Vuelve

Belice se está estresando al ver la crisis en la familia Casiraghi, ella se imagina como debe sentirse Santino. Todos estaban en el hospital esperando de noticias sobre la salud de don Nicola.

El olor a medicinas, el cansancio y el estrés están causando un efecto secundario en Belice, ella no puede retener las violentas náuseas, para Santino siente que es otra carga más para sus hombros, los Delgado y la familia de Raúl auxilian a Belice. Belice tiene los ojos llorosos, está pálida, Santino no tenía como acceder a ella, pero una enfermera pasó y les ayudó con lo que tenía en mano, algodón y una botellita de alcohol, pero solo empeoró las cosas.

Santino ve salir un doctor y le explica el problema de su esposa y éste accede en ayudar. El doctor acompaña a Belice a salir de sala, Santino está a su lado.

- Doctor me siento mal. - ella habla media sonámbula, tiene soporte de ambos lados.

- Bueno, su esposo me contó lo que ha pasado en los últimos días.

Ella no sabía que Santino la sostenía del otro lado, ella solo hablaba con el doctor y así que se reveló el secreto.

- Eso es no es todo, él no sabe que estoy embarazada.

- En todo caso, señora, vaya a descansar.

- Está bien.

El doctor le dio unas palmadas al hombro se Santino, en señal de felicitación. El doctor da asiento a Belice en sala de espera, allí corre aire fresco. Santino lloraba de felicidad, será papá, pero su matrimonio está pasando por una etapa muy crítica.; recordar eso, le hace dar vuelcos a su corazón, tener un hijo por nacer y no poder verlo crecer. Le limita a abrazar a su esposa, llenarla besos y caricias.

- ¡Santino! - estaba totalmente sorprendida, esta r ecuperando sus sentidos al estar al aire fresco.

- ¿Por qué no me dijiste nada de tu embarazo?

- Yo… - no sabía que decir en ese momento – Santino, no te lo dije por qué, por…por qué pensé que…no …te importa.

- Tonterías. Belice, volvamos por el bien del bebé. Nuestro niño.

- Tengo miedo. Quiero estar lejos de ti.

- Hagamos las cosas como tienen que hacerse por el futuro de nuestro hijo.

Belice baja la mirada, llora, se siente perdida.

- No llores mi amor, te llevaré a casa para que descanses ¿Cuándo es tu cita con el doctor?

- El próximo mes.

- Avísame. Para asistir contigo.

Don Nicola está estable, pero sedado. El doctor sale hasta sala de espera para llamar a los familiares del paciente.

- ¿Familiares del paciente Casiraghi?

Todos de pie, Santino da dos pasos adelante sin soltar de su lado a Belice.

- Yo soy el hijo.

- Pues su padre ha recibido un fuerte desequilibrio hormonal producto de las intensas emociones, necesita descansar, nada emociones fuertes y menos de connotación negativa. Durante la revisión, ha sufrido otra convulsión y ésta le ha generado un infarto. Estará medicado a vida, una persona apenas presenta un infarto debe cuidar mucho de sus actividades, emociones y la dieta, hay cosas que hay que cambiar.

- ¿Podemos verlo?

- Todavía no, mañana a primera hora. Eso es todo, muchas gracias por su paciencia.

Todos están conmovidos. La salud me don Nicola es delicada, los Delgado se despiden, incluyendo Belice.

- ¡Quédate, Belice!

- Quiero descansar en mi casa.

- Está bien. Pero iré a verte.

- Atiende tu padre, él te necesita.

- Nuestro hijo también.

- Tú padre está en una condición delicada. Santino, tú también necesitas descansar.

- Vamos a descansar los dos mientras pensamos como cuidar del bebé.

- Santino, me tengo que ir.

Belice se fue y subió a la camioneta. Raúl, se queda al lado de Santino.

- Necesitas dormir, viejo. Te veo mal, anda directo a casa. Todo el resto también se va a ir. Lo importante es que tu papá esta salvo y estable. Mañana es otro día.

- No sé si podré descansar.

- Entiendo tus preocupaciones.

- Me acabo de enterar que voy a convertirme en papá. Pero mi matrimonio se está arruinando.

- Esa Paola supo arruinar una familia. Y tú por pisar el palito la complicaste.

- La perra está muerta. Así como mató mi mamá y al mayordomo. Ella pagó con su vida.

