LOS INSOPORTABLES DESCENDIENTES (5)

Mientras que la fiesta continuaba, Aurora estaba cerca de Nicolás, esperaba que en algún momento la droga le hiciera efecto, pero él estaba sobrio, al parecer no quiere tomar para estar atento a los movimientos de Alexandra, en un momento, ella salió a la proa del yate, quería respirar aire puro y también quería buscar a Stefany hace bastante rato que no la veía.

__¿Necesitas compañía? _ le susurró Nicolás, abrazándola por detrás sin perder tiempo y presionándola contra las barandas y su pecho.

Alexandra, dejó escapar un gemido y

Nicolás se sonrió, él se acercó más y le susurró al oído:

__daría todo lo que tengo por qué el tiempo se detuviera y nos quedáramos así para siempre.

Nicolás la giró y quedaron frente a frente, sus corazones palpitaban al mismo ritmo.

Por primera vez, Alexandra tomó la iniciativa y lo besó, lo tomó por la nuca e invadió su boca con su lengua, Nicolás correspondió el beso de tal forma que la elevó del suelo.

__ Perdón, _dijo Aurora interrumpiendo el beso.

__¿qué demonios quieres, Aurora? _ dijo Nicolás sin siquiera voltear a verla

__ Con permiso _ dijo Alexandra y salió casi huyendo del lugar.

__Pero, ¿a qué juega Alex?, hace rato se estaba comiéndose a Alexis a besos en este mismo sitio y ahora a ti.

Nicolás, pasó, por un lado, de Aurora, sus ganas de arrojarla por la borda crecía a cada momento, ella por su parte, fue tras Alexandra, debía ponerle un freno antes de que Nicolás logre conquistarla.

Aurora, llegó al salón y la observó sentada en una esquina, Alex tenía un trago en la mano.

__ Alex me puedes explicar, ¿qué demonios te traes con Nicolás?, yo fui bien clara contigo la última vez, te hablé acerca de mis intenciones de conquistarlo y tú me dijiste que me lo regalabas que no te interesaba.

__ Déjame en paz, Aurora, no tengo ganas de hablar con nadie.

__ Bueno solo te quiero mostrar algo _ Aurora le mostró un anillo.

__¿quieres que me casé contigo?,

__ Este anillo me lo dio Nicolás la primera vez que hicimos el amor, estamos comprometidos Alex, solamente que no lo hemos hecho público, así que aléjate de él.

Alexandra comenzó a aplaudir

__ Me alegro por ti, serás oficialmente la cornuda Miller, ahora lárgate de mi vista.

Aurora sonrió, sabía que la otra parte del plan empezaría en tres, dos, uno.

__ Atención, atención por favor, amigos y familiares, quiero aprovechar la oportunidad, claro con el permiso de los novios, para pedirle a la mujer más maravillosa y más hermosa del todo el clan que sea mi esposa.

Todos observaban la escena, sorprendidos,

__ Alexandra Costello, eres la dueña de mi corazón, te amo y quiero amanecer contigo cada día, por el resto de mi vida. ¿Aceptas casarte conmigo?.

Alexandra se puso de pie y busco a Nicolás con la mirada, para su sorpresa Aurora estaba parada a su lado, recostada de su hombro.

Ella se tomó de un solo trago, el vaso de vino.

__ Acepto, Alexis porque estoy segura de que eres el único hombre que puede hacerme feliz, sé que me serás fiel y que no habrá espacio en tu corazón, ni en tu cama para nadie más que para mí.

Ella llegó junto a él, y dejó que Alexis le pusiera el anillo delante de todos.

Nicolás salió corriendo del salón y se oyó uno el rugir del motor de una de las lanchas salvavidas golpear el agua, Dalía corrió tras su hijo y cuando llegó al borde del Yate, el Capitán le dijo, que no se preocupara que uno de los tripulantes se fue con él en la lancha y que no estaban tan lejos de la costa.

Dalía volvió al salón y buscó a su esposo.

__ Deimon, tenemos un problema

__¿qué pasó mi vida?

__ Nicolás está enamorado

__ ¿Y dónde está el problema?, eso es magnífico.

__ No cuando está enamorado de la chica, que acaba de aceptar casarse con otro.

__ ¿de Alexandra Costello?, pensé que le gustaba Aurora

__ Deimon, por Dios piensa menos y observa más, Nico ni siquiera tolera estar cerca de Aurora.

__ Voy a hablar con él,

__ Se fue, pidió que lo llevarán a la costa en una de las lanchas salvavidas, conociéndolo debe estar rumbo al aeropuerto.

__ Hablaremos con el mañana cuando regresemos.

Por su parte, Alexandra se fue a una de las habitaciones a descansar.

En cambio, los demás uno a uno se fueron acomodando, para ver el hermoso amanecer desde la proa.

Los primeros rayos del sol aparecieron y los amantes, estaban abrazados y aún desnudos.

Dimitri Jr, se despertó primero y sintió su corazón latir descontrolado, se sentó en la cama con mucho cuidado, se pasaba ambas manos por la cara,

Tenía la esperanza de que todo hubiese sido un delicioso sueño, pero para su sorpresa ahí estaba junto a él, desnuda la mujer de sus sueños y ahora era su mujer, él había devorado cada parte de su cuerpo y ella había correspondido a cada beso y a cada caricia.

__ Te amo Stefany Tarasov _ sintió un frío correr por su espalda al afrontar que era una Tarasov, era su hermana, la que había logrado enloquecerlo hasta perderse en la pasión y el amor, si el amor, era un amor prohibido, un amor sucio y un amor maldito, pero era su amor y si ella lo aceptaba él estaba dispuesto a luchar contra el mundo para defenderlo y consumarlo hasta quemarse en el infierno.

Dimitri Jr, le dio un casto beso, y se levantó con mucho cuidado, se vistió y salió del camarote, necesitaba tomar un poco de aire, antes de enfrentarse a Stefany y el hecho de que ella era su mujer, pero también era su hermana.

Él llegó a las barandas y miró hacia el cielo

__ Dios, Perdóname, pero un amor tan hermoso y puro no puede estar prohibido. No quiero alejarme de tu lado, pero esto que siento es tan grande que sobrepasa todos mis valores y principios.

Después de reflexionar, fue a la cocina y mandó a preparar un desayuno ligero para consentir a su amada, ya debería estar por despertar.

Recibió la bandeja y al entrar la encontró sentada en la cama, ya estaba vestida, pero como algo desorientada.

__ Buenos días, hermano.

__ Buenos días, Stefany _ dijo él, se sentía muy nervioso, ¿de todos los calificativos que ella podía usar para referirse a él tenía que usar el menos apropiado?

__ Ay Dimitri Jr, no sé que me pasó, no recuerdo nada, pero creo que me acosté con alguien anoche, me duele mi intimidad

Él sonrió amargamente