Novia En Alquiler

...***...

🎶Dueño de ti, ¿dueño de qué?

Dueño de nada

Un arlequín que hace temblar

Tu piel sin alma

Dueño del aire

Y del reflejo

De la luna

Sobre el agua🎶

^^^José Luís "El Puma" Rodríguez^^^

...***...

...FRANCO...

Pensé comunicarme con Luigi y Paolo de manera tradicional; por medios de cartas, sin levantar ningún tipo de sospecha por eso le dije a Cora que no me ha puesto en comunicación con ellos. Mientras el juego de seducción está bien en popa, y ella lo ha seguido. Pero lo que no me gusta que se está mostrando interesada por ese Massimo, es amigo de Clarissa la ahijada de Dona Nora.

Cora no pierde oportunidad de coquetiarle y él no le es indiferente, y eso me carcome de gran manera y al enterarme de que ella iba prestar servicios médicos en un caserío del pueblo en compañía de Massimo más enfado me dio. Por eso decidí ir con ellos, y le reclamé que debería disimular por la atracción que siente hacia él, que se comportara como la esposa que es para sostener esta mentira, y por supuesto que le recordé en el lío en que estamos metidos por su culpa y no sé porque me sentí tan mal cuando me dijo que me dio el beneficio de la duda en que yo era una víctima más de este enrredo y no fuí quien la contrató para acabar con mi propia boda con Chiara.

—Tal vez sea otra de sus artimañas?—, cuestioné pero si me dejó fuera de onda y de que tiene toda la razón que en ningún momento la he dejado defenderse de mis ataques y acusaciones. Ella me confunde en verdad me confunde; sus acciones, actitudes y la manera de como se expresa de la vida, su ayuda incondicional con los demás, su carácter bondadoso, determinante y tal vez honesto e íntegro me tiene en un total desconcierto. Nadie puede fingir tan bien, sin duda no es la mujer que dice ser en ese expediente que investigué sobre ella.

Ahora aquí estoy "comiendo techo", una expresión venezolana que siempre dice mi madre cuando me ve perdido en mis pensamientos, y soportando el dolor por la fractura de mi tobillo al caer por ese barranco cuando ese camión iba a atropellar a Cora. Ahora no solo pienso en ese beso dulce sino la belleza de sus encantos colgantes.

—OH MIO DIO! che bellezza di seni ha quella donna (Dios mío! que belleza de S3n0$ tiene esa mujer)—, exclamé.

Sin duda son unos botones eréctil, sustanciosos, frágiles y delicados, Sus areolas son de color cafés claros, sus tiernos p3zon3s al medio de esa escultura femenina, Dios ha sido bueno con ella con esos atributos. Una distracción perfecta que por minutos me hizo olvidar de mi dolor de tobillo pero por renegar con insultos perdí la oportunidad de acariciarlos, besarlos y devorarlos en mis manos y boca. Debí controlar mi impulso

Cora supo como frenarme, pues está más clara cuales son mis juegos al seducirla, es muy inteligente y astuta. Ella tiene el control y yo muero por tenerlo y ser dueño de ello.

Ha pasado una semana, ya puedo fincar mejor el pie, Cora ha estado pendiente de mi tratamiento y realizándome terapias no forzosas para tener mayor movilidad y poder caminar. De conocerse la existencia de una doctora extranjera en el pueblo se ha corrido como pólvora ahora vienen pobladores de las zonas cercanas para que ella los atiendan, inclusive Cora ha gastado sus ahorros comprando medicinas y las han donados para quienes necesiten.

Aún no he sabido nada de Luigi y de Paolo, mis mensajes no llegan, y creo que debo usar la comunicación convencional; usar el teléfono o correo electrónico. Pero la señal del Internet de este pueblo es muy mala es por eso que los habitantes de aquí van al pueblo más céntrico. Y creo que es hora de movernos, la tranquilidad de este lugar me preocupa.

Es por eso que necesito hablar con Cora que en los días próximos debemos irnos. Hablé con algunos lugareños para que nos llevé al sur, y en unos días sale un camión que transportan pescado 🐟 a unos de las ciudades cerca de Milán.

Fuí a una pequeña recámara que cedió Dona Nora para que Cora pueda atender a los pacientes, lo que escuché y lo que vi me llene de gran malestar, en más no era molestía eran celos...

