Fiorella estaba feliz por casarse con el hombre de su vida, su amado Camilo. Pero no todo era como ella pensaba. La noche misma de su boda ella comprendió el gran error que había cometido. Aún así piensa que su amor puede hacer que todo cambie y se dispone a ser todo para complacerlo.
Decidida a ganarse el amor y la confianza de ese cruel hombre ha soportado todos sus desplantes y desprecios. Pero todo resulta inútil, ya que otra mujer ocupa el mayor lugar en el corazón del hombre, y es la merecedora de todo su amor, comprensión y cuidados. Ella solo será por siempre el ser despreciable que se metió en medio para separarlos y que constantemente lastima e intimida a su dulce primer amor. Él nunca la verá de otra manera y ya es tiempo de que lo entienda y se de por vencida, antes de que sea demasiado tarde para ella.
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Lo que pasó esa noche
Basil se encontraba en la oficina de Emmett, estaba terminando algunos pendientes para poder salir cuanto antes. Su determinación de conquistar a esa hermosa doctora no había disminuido en las últimas horas y tenía todo un elaborado plan para conseguir atrapar a esa niña antes de que pudiera escaparse de sus garras. En la tranquilidad de la tarde entra como un torbellino Sergio, quién seguía siendo su fiel asistente a pesar de haberse retirado ya.
Jefe Basil, tenemos un problema con la compañía Gommer quien exige poder hablar con el Jefe Emmett habló apresurado Sergio.
Está bien, creo que será necesario que mi hijo retome sus obligaciones. Parece que sus socios no quieren hacer negocios conmigo la situación le pareció un tanto extraña a Basil ya que todos sabían perfectamente quién era él.
Llama al representante del grupo Gommer, realiza una cita para la cena, consigue reservación en el mejor restaurante y dile a mi hijo que lo esperamos ahí a la hora que acuerdes Basil era un hombre práctico, toda su vida lo había sido y manejaba las cosas de la manera más clara y franca posible. Siempre de frente, tal y como es el accionar de Emmett en la actualidad.
Sergio cumplió la orden al pie de la letra. “Maison Rose” el restaurante más prestigioso tanto de City Blue como de Ciudad A era el lugar elegido. Este tenía cabinas privadas para sus clientes más prestigiosos, entre ellos los Meyer. Esas cabinas no podían ser ocupadas por ninguna otra persona ya que tenían un contrato de exclusividad y pagaban un abono mensual para poder ocuparlas cuando lo desearan. Emmett se había encargado de tener ese tipo de privilegios ya que el lugar resultaba ideal para agasajar a sus socios y clientes importantes.
En un dos por tres todo estaba resuelto, incluso la asistencia del primogénito Meyer, aunque nadie sabía el porqué de la asistencia obligada de Emmett.
En una villa cercana a la ciudad una mujer resopla con furia, camina de un sitio al otro. No puede creer que Emmett no se haya comunicado con ella ni que le haya respondido sus mensajes. Tiene contactos dentro de la empresa que le indican que hacer aproximadamente 10 días que no se presenta y que es el Jefe mayor quien está a cargo de todo. Aunque nadie sabe a ciencia cierta la razón de esta ausencia.
Estaba intentando encontrar la manera de acercarse cuando recibe una interesante llamada telefónica.
¿Qué me tienes? dijo apresurada en cuanto supo quién era la persona al otro lado de la línea.
Estará en una hora cenando con un cliente en la Maison Rose fue la respuesta escueta que le dieron, pero para una desesperada Sofía era suficiente.
Una tétrica mueca se dibujó en su rostro, era una oportunidad perfecta para arrinconar a ese escurridizo hombre. No lo pensó dos veces y realizo una sola llamada pero que serviría para cumplir por completo con su objetivo.
Susana, está noche será mi ansiado reencuentro con el Jefe Meyer, creo que me pedirá matrimonio ya que reservó el mejor y más romántico Restaurante de todo City Blue “Maison Rose” los espero en el lugar
La mujer del otro lado de la línea se frotaba las manos con felicidad ya que la noticia prometía ser muy jugosa. Ella siempre había contado con la ayuda de Sofía para obtener las primicias de los Meyer, que eran personas bastante escurridizas.
Con su plan en marcha comenzó a prepararse para asistir al lugar. Solo un detalle se le escapaba no podía asistir a ese lugar sin reservación previa, lo que ocasionaría algún inconveniente y aumentaría los problemas para un confundido Emmett.
Iván Black el joven CEO del grupo Gommer espera en un lujoso hotel la hora indicada para la reunión que se desarrollaría con Meyer Corp.
Gracias por lograr que Emmett Meyer esté en esa reunión le dijo una hermosa morena mientras abrasa con cariño a Iván.
No entiendo tu obsesión con ese hombre, solo lo has visto una vez y él ni te registró respondió con cierta molestia el hombre.
