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El Loto Negro —el Renacer De Un Jade—

El Loto Negro —el Renacer De Un Jade—

Status: En proceso
Genre:La Vida Después del Adiós / Reencuentro / Apoyo mutuo / Amor eterno / Demonios / Reencarnación
Popularitas:813
Nilai: 5
nombre de autor: Xueniao

Tras haber ganado la guerra entre los tres reinos y revivido al loto blanco, Liú Huó, rey del inframundo , se verá envuelto en una nueva travesía lleno de obstáculos en sus camino.

Nuevos enanemigos amenazara la paz de la corona en busca de venganza y poder. Pero esta ves será la prueba del Loto Blanco, quien tendrá que tomar el poder que por sangre siempre le correspondió y, poner fin a las calamidades de atormentan la tranquilidad y el equilibrio entre los imperios.

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Entre las sombras

Ya hacía un año desde el asedio en los cielos, la corte era un caos, el emperador jade muerto y mi madre, la emperatriz celestial había sido condenada a los dieciocho castigos infernales. La ira me consumía día a día, pero un aliento de esperanza llegó a mí el día que mis oídos se endulzaron con la condición que portaba el gran soberano del inframundo.

...

Aquella noche deambulaba visiblemente por las tierras de Heiyu en espera de que alguien me viese y acabara con mi vida, pero parece que el destino solo me escupía en la cara constantemente. La ciudad infernal celebraba infinitamente la gran victoria, y los gritos anunciando por qué torre pasaría la sucia emperatriz celestial, clavaba un puñal profundamente en mi pecho. Estaba siendo totalmente ignorado y aun si gritaba a los cuatro vientos que era el príncipe heredero, cualquiera en aquel lugar me habría tomado por un borracho mendigo de la ciudad.

Herido, desesperanzado y totalmente fatigado, me obligué a deambular hasta aquel lugar donde la vi por primera vez, me dejé caer en aquella roca y miré el estrellado cielo que cubría todo en oscuridad, pero por alguna razón era una oscuridad apacible que calentaba mi maltrecho corazón.

Posé mi mano en la arena y la hundí para luego levantarla lentamente viendo cómo los finos granos rojizos se resbalaban por la palma de mi mano. Aquella tan particular tierra de Heiyu. —De todos los lugares, tenías que venir aquí Fu Ming...

Me reí de mí mismo, era patético, tantos años planeando, cada paso había sido calculado, pero tal como dijo ella aquel día que nos despedimos para siempre, el amor es algo que no se puede calcular. Quien iba a pensar que aquel ser miserable, surcara hasta los mismos cielos solo para revivir un viejo amor de infancia, era una razón patética. —¿Pero no lo soy yo, aún más?

Me levanté lentamente y moví mis cansados pies arrastrándolos hasta los dos grandes pilares que en algún momento mantuvieron el alma del señor de las sombras, de aquel ser que dicen es mi verdadero progenitor. —¿Dónde estás ahora? ¿Acaso no la amabas? ¿Realmente dejarás que la lastimen así?

Las preguntas salían de mi boca como hilera torpe de murmullos, me dejé caer de rodillas y golpeé fuertemente el piso hasta que este se manchó de aquella sangre dorada y negra que delataba mi origen. Miré mis manos y las empuñé fuertemente maldiciendo mi existencia. —Por favor... ¿Dónde estás Wun Zheòn?

Luego de haber dejado pasar el tiempo me levanté lentamente resignado, no tenía nada, pero si moría, todo el sacrificio hecho por mi madre, habría sido en vano.

Estaba dispuesto a irme, cuando escuché aquella suave voz, aquella que reconocería donde fuese. —¿Crees poder encontrar la cura, A-Min?

—No lo sé, las esporas en su cuerpo se multiplican de una forma incomprensible y el hecho de que consumiera su núcleo en el transcurso de la batalla, está totalmente fuera de mis parámetros.

—Lo harás bien cariño, el Rey Huó confía plenamente en ti y, yo también.

—Mi querida Xiang Xi confía demasiado en los pocos conocimientos de este esposo suyo.

La risa suave de Xiang Xi se colaba por mis oídos y bajaba velozmente hasta mi corazón clavándose como un fino puñal. Aquellas cortas palabras estaban cargadas de un afecto que en algún momento fue solo para mí. Pero ante el dolor de aquellas, también salió una pequeña luz de esperanza que se aferró a mí como si todo dependiese de ello. El saber que no todo estaba perdido, llegó con el hecho de que el gran rey Huó tenía su vida pendiendo de un hilo.