- Eso se festeja.

-No es el momento.

- Lo sé, pero cuando llegue el momento, será un fiestón. Por mi parte puedo festejar solo.

Raúl se despide de su amigo, recoge sus padres, ellos también se despiden y abandonan el hospital. Santino también fue a casa, pero no pudo dormir, la muerte de mamá, la delicada salud de papá, el asesinato de Paola, su matrimonio que va de mal en peor y un hijo por nacer. El otro lado de su cama está vacío, Belice no está, siente frío y con las cobijas puestas no siente nada de calor, el frío es interno, Santino sufre y llora en total desconsuelo, si tan sólo por esta noche Belice estuviera a su lado, su compañía le permitiría tener el calor que disuelve ese frío.

Al día siguiente, Santino se levanta con mala cara, se ducha y toma su desayuno, el resto de los empleados domésticos se comparten la tarea que solía hacer el mayordomo. Se va al hospital a ver a su padre.

- Buenos días, papá.

- Buenos días, hijo ¿No has dormido verdad? - esta calmo.

- No papá, no pude.

- La muerte de tu madre te afectó mucho.

- No solo eso, tu salud, mi matrimonio se va al fracaso y no podré ver a mi hijo.

- ¿De qué estás hablando?

- Ayer me enteré de que seré papá.

- Esto es una gran noticia. - se alegra.

- El trabajo más difícil es recuperar a mi esposa.

- Para reparar el daño, hay que trabajar mucho.

- Lo sé, papá. – habla como soldado abatido.

- Ánimo muchacho, te voy a dar una mano.

-P ero tú y mamá me enseñaron que en un matrimonio los problemas son de dos personas y esas dos personas deben resolver sus problemas.

- Está bien hijo, cómo tú digas. – se toma unos segundos para continuar – ¿Sabes que, hijo? Me gustaría mudarme a la campaña.

- Esa casa es vieja.

- Si- la mandé arreglar hace unos días, quiero quedarme y cuidar de los viñedos.

- Papá, tienes que cuidar tu corazón, si te sucede algo, quien irá en tu ayuda.

- Estoy viejo.

- Papá, no empieces, sólo tienes sesenta seis años, estás joven, pero tu corazón se ha debilitado.

- Por fuera quizás, pero por dentro no. La máquina se consume.

- Debes guardar reposo.

- ¿Reposo? ¿Aquí? Primero muerto, el reposo lo hago a mi casa. No te olvides de hacer los trámites para el acta de defunción.

- Lo sé, la cita es la diez.

Cuando Santino se fue para hacer los trámites, don Nicola hizo un par de llamadas. La primera era hacer arreglos en esa casa donde vivían de recién casados y Santino pasó sus primeros años. La segunda llamada fue para conversar con don Honorato.

- ¡Aló!

- Hola, soy Nicola. Necesito hablar contigo. Me enteré de que tendremos un nieto.

- Sí, es verdad, pero mi hija ha decidido tener sola a su bebé.

- ¿Mi hijo no cuenta? Un niño necesita de la presencia de ambos padres.

- La decisión la ha tomado ella.

- ¿Vas a permitir que el matrimonio fracase?

- El problema no es tanto tu hijo, es Paola.

- Ella está muerta, mi hijo la desapareció del mapa. Yo vi como lo hizo y yo no dije nada, sólo llevé a Jason al hospital para que le curen sus heridas. Es más, encontramos el celular del mayordomo detrás del sofá, había grabado todo, los primeros minutos son video y luego audio, ya que éste cayó al suelo.

- De modo que hay pruebas.

- Así es.

- Muy bien, muerta la amenaza ¿Cuál es tu plan para que ellos arreglen su problema?

- Voy a reemplazar a mi hijo en la presidencia, cosa que así podría superar la pérdida, necesito estar ocupado, ellos irían a la casa donde Santino pasó sus primeros años.

- ¿Tú crees que eso funcione?

- Estarán solos, no irá ningún sirviente, los guardaespaldas llevarán víveres y otros enceres semanalmente.

- De modo que ellos tendrán que hacer todas las cosas ellos dos.

- Tienen que aprender a trabajar en equipo.

- Suena bien ¿Qué tal una reunión?

- Sí, eso sí es factible.

- Manos a la obra.

Los mayores van a ayudar a sus hijos a qué sanen sus heridas, salven su matrimonio y críen con bien a su hijo.