Iván, no es obsesión, él me gusta y pretendo conquistarlo respondió la joven haciendo puchero por las palabras del otro.
Además si me notó, recuerda que fue él mismo quién tomo mi mano y me ayudó a subir al auto dijo convencida de su apreciación sobre el hombre que la traía loca.
Lo hizo porque fingiste desmayarte estando a su lado y te lanzaste sobre él, prefirió tomarte de la mano y subirte al auto antes de cualquier otra cosa contestó un poco más molesto. No está seguro de ayudar a la mujer.
No, es mentira, yo le gusto por eso fue amable. Solo una mujer de mi clase y estatus está a su altura, él es un Meyer y yo una Black. Nadie se interpondrá en mi camino contesto decidida a tener lo que quería, por el camino que fuera necesario.
Prima, no me culpes cuando Emmett Meyer te rechace dijo para terminar la conversación.
Iván Black era el joven heredero del grupo Gommer, provenía de Capitol City. Tenía un gran prestigio y poder. En su ciudad era el hombre más cotizado y anhelado por las mujeres. Sus cabellos rubios y ojos verdes estaban dentro de sus grandes atributos, sin mencionar su gran estatura y cuerpo tallado por los dioses. Era un galán, de lo más exquisito que los ojos humanos pudieran ver, aunque si era comparado con el heredero Meyer todos se inclinaban por el último. No solo por su increíble atractivo sino también por su temperamento increíblemente frio, cruel y astuto para los negocios.
La verdad es que Iván no se siente seguro de ayudar a su caprichosa prima. Sabe que no puede enojar a Meyer, las consecuencias podían ser devastadoras para ella y no sabe si no pone en peligro su compañía por el capricho de esa niña mimada.
Natacha Black es una niña mimada, no ha hecho de su vida nada más que gastar dinero, ir a fiestas y ser una de las personas más superficiales que pudieran existir sobre la faz de la tierra. Ella cree que todo lo que quiere lo tiene que obtener y es por esto que su obsesión por Emmett la llevará a transitar caminos que nunca creyó posible recorrer.
Crista, debes alistarte, ya se hace tarde y debemos partir, mi hermano nos espera en el restaurante y demoramos bastante en llegar una apurada Andrea corría de un lado al otro intentando que la otra mujer apresurara la marcha.
Voy, voy, tranquila, él me esperará sabes que von mi embarazo debo tener cuidado cualquier caída puede afectar a mi bebé contestó la rubia con una sonrisa fingida. Lo cierto es que Crista deseaba con todas sus fuerzas acabar con ese embarazo, no quiere arruinar su cuerpo y mucho menos cuidar de un bebé vaya uno a saber de quién era.
De esta manera los últimos invitados a esa noche complicada estaban saliendo para dirigirse hacia el lugar.
La puerta de Maison Rose estaba repleta de periodistas que pululaban para obtener las primicias de la noche. Habían recibido muchas llamadas de distintas personas, y el destino era el mismo. Parecía que los astros se habían puesto de acuerdo para que todos confluyeran en el mismo lugar a la misma hora.
Sofía había sido la primera en hacer acto de precensia, ella esperaba la llegada de Emmett, tenía que lograr entrar con él a como diera lugar.
Un distraído hombre bajaba de su auto y se dirigía junto a su asistente a la entrada del lugar, esa era su momento, Sofía sabía que no podía dejar pasar la oportunidad.
Emmett, cariño, estoy aquí dijo distraída, como si el hombre la hubiera estado buscando.
¿Sofía? fue la escueta respuesta. Estaba sorprendido por verla en ese lugar, no tenía la más mínima intención de hablar con ella.
¿Entramos juntos? dio esta con malicia tomando el brazo del apuesto hombre, quién lo sacó inmediatamente, se sentía asqueado de ser tocado por cualquier mujer después de haber sentido la calidez que emanaba del cuerpo de su colibrí. Él nunca dejaría que otra siquiera osara con tocarlo.
No respondió y dio la vuelta para seguir su camino dejando a la mujer de pe en la entrada con la cara enrojecida de vergüenza y coraje. Ella no iba a permitir que la tratara de esa manera.
Basil, que había visto toda la interacción pasó por su lado con una burlona sonrisa en la cara. Esa mujer era astuta, pero su hijo no se dejaría manipular de ninguna manera.
Para salvar la cara Sofía ingresó al local, de todos modos ya había logrado que le sacaran fotos tomada del brazo de su objetivo. Tenía que lograr que los vieran juntos dentro del lugar.
Los primos Black llegaron un poco después, cuando ya el espectáculo había culminado. Ingresaron y los guiaron a la cabina privada donde ya eran esperados por Basil y Emmett.
Buenas noches señores Meyer, es un gusto poder verlos y concluir nuestras negociaciones dijo firme Iván.