Ahora solo tenía que encontrar la forma más rápida de volver al mundo celestial sin levantar sospecha. Sabía que Liu Huó sabía mi identidad, pero había callado y con ello, todo quedó claro en mi mente. Liu Huó no era tonto, sabía que, si rebelaba mi identidad, con inestabilidad de los reinos, sería dar pie a una nueva guerra y con ello poner en peligro a su tan atesorado Tàizǐ Bái.

Él simplemente tenía que esperar, conmigo oculto, solo tenía que esperar el tiempo suficiente para que los cielos rogaran porque su preciado Loto, tomara el lugar que la gran profecía le había otorgado. Aun sin saber la verdad, aquel Bái Lián, siempre fue el heredero legítimo del trono, pero esto no es relevante para Liu Huó, él sabía que, de cualquier forma, Xuě Tiān ocuparía su lugar en los reinos celestiales y cuando eso pasara, nada podría tocarlo. Aseguraría su futuro, su reinado, a tal magnitud que jamás nadie se atrevería a refutar su verdadero lugar.

Pero ahora, sabiendo su estado, podría tomar ventaja de ello, el reino celestial no sospecharía nunca de mi identidad, siempre fui considerado el príncipe cobarde. Con las teorías de que Déwēi me secuestró, puede planear un próximo regreso y arrebatar la oportunidad de Liu Huó de poner al Bái Lián en el asiento del jade. Nadie en la corte celestial pondría a un aliado del temible Bì xià infernal en el trono del jade si no fuese extremadamente necesario, con mi presencia y siendo hijo legítimo ante los ojos de los cielos, nadie puede negar mi sucesión al trono y que tome el poder de los reinos.

Y fue de aquella forma que la venganza contra los cielos renació de entre las cenizas, tal como aquellos fénix que se alzaron el día de mi nacimiento, auspiciando que y soberano de los tres imperios había nacido.

...

Hoy a nueve meses de aquella noticia, por fin había dado con el paradero del señor de las sombras. Luego de una larga e interminable búsqueda, por fin había logrado encontrar a Wun Zheòn. Quien habría pensado que el emperador jade tenía todo totalmente calculado y previsto. Porque el gran rey de las tinieblas, por más que recuperó su cuerpo, su núcleo estaba totalmente sellado y con ello todo su poder. —Wun Zheòn...

Aquel ser frente a mí me miraba fijamente, sus ojos dorados eran como puñales, pero algo de aquella mirada me hacía sentir incómodo de una manera diferente. Era algo extraordinario, aun sabiendo su condición, solo su porte era suficiente para causar una impresión imponente, fuerte y cruel. Lo más inaudito era la elegancia y el porte que mostraba aun cuando solo era una vasija vacía frente a mí. —Wun Déwēi... mi hijo.

Lo miré fijamente por unos segundos ante aquellas palabras y caminé con lentitud hasta pararme frente a él. —Fu Ming... y no te atrevas a llamarte mi padre, no hasta que demuestres que mereces serlo.

Aquel rio estruendosamente, se acercó a mí quedando solo a unos milímetros de mi cara y me miró fijamente con aquellos fríos ojos dorados que relucían ante la oscuridad de la cueva. —Eres igual a mí... ¡Bien! si quieres mi ayuda, primero tienes que romper el sello.

Le miré por el rabillo del ojo sin siquiera pestañear. —¿Y cómo me asegurarás que no te irás luego de ello?

Volvió a reír alejándose de mí y caminó calmadamente hasta llegar a uno de los asientos en la sala, cruzó sus piernas y sus brazos y con una mirada totalmente seria y sombría, habló. —Tenemos que sacar a tu madre de Yánluó, antes de que empiecen los verdaderos castigos y, luego tengo que hacer pagar a todos los que osaron poner un dedo encima de ella.

Miré asombrado, pero aun con aquellas palabras, no me arriesgaría a que mi plan se arruinara nuevamente. —Comprendo tu frustración, pero aquello, son solo palabras, si quieres tu poder de nuevo, tendrás que asegurarme tu lealtad absoluta Wun Zheòn.

