La Venganza Del Sigma

POV Oliver

Allen se apartó un poco, permitiéndome ver completamente las marcas en su pie.

-Podemos seguir jugando este juego, Oliver.- Dijo Allen, su tono suave pero implacable. -Pero sé sincero contigo mismo.-

No pude evitar fijar mi mirada en el cuerpo de Allen. Las líneas rojas resaltaban su piel clara, crenado un contraste que resultaba inquietantemente atractivo. No había logrado apreciar el físico de Allen aquella noche, pero ahora, con mejor iluminación, no pude evitar admitir que se veía muy bien, demasiado bien.

Me encontré atrapado entre la culpa y la atracción. Mis pensamientos eran un torbellino de emociones contradictorias, pero una cosa era clara, y era que el cuerpo de Allen tenía un poder innegable sobre mí.

Aparté la mirada, tratando de recuperar el control de mis pensamientos, pero las palabras de Allen resonaban en mi mente, y la imagen de su cuerpo seguía presente.

Finalmente, solté un suspiro pesado, mi voz cargada de resentimiento y amargura.

-¡Eres un imbécil ególatra y arrogante!- Exclamé, mis palabras cargadas de un odio palpable. -Te odio, Allen. Me has hecho sentir tan miserable que he llegado a considerar quitarme la vida. Volví a autoflagelarme por tu culpa, y ahora que intenté vengarme tu lo disfrutas… Como sea, ahora parece que ambos hemos caído igual de bajo, ¿no es así? Así que supongo que podríamos divertirnos un poco.-

A pesar de mi enojo y resentimiento, no pide evitar sentir una extraña sensación de liberación al reconocer la verdad de mis palabras.

Me incliné hacia adelante, doblando mi rodilla y aplicando presión contra la entrepierna de Allen. Un gemido escapó de los labios de Allen, mezclado con un gruñido de placer y dolor.

-¿Fue esa noche tu primera vez, Oliver?- Preguntó Allen con su voz ronca. -No puedo evitar recordarlo, estabas tan… apretado.-

Mordí mi labio inferior, desviando la mirada.

-No, no era mi primera vez.- Respondí mintiendo, pero noté que Allen percibió mi mentira.

Allen soltó una risa burlona, sacudiendo la cabeza con incredulidad.

-¡Increíble!- Exclamó .¿Tu primera vez fue desperdiciada en una venganza con alguien a quien odias? Eres todo un caso, Oliver.-

Sentí un estallido de ira y frustración. Con un movimiento rápido, puse a Allen contra la cama, sujetándolo con fuerza.

-¡Eres despreciable, Allen!- Grité, con el corazón latiendo furiosamente en mi pecho. -Primero vienes a disculparte y luego muestras quién eres realmente, ¡eres un hipócrita y un cobarde!-

Allen me miró con una sonrisa burlona en su rostro.

-Aunque quieras negarlo, Oliver, sigues aquí, ¿no es así? Todavía quieres tener sexo conmigo.- Comentó con sarcasmo.

Sentí una mezcla de ira y desesperación, apreté mis manos alrededor del cuello de Allen y lo ahogué mientras me sentaba sobre su entrepierna, ejerciendo mi dominio de manera contundente.

La sonrisa socarrona de Allen permaneció en su rostro mientras seguía provocándome.

-Ansías tenerme dentro de ti, ¿verdad, Oliver? Eres una perra en celo, solo deseando ser poseído.-

Con una sonrisa siniestra en el rostro, solté mi agarre y le di una bofetada a Allen.

-Sí, Allen, así es. Voy a usarte a ti y a tu pene para redimirme.- Dije con determinación, dejando claro que iba a tomar el control de la situación.

Comencé a desnudarme lentamente mientras permanecía sobre Allen. A pesar de la bofetada, Allen sonreía y parecía mirarme con admiración, parecía que para él incluso en dolor físico palidecía en comparación con la excitación de la situación. Ambos estábamos ardientes y compartíamos ese deseo de ser castigados por los errores que habíamos cometido.

Yo me encontraba en un estado de desapego emocional hacia Allen. No sentía ningún tipo de afecto por él, simplemente lo veía como un medio para desquitarme y satisfacer mis propios deseos. Utilizar a Allen de esa manera era mi manera de vengarme y, al mismo tiempo, buscar una especie de redención para mí mismo.