La Venganza De Un Marido.

Ella abrió los párpados que sentía muy pesados, y se encontró con el rostro de él a unos centímetros de distancia.

_ No quiero ir a mi habitación_ murmuró_ Quiero quedarme contigo, por favor.

_ Para que después lo lamentes!_ James trato de ponerla de pie, pero Casandra hizo un movimiento brusco y lo hizo perder el equilibrio, por qué que cayeron juntos en la cama.

_ Por favor, James_ suplicó la joven y colocó sus manos en el pecho desnudo del hombre que solo tenía una toalla envuelta en la cintura_ No me gusta la oscuridad, no quiero estar sola_ se acercó más a él mientras hablaba. James se tensó y dejó escapar un gemido.

_ No sabes lo que pides Casandra_ dijo él mientras sus ojos brillaban en la oscuridad como dos gemas preciosas.

Sin poder evitarlo, él deslizó una mano hasta el cabello sedoso de la joven y con la otra oprimío la espalda, atrayéndola más.

Casandra lo miró con la vista nublada, sentía las extremidades relajadas. La piel de James olía a fresco después del baño, la joven deslizó una mano sobre su pecho.

James gimió al sentir la caricia.

_ Para Casandra_ pidió él con voz ronca por el deseo_ Detente ahora, antes que sea demasiado tarde.

Ella lo escucho como en un sueño y apenas entendió sus palabras.

_ Por favor James_ imploró en un susurró_ déjame quedarte contigo.

Cuando los labios tibios de James encontraron su boca, Casandra sintió un estremecimiento de placer. El beso se volvió más exigente cuando él notó su respuesta.

En forma involuntaria las manos de Casandra se deslizaron por la espalda desnuda de él. Los brazos de James se tensaron alrededor de ella, y él exploró la boca con intimidad, antes de deslizar los labios para besarle en el cuello.

_ Casie eres tan hermosa_ gimió y sus manos recorrieron las curvas del cuerpo tembloroso de ella.

La joven se acercó más a James, su corazón latía con tanta fuerza, que la tempestad afuera empequeñecia. Sorprendida y excitada, se percató que James no podía ocultar que la deseaba, pues su cuerpo se tensaba al acercarla contra él. Ella enredo sus dedos en él indomable cabello de James como tanto había deseado hacerlo.

_ James_ murmuró ella.

Él se quedó inmóvil y después la apartó, y se sentó en la cama, con los pies en el suelo. Se tomó la cabeza entre las manos, que le temblaban.

_ James_ repitió Casandra.

Él murmuró algo y se apartó en forma violenta. Cruzó la habitación y abrió las ventanas para que entrara el viento, la lluvia comenzó a caer sobre su cabeza y hombros, para después comenzar a mojar la hermosa alfombra. Entonces él se volvió a mirarla.

Casandra estaba sobre la cama, enferma de humillación, horrorizada por su falta de control. Cómo pudo comportarse de esa manera, iba hacer el amor con su enemigo. Y lo peor de todo es que lo seguía deseando. Un sollozo escapó de sus labios.

_ No llores_ pidió James con suavidad_ Lo lamento, fue mi culpa. Olvídalo. No sucederá de nuevo. Nuestra situación es complicada Casandra.

Casandra cerró los ojos. No había sido culpa de él sino de ella, tenía que admitir que el alcohol habían alterado su sentidos hasta hacerla perder el control. Por fortuna, él se detuvo a tiempo.

James volvió a su lado y le apartó el cabello del rostro húmedo. La chica se sentía avergonzada y molesta con ella misma.

_ Trata de dormir_ le dijo él.

_ Lo siento, yo me iré...

_ Está bien puedes quedarte conmigo, te da miedo la oscuridad_ la interrumpió James_ Solo hay una cama, yo dormiré en el sofá. Ahora, cierra los ojos y duérmete.

Casandra no se atrevió a replicar y se ocultó bajo las sábanas como una niña asustada. Cuando James cerró la ventana, ella empezó a relajarse en la tibieza de su cama, sintiendo su aroma masculino y poco después se quedó dormida. Su respiración era tranquila y rítmica.

Sin embargo, James permanecío mucho tiempo sentado en el sofá, con los ojos puestos en el cuerpo de Casandra acurrucada bajo sus sábanas como tanto lo había deseado pero con él a su lado.

Que le había hecho aquella mujer que lo tenía tan hechizado. Deseaba a Casandra más que a nada en el mundo y está noche tuvo que recurrir a su autocontrol para no hacerla suya, no la quería de se ese modo, cuando ella estaba bajos los efectos del alcohol, no, así no. No soportaría pasar por lo mismo una segunda vez. Cuando la tuviera entre sus brazos nuevamente sería en sus cinco sentidos funcionando y suplicándole que le hiciera el amor, ahí su ego recuperaría nuevamente su paz.

_ Eso me pasa por querer ser un hombre honorable_ pensó James. Tendría que haberme mantenido alejado y dejar que siguiera huyendo, quizás con el tiempo se me hubiera pasado este capricho estúpido por poseer ese hermoso cuerpo, por escucharla repetir mi nombre una y otra vez mientras le hago el amor, por verme nuevamente reflejado en esos carismático ojos grises. Ojalá las cosas entre nosotros fueran diferentes Casandra. Cuando te veo así indefensa, vulnerable, quisiera creer en tu palabra, que realmente no te acuerdas de nada y que jamás confabulaste nada con tu hermana para tenderme una trampa. Pero recuerdo la desfachatez que tuvo Monique para llevar a todos a donde nos encontrábamos aquella noche. Eres tan perversa y ruin como tú codiciosa hermana, pero ninguna obtendrá un centavo de mí.

James sintió como el odio daba paso y salió de la habitación, no soportaba tenerla nuevamente, necesitaba alejarse de ella antes de cometer una locura. Cómo podía amar y odiar a una mujer del modo que lo hacía con Casandra porqué ella si ni siquiera era el tipo de mujer que le gustaba. Tenía que hacer algo drástico para hacerla confesar lo que hizo, pero no una confesión falsa, necesitaba una real, una que lo convenciera. Solo así él dejaría de sentirse tan estúpido y quizás ya no se sintiera tan atraído por ella.