Aquel solo asintió con su cabeza, llevó su mano entre su manga y sacó una fina daga con la cual cortó lentamente su pecho. Lo miré sorprendido, pero no dije absolutamente nada. Vi cómo del corte escurría aquella sangre dorada como el oro y cómo metió sus dedos hurgando dentro de su cuerpo sin siquiera poner una mueca de malestar. Luego de unos segundos, un fino hilo dorado que relucía en la oscuridad salía de su pecho agarrado firmemente por sus dedos, tiró por unos segundos de él hasta que salió por completo, una pequeña esfera unida aquel hilo dorado, una esfera rojiza y negra que parecía palpitar como un pequeño corazón inquieto. Wun Zheòn se paró lentamente caminó hacia mí y tendió su mano es espera que recibiera aquel objeto. —¿Qué es esto?

Pregunté murmurando mientras extendía mi mano y él simplemente subió sus hombros en un gesto de desinterés. —Me pediste un seguro ante mis palabras, es lo que te estoy dando, solo que es un seguro de por vida, uno que no podrás romper una vez que lo aceptes.

Miré el objeto en mis manos, estaba cálido y palpitaba inquieta mente. Volví la mirada a Wun Zheòn sin entender sus palabras e intenté procesar aquellas aun sin tener éxito. —¿A qué te refieres con ello?

Wun Zheòn apuntó al objeto entre mis manos y luego sonrió nostálgicamente. —Es la unión espiritual entre tu madre y yo, en pocas palabras, tienes la mitad de nuestros corazones entre tus manos Wun Déwēi, cuida bien de nosotros...

Mi cuerpo se congeló por un instante, Wun Zheòn bajó su mirada directamente al artefacto entre mis manos y sin decir nada se dio media vuelta y salió de la sala. Miré mis manos nuevamente y estas estaban temblando levemente, el pequeño artefacto entre mis dedos brillaba fuertemente mientras sus latidos se sentían cada vez más calmados y cálidos, aquel hilo dorado se abría enrollado por completo en mi dedo como si tuviese vida propia. Llevé lentamente mi otra mano hacia la parte superior del pequeño objeto en mis manos, pasé mis dedos con suavidad y luego posé mi palma sobre él ocultándolo entre ambas manos.

Sentí mi cuerpo pesado, cálido y tranquilo. Solo fueron unos segundos de total paz antes de que una luz cegara mis ojos y luego miles de imágenes pasaban frente a mi como pequeños fragmentos de una copa rota. Oía voces, risas, llantos y gritos, había felicidad, angustia, miedo e ira en aquel lugar extraño, pero todo era lejano a mí. Luego la oscuridad cubrió todo por unos segundos hasta una nueva luz me dejó ver el entorno, una laguna con aguas muy claras estaban frente a mí, pero la única luz que iluminaba mi alrededor, era la gigante luna que estaba sobre aquel oscuro cielo —¿Qué es este lugar?...

Aquellas palabras salieron torpemente de mi boca, era una pregunta para mí mismo, no entendía muy bien que pasaba, pero por alguna razón, no tenía miedo, ni sentía peligro alguno en aquel lugar. Miles de preguntas se estancaron mi mente, pero la curiosidad es la enemiga más mortal de todo ser. Aun así, caminé lentamente hasta el claro y entré en él con calma, el agua era fría, pero no tanto como para hacer temblar mi cuerpo y sorprendentemente, sentía cómo se calentaba a cada paso que daba. Paré de caminar cuando el agua llegó a mi mentón, aspiré hondo y me dejé absorber por lo que sea que hundiese bajo mis pies. Solo al abrir los ojos lo pude notar, ya sabía dónde estaba y por qué estaba en aquel lugar. Miles de recuerdos acumulados, era sus recuerdos, sus memorias. Todo estaba allí, sus alegrías, sus tristezas, sus pérdidas, sus dolores, incluso sus iras. Todo estaba allí, y nuevamente sentí aquel palpitar entre mis manos. La subí mirando aquel artefacto y este simplemente se coló en mi pecho entrando lentamente hasta desaparecer por completo. Lo había aceptado, y el trato acabado de pactarse.

Cerré los ojos y cuando volví a abrirlos, estaba nuevamente en aquella sala de la caverna, todo era oscuridad, pero sentía una paz y una calidez en mi interior que no había sentido en toda mi vida. Negué levemente intentando poner en orden mis ideas y fijé mi vista en frente a la nada, decidido a comenzar con el plan inicial. —El trato ha sido pactado, es hora de comenzar con el nuevo asedio y tomar de una vez por todas, lo que me corresponde.

Nota de autor:

Pequeño teatro:

Autora: quiero un padre como Wun Zheón (ಥ_ಥ)

Fu Ming: No te llamare padre hasta que pruebes tu sinceridad  凸(ಠ-ಠ)

Wun Zheon: ... (っ◔-◔)っ♡

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