos.
Nomás no te me vayas a desaparecer, te amo demasiado...
Yo también te amo, Sharon le respondió muy segura de sí.
No podía faltar el beso lleno de amor y pasión.
Pero Sharon no era de esas mujeres que se entregan tan rápido, ella esperaba el momento adecuado. Ya había tenido una desilusión con su esposo, y no quería volver a pasar por lo mismo otra vez.
Por eso se iba con cuidado, tanteando el suelo que pisaba.
Aunque Ethan se mostraba muy amoroso, pero la vida le había enseñado a no confiar en todos, por muy buenos que parezcan.
Dos horas después, Sharon fue a dejar a Ethan a su casa, y de paso llegaría a conocer a su madre.
Pasa, amor, mi madre ya nos está esperando.
Afuera de la humilde casa, Arap esperaba que Sharon saliera, pero al parecer ella estaba muy a gusto con Ethan, porque ya llevaba varias horas ahí y parecía no querer regresar a su casa.
Decidió regresar a su casa, ya tendría tiempo de hablar con Sharon de la situación.
Pero contrario de lo que pensara Arap, adentro de la casa se desarrollaba una escena muy común en ese tipo de lugares.
Julia la vio de arriba a abajo... Y esta, ¿quién es?, preguntó.
A Sharon se le hizo muy incómodo el momento, esa mujer no dejaba de mirarla.
Es mi novia, Sharon. Ella es mi mamá, le dijo a Sharon a su vez, y esta es mi cuñada, no le hagas caso, ella está muy amargada.
¿Cómo te atreves a decirle a esta desconocida que soy amargada? No te lo voy a permitir.
Lo siento, dijo Sharon apenada por la situación.
Ethan se puso a la defensiva, ya te dije que ella es mi novia, no es una desconocida.
Espero que sea la definitiva, porque con tantas chicas que has traído ya no sabemos cuál es la buena.
Y luego volteó a ver a Sharon. Pero esta miró hacia otro lado, poniendo de manifiesto que no le importaba nada de lo que dijeran de ella.
Ah, ¿te haces la que no oyes?
Julia, ya déjala en paz. Ethan la defendió.
Ay, mira a la niña, todavía necesita que la defiendan. A Ethan le gusta salir con todas las muchachas es un "don Juan", dijo Julia, no te hagas ilusiones.
Bueno, cuando quiera un consejo serás la última persona a la que recurra, dijo Sharon sin inmutarse.
¿Te crees muy graciosa y lista?
No, y no me importa lo que digas, al fin y al cabo, para mí no eres nadie.
¿Cómo se te ocurre decir eso?, Ethan, ¿vas a permitir que esta mujercita me falte al respeto?
Ay, miren a la niña, todavía necesita que la defiendan. Sharon le devolvió sus propias palabras.
¡Basta!, dijo Ethan, molesto, te llevaré a tu casa, Sharon.
No hace falta, me iré sola, mejor cuida a tu cuñada, no vaya a ser que alguien le haga algo malo, y no encuentre quien la defienda.
Dicho eso salió sin voltear atrás, una sonrisa de triunfo iluminaba su faz.
¿Ves lo que ocasionas?
Ay, perdón, ¿es muy delicada la niña?
Julia, mejor ocúpate de tu hijo, que buena falta le hace. Últimamente, se ha convertido en un rebelde.
Deja de meterte en mi vida, a ti no te importa.
Y tú deja de meterte en la mía, tampoco te importa, dijo Ethan, decidido.
Dennis solo los veía, callada...
Sabía que Ethan resolvería cualquier problema que se presentara.