—Massimo: En serio que no hay problema en hacerlo... y aquí—, dice con voz ronca.

—Cora: Claro que no. Aquí es muy privado, por favor baja tu pantalón y tu ropa interior para ver como lo tienes—, le dijo a Massimo. Ella está con él y le pide que se baje los pantalones y la ropa interior y "ver cómo lo tiene", eso dijo.

—Qué mierda hacen?—, me digo en mis pensamientos pero estaba tratando de ver un poco más, y me acerqué a una rendija de la puerta que pude ver con claridad de como Massimo se bajó el pantalón y el bóxer, y lo que vi y lo que escuché me hizo enfurecer.

—Cora: Mmm, tranquilo Massimo no va a doler. Quiero que te relajes...—, le dice con voz tranquila sentada su cara la acercó a la altura de su p3n3.

—Por un demonio!, Qué se cree? Le va hacer un 0πal y delante de mis narices. A mi no me deja besarla y mucho menos ver y acariciar sus $3n0$ y todo de ella pero si al pendejo este—, espeté celoso.

Estaba tratando de abrir la puerta y forcé más la manilla cuando vi a Cora que se levantó de la silla y se agachó más cerca de su viril, sus manos se posó en él e interrumpí cuando logré abrir la puerta.

—Cora: Tranquilo déjame...—, la interrumpí al tomarla del brazo y levantarla del suelo.

—Franco: Qué haces?—, le pregunté furioso.

Massimo de inmediato se subió su ropa interior y luego su pantalón, y trató de acercarse pero yo lo detuve con una mirada asesina.

—Cora: Sueltamé Franco qué es lo que pasa?—, se zafó de mi agarre.

—Franco: Eso te pregunto, que hacías de rodillas a la altura de su... Pelvis ah?—, la encaro.

—Cora: Lo estaba examinando, pues tiene una lesión en sus genitales—, me enseña una muestra.

—Massimo: Señor Franco, la señora Cora estaba haciendo su trabajo, no piense nada malo. Ella sería incapaz de faltarle y yo menos, pues respeto que la doctora es casada y tiene un buen hombre que la ama mucho—, se sinceró.

—Cora: Tranquilo Massimo, mi esposo te dará una disculpa —me mira con esos ojos bipolares—, dulcito disculpate con Massimo por favor—, me dice con voz tranquila y serena.

—Franco: Claro, me disculpo Massimo no era mi intención de insinuar tal cosa, es que me dejé llevar por los celos, y a veces se me olvida que mi bella es doctora y es su obligación de oficio—, le dije apenado y le extendí mi mano.

— Massimo: Tranquilo señor Franco, si estuviera una esposa como la doctora y en esta posición comprometedora reaccionaría de la misma manera—, soltó mi mano.

—Cora: Bien, como está todo aclarado nada pasó. Está muestra la llevaré a la botiqueria para que la lleve al hospital de la ciudad pero lo que vi esa lesión es solo cutánea pero hay que descartar no está demás que debes protegerte—, se quitó los guantes y lo desechó a la basura.

—Massimo: Lo haré. Adiós doctora y señor Franco—, se despidió.

Vi a la castaña con el ceño fruncido y con los brazos cruzados, y de una me atacó.

—Cora: Pensaste que le estaba dando placer con mi boca a Massimo?, Tan sucia está tu mente, Franco D'amico?—, me reclamó.

—Franco: Si me mostraste tus pechos sin importancia por qué no deberías hacerlo?, dar placer con tu boca, si eso es lo que haces, una mujer que da ese tipo de servicios es muy normal y común—, la encaré.

—Cora: Claro, porque soy una zorra fina. Sabés me tienes harta no veo la hora de regresar a Florencia y regresar en cuanto antes a mi país, y dejar todo atrás. No voy a gastar mi saliva en esta discusión—, me empuja y sale del pequeño consultorio.

—Eres un Imbécil e idiota Franco—, me recriminé.

En la noche 🌃 la escuché sollozar en la cama quería consolarla pero no pude, ella estaba muy molesta 😠 y sé que la ofendí con ese comentario de tratarla como una prostituta.

Me desperté y no la vi en la cama. —Me pregunto en donde habrá ido tan temprano—. Pues quería hablar que en unos días nos iremos del pueblo. Unos muchachos me dijeron que Cora se fue a una cascada al otro lado del pueblo y me dirigí hasta allá, y por qué no?, tomar un baño ya que hacia algo de calor.

