Deseo Prohibido

Antes de salir de la habitación mi celular comenzó a sonar.

- Hermosa, a mi también me hubiera encantado estar ahí contigo, ya vi tus fotos en tus historias, son geniales.

- Gracias

- ¿estás bien?, te escuchas triste.

- Estoy bien Ethan, es solo que te extraño.

- Dios Bianca ya quiero verte, yo también te extraño, muero por tener a mi novia en mis brazos.

- Necesito un abrazo tuyo.

- Te quiero mucho Bianca, te juro que te extraño, hoy mientras escribía la nota, dije en voz alta saltamontes te extraño. Erick me miró raro, creo que ya sospechan que salimos.

- Ya le contaste a la enfermera Bety, ya me mandó mensaje y me reclamo por qué no le conté.

- Lo siento, estaba muy feliz que grite, si saltamontes dijo que si.

Yo me reía al escuchar con cuánto entusiasmo lo decía.

- Eres un amor Ethan, de verdad te extraño.

- No bailes con muchos por qué imagino que te vez hermosa, no quiero que me cambies por un inglés refinado con cabello dorado.

- Eres tan gracioso.

- Tengo que irme bella, mándame un beso.

Yo soné el beso en la bocina.

- Gracias, divierte bella.

- cuídate guapo.

Me mire en el espejo, mire que mi maquillaje borrará mi tristeza, la llamada de Ethan me había ayudado al menos a sonreír un poco, tengo que aferrarme a el, se que el me haría feliz, cuando nos besamos sentí tanta paz, que eso es lo que quiero.

Baje a la recepción, toda mi familia hablaba de lo hermoso que era el país, yo también daba mi opinión y no dejaría que el encuentro de hace pocos minutos me arruinara la noche.

El llegó solo, todos le preguntaban por su novia, el decía que ella pedía disculpas por no poder asistir.

Nos sentamos en la mesa, el se sentó a mi lado, yo me levanté y le pedí a Ramón que me cambiara el asiento, Ramón acepto y miro furioso a su hermano.

La cena llegó, el estaba serio bebiendo.

- Deja de beber, escuché que Ramón, le decía enojado al oído.

- Lo siento familia pero tengo que irme o mañana no llegaré a la boda, dijo molesto y se marchó.

Todos seguimos disfrutando de la noche, mis padres y yo subíamos a nuestras habitaciones.

- Mañana va llegar el estilista en tu habitación cariño, decía mi madre.

- Si mamá.

- Descansa, decía mi madre.

Mi padre me abrazo.

- Descansa mi pequeña.

- Si papi.

Entre a mi habitación, me duche, cuando abrí la sábana de la cama había una nota.

Sabía que era de el.

- A quién le pagaste hijo de ..., dije molesta.

No lo leí, lo tiré a la basura, no voy a seguir su tonto juego, no de nuevo.

No pude dormir en toda la noche, miraba la hoja quería saber que decía, pero una parte de mi decía aléjate el te daño.

El estilista había llegado, yo estaba con unas enormes ojeras, mamá me entrego un termo con café, tu padre fue a buscarlo.

- los amo.

- maquillaban a mi madre.

Yo salía de ducharme.

Cuando salí, mi madre ya se había marchado.

- ¿y mi mamá?

- se marchó después de que recogió algo de la basura.

Mire el bote de basura, la estúpida nota no estaba mi madre la había leído, no se que diablos decía y mi madre si.

Salí de mi habitación y toque la puerta de la habitación de mis padres.

- Ellos me miraron sorprendidos.

- No se quién dejó esa nota en mi habitación, fue lo único que pude decir.

- Es de Tom, dijo mi madre seria

- Yo no la leí, dije nerviosa.

- Mamá la comenzó a leer.

Querida Bianca

Perdoname por alejarme, perdoname por amarte, perdoname por no superarte, perdoname por ser un idiota, perdoname no quiero tu rechazo, mi cuerpo me pide ser tocado por ti amor.

Yo sentía que la piel me hervía, el muy idiota arruinó mi vida.

- ¡Explica ésto!, dijo mi madre furiosa.

- Mamá no es lo que parece, dije llorando.

- Bianca es familia, decía papá.

- ¡papá yo no hice nada!, grite.

- ¡Entonces el te faltó el respeto, por qué si así fue, yo lo mató!.

- No paso nada, lo juro.

Mis padres no decían nada solo se miraban.

- Mamá no voy a negar que hace años atrás sentí algo por el, tu sabes que yo lo quería mucho, los dos confundimos el cariño, con algo más, pero no paso nada, ya terminó el ahora tiene una novia y yo a Ethan.

Mi mamá me miró enojada.

- ¿por qué tenía que pasar esto?, decía mi madre llorando.

- mamá perdoname, me arrodille a sus pies.

Te juro que yo me arrepiento con cada respirar de lo que sentí, yo no quería sentir pero es algo que no pude evitar.

Yo pedí muchas veces por qué esto se acabará, no quería mírarlo como lo hacía, mamá perdoname, lloré a sus pies.

Mi padre me levanto.

- No es momento de arruinar la boda de Ramón, si tú dices que es pasado, lo es cariño, me abrazo.

- Ya ya no llores mi pequeña, ve a qué te maquillen, yo hablaré con tu madre.

Mi mamá aún seguía llorando

- Mami por favor perdoname.

- Ya ve, yo hablaré con ella.

Cuando iba abrir la puerta mi mamá me detuvo.

- Hija espera.

Me quedé mirando a mi madre con lágrimas.

Me abrazó.

- Yo te amo, desde el primer día que te vi, supe que cambiarías nuestras vidas, yo te había deseado por tanto tiempo. No debes sentirte mal mi corazón, por qué ...

- Mi papá abrazo a mi madre, basta.

- Mamá yo ya supere todo, yo no siento nada por el, solo fue un error que jamás volverá a pasar, éramos niños tontos, te juro que ya se acabó.

- te creo, dijo mi padre. Ahora vamos se nos hace tarde para llegar a la iglesia.

- Tu padre tiene razón, vamos a qué nos maquillen de nuevo, ve yo voy a colocarme mi vestido.

- si mamá, salí de ahí entre a mi habitación.

Me senté, ¿puedes hacer algo?, exclamé mientras miraba mi rostro destrozado.

- Si, ¿están bien? decía el estilista.

- Si, es que era una nota donde gaste mucho dinero.

- ¿Pero valió la pena?

- No, pero el error que cometí no volverá a cometerse, dije sería.

Terminaron de maquillarme y después llegó mi madre y me abrazo fuerte.

- Eres mi vida hija, te amo demasiado.

- gracias mami, solo olvidemos esto.

- sí hija, es lo mejor.

Subimos al auto camino a la iglesia.