Buenas noches esta vez fue Natacha quien hablo mirando con dulzura y timidez a Emmett.
Los dos Meyer se miraron en completo entendimiento. Descubrieron en tan solo un minuto el motivo de la negativa a la negociación si Emmett no se hallaba presente.
Bueno creo que debemos iniciar esta reunión dijo con aplomo Basil que ya se sentía molesto por la trampa que les habían tendido.
La reunión transitó de manera normal, por lo menos en lo que a negocios se refería. Iván no estaba interesado en ayudar a su prima más allá de lo que había hecho. Notó en la mirada de demonio de los dos hombres que las cosas se pondrían difíciles si a él se le ocurría hacer un mal movimiento.
Emmett dijo melosa Natacha sentada justo a su lado.
El aludido solo l miró de reojo, esa mujer no se merecía ni siquiera una mirada suya. Era hermosa, no lo negaba, pero él no tenía ojos para nadie y no perdonaba esas acciones de mujeres viciosas que solo querían meterse en su cama y convertirse en su esposa.
Señor Meyer, señorita fue Basil quien respondió poniendo la correcta distancia entre ellos.
Yo solo quería invitar a Emm… al señor Meyer a un concierto de la orquesta sinfónica que se realizará en unos días. Supongo que un hombre tan refinado disfrutará en gran manera de la música clásica dijo la joven llena de coquetería intentando acercarse más a su presa.
No me interesa respondió esta vez Emmett.
Si me disculpan me retiro, ya no tengo nada más que hacer en este lugar dijo con evidente molestia. Nunca permitiría que Natacha Black se le acercara. Necesitaba con urgencia que su colibrí se repusiera para poder presentarla como lo que es el amor de su vida y su futura esposa.
Sofía había logrado entrar al restaurante, utilizando sus encantos y su fama como estrella del cine y de las redes. Esperaba en una mesa, muy cerca de la cabina privada. Debía salir con Emmett para que la farsa fuera completa.
Prestaba atención a cada movimiento del lugar, en espera del hombre que la convertiría en la mujer más poderosa de toda la ciudad y de las ciudades vecinas.
Un imponente Emmett se aproximaba de manera elegante, dominante y majestuosa al lugar donde ella lo esperaba. Sofía, con suma astucia, fingió caer justo cerca del hombre obligándolo a sostenerla. La verdad es que Emmett no tenía intención de hacerlo, pero se arrojó sobre sus brazos y luego fue apartada por el imponente hombre, pero solo ellos sabían lo que había ocurrido, para el resto fue un claro abrazo muestra del mutuo amor.
Emmett la miró con asco, estaba tranquilo ya que pensaba que, como él no la había tomado en realidad, nadie malinterpretaría la situación. Sin inmutarse siguió su camino siendo seguido por la odiosa mujer, aunque un poco más atrás.
Cuando estaban en el centro del salón el hombre miró furioso a un grupo de personas. Sus hermosos ojos se oscurecieron de repente. La ira amenazaba con salir, quería ir y golpear a ese malnacido hasta matarlo, pero sabía que debía esperar. Se limitó a escuchar y presenciar lo que sucedía con burla mezclada con indignación. No podía creer lo felices que eran después de cómo habían tratado a su pequeña.
Crista Marx, eres el amor de mi vida, te he esperado por años y ahora que te tengo no quiero dejarte ir se tomó un momento para respirar profundo y concentrarse en lo que debía decir.
¿Quieres ser mi esposa? dijo por fin Camilo, aunque en su corazón sentía que estaba cometiendo un terrible error.
Sí, claro que acepto dijo Crista fingiendo emoción. Estaba a un paso de obtener aquello que tanto había anhelado. Aunque en el camino tuvo que deshacerse de esa pequeña molestia por fin Camilo Lanster estaba a sus pies y ella era la nueva Dama Lanster.
Emmett terminó de ver el espectáculo y salió del lugar seguido por su sombra, alias Sofía que no se apartaba mucho de él. La ilusión debía ser completa para que tuviera el efecto deseado.
El enamorado hombre se dirigió con premura hacia su casa para poder dormir abrazado a su amada, aunque los recuerdos de lo acontecido en el baño le harían las cosas un poco difíciles. Solo la imagen de Fiorella inundaba su ser, con sus ojitos llorosos de placer y sus labiecitos entreabiertos dejando salir hermosos gemidos. Una corriente recorrió todo su cuerpo y una parte especial de su cuerpo comenzó a cobrar vida. Apresuró su marcha y se subió a su auto donde ya lo esperaba su asistente y el jefe de seguridad.
Se marchaba feliz, a pesar de los malos momentos del día, ya que ahora su amada estaba a su lado.
Lo que Emmett ignoraba era la terrible tormenta que se avecinaba y amenazaba con romper con su paz, su relación y su amor.