Llegué a la cascada y no la vi, y decidí nadar desnudo ya en el agua me encontré con algo fascinante, su desnudez afrodita, Cora estaba nadando en la cascada como Dios la trajo al mundo, no perdí ni un solo detalle de su escultural cuerpo hasta que se dio cuenta que estaba metido en el agua embobado viendo tanta belleza que hizo que se levantara el no difunto.

—Cora: Ah!—grita asustada—, qué vez pervertido?—, se cubrió sus pechos y su intimidad con sus manos al salir del agua, y se escondió detrás de una piedra grande.

—Franco: Nada interesante —mentí—, y no te hagas ilusiones que no es gran cosa—, dije con desdén al salir del agua y se giró al verme desnudo.

—Cora: Ponte algo Franco estás desnudo—, dijo dándome al espalda.

Pero al salir del agua me di cuenta que no estaba mi ropa en donde la había dejado y sé que Cora no la tomó porque inmediatamente se cubrió detrás de la inmensa piedra.

—Franco: No está mi ropa—, comienzo a buscar por todos lados.

—Cora: Por favor, ya basta de bromas Franco por favor vístete para yo poder hacer lo mismo—, me grita.

—Franco: En qué parte colocaste la tuya?—, le pregunté.

—Cora: La dejé encima de una piedra lisa al lado de...—calló por un momento—, Malaya sea! No está, también se la llevaron, no la veo desde aquí y ahora?—, dijo ansiosa.

Pero algo nos sacó del transe, escuchamos unas voces.

—Desconocido 1: Están por aquí. Ellos se estaban bañando en la cascada—, grita.

—Desconocido 2: Más te vale hombre porque sino están a ti te vamos a volar la cabeza—, lo amenazó.

—Desconocido 1: No es necesario señor yo mandé a robar su ropa—, le volvió a gritar el hombre.

Cora y yo nos quedamos viendo la cara, y cuando teníamos mejor visión de lo que se avecina. Nos dimos cuenta que es el mismo hombre que nos trató de matar en varias ocasiones.

—Cora: Qué vamos hacer Franco, son esos asesinos de nuevo y estamos desnudos—, dijo con más angustia.

—Franco: Sal de esa piedra y vamos a escondernos. No podemos estar aquí y mucho menos meternos en el agua—, le dije al acercarme, ella dudó al salir en donde estaba pero nuestras vidas corrían peligro, y decidió salir, salimos corriendo desnudo. Hasta que vimos un tronco caído encima de una roca lisa cubiertas de ramas que más bien parecía una pequeña cueva de cría.

—Cora: No me mires Franco estoy desnuda—, decía cubriéndose.

—Franco: Acaso eso importa ahora?, Yo tambien ando como Adán, mi querida Eva, y aquellos son las serpientes que nos quieren fulminar y no con manzanitas—, dije con ironía.

—Cora: Imbécil—, resopla molesta.

—Franco: Es algo estrecho pero sirve para ocultarnos. Entro primero y tú luego—, le dije y los pasos de esos hombres eran más notoriamente cerca en donde estamos nosotros.

Así hicimos, me metí primero y luego Cora.

—Franco: Cristo santo! (Santo Cristo!)—, exclamé en italiano al sentir la calidez de su desnudez encima de mí. Estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano al no hacer mío ese cuerpo.

—Cora: Qué pasa? Porque esa expresión—, dijo con preocupación y vi su rostro sonrojado se veía muy tierna y a la vez sexy.

—Franco: Creo que hay muchas piedras, y me está lastimando la espada—, mentí.

—Cora: Ah, ok... Espero que esos hombres desistan y se vayan pronto—, exhaló.

—Franco: Si, que sea pronto—, ni tan pronto, eso lo que más deseo porque apesar de que ella esté encima de mi desnuda, es mía de esa forma.

En estos últimos días he admirado su belleza, lo angelical de su rostro, lo hechizantes de sus ojos, la dulzura de sus labios, la hermosura de sus $3n0s y lo cálido, suave y ardiente cuerpo pero sé que no soy dueño de nada, y es la realidad pero no voy a desprovechar este momento, sentirla mía, completamente mía.

...*NOTA*...

-Malaya sea: es una expresión venezolana que quiere decir maldición. La palabra Malaya tiene varias conotaciones en el país.