Mi Dulce Venganza

Greg se asegura de que Emily llegue a su apartamento sana y salva. No la pierde de vista un solo instante y se retira al hotel. Ahora es él quien llama a Anne, necesita su consejo.

📲 Algo muy malo o muy bueno tiene que haber sucedido para que te dignes a llamarme.

📲 Le dije qué estoy enamorado de ella.

📲 ¿Y cómo reaccionó?

📲 Salió corriendo del restaurante.

📲 Wow, por fin diste el gran paso.

📲 Me preocupa lo que pase después. Estaba en shock y no la culpo.

📲 Dale tiempo para asimilarlo. Supongo que te quitaste un peso de encima.

📲 Algo así, pero no fue cómo lo había planeado.

📲 Amigo, seamos sinceros, no habías planeado absolutamente nada.

📲 Es cierto, no lo había hecho.

📲 Fue mejor así, resultó algo natural. Ella debe de estar a la defensiva después de lo vivido y necesita tiempo.

📲 Yo regreso mañana a Los Ángeles y no nos veremos en un buen tiempo.

📲 La distancia puede jugar a tu favor. Mañana me cuentas las novedades, intenta dormir.

📲 Gracias por escucharme, descansa.

Muy en el fondo, la esperanza de recibir una llamada o un mensaje de Emily prevalece. Temprano por la mañana ese mensaje llega.

📩 Buenos días. ¿Podemos vernos para desayunar? Necesito hablar contigo.

📩 Buenos días, claro que sí. ¿Paso por ti?

Ella accede a que la busque en el apartamento y así lo hace. El trayecto hasta el restaurante lo hacen en silencio.

Esperan a que les sirvan el café y es Emily quien rompe el silencio.

- Lo de ayer me tomó desprevenida. Siempre te has comportado conmigo de manera muy apropiada y hasta cierto punto indiferente

- En un principio cuando murieron tus padres seguía viéndote como a una niña. Eso cambió el día de tu cumpleaños 17, vi en ti algo que no había visto en ninguna mujer. Los meses siguientes mi actitud estaba más enfocada a mantener una distancia prudente contigo. Después de todo, ya desde entonces, estabas enamorada de Michael y yo sabía que no tenía la más mínima oportunidad.

- Siento la necesidad de ser sincera contigo y te pido que me escuches. Si bien veo en ti a un hombre atractivo, prácticamente no te conozco. No hemos forjado una relación ni siquiera de amigos y eso es un obstáculo. Además, aún me estoy recuperando de mi fracaso amoroso, no creo estar lista para iniciar una relación con nadie. Tampoco quiero que esto cambie nuestra dinámica, he pensado y analizado mucho la situación, quiero que seamos amigos. Lo demás el tiempo lo dirá.

- Entiendo perfectamente y créeme que nunca fue mi intención incomodarte, la conversación me fue llevando hasta el punto en dónde ya no hubo retorno. Te prometo respetar tus límites y no volver a tocar el tema. Quiero ayudarte a recuperar la productora y no espero nada a cambio. Te lo debo y se lo debo a tus padres.

- Quiero conocerte mejor, si vamos a trabajar juntos para recuperar la empresa creo que es importante tener una buena relación.

- Me parece bien.

- ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Claro, pregunta lo que quieras.

- Promete contestar con sinceridad.

- Siempre.

- ¿Qué te gusta de mí?

- Uy, son tantas cosas. Primero; eres una mujer hermosa, inteligente, has madurado muchísimo y eso te hace aún más interesante. Conservas una dulzura natural, eres sencilla...

- Detente, no puedes ver tantas cosas en mí.

- ¿Por qué no? Es lo que eres, un conjunto de maravillosas cualidades.

- Muchas mujeres en el mundo deben de tener las mismas cualidades y hasta más.

- No, te aseguro que no.

- ¿Alguna vez pensaste en casarte?

- Antes no, hasta hace poco y fuiste tú quién despertó en mí ese deseo, esa necesidad de formalizar una relación. De tener una familia.

- Me cuesta entenderte. Estuve con Michael muchos años y nunca me dijo nada tan lindo cómo lo que tú me acabas de decir.

- Porque él no te amaba.

- ¿Y tú sí?

- Sí, yo te amo y haría lo que fuera para verte feliz. Aun si eso significa que deba alejarme. Soy muy consiente de la brecha de edad entre nosotros y que hay más cosas en contra que a favor.

- Tu edad no es un problema para mí.

- ¿De verdad?

- No tengo por qué mentir. La edad es un número, nada más. Demos tiempo al tiempo. Conozcamonos o mejor dicho, déjame conocerte. Tú a mí ya me conoces.

- Ok, es una buena idea y no conozco a tu nueva versión.

Desayunan y conversan como nunca antes. Por primera vez tocan temas personales, hacen todo tipo de preguntas; desde sus colores favoritos, hasta dar su opinión sobre política y religión.

El tiempo pasa volando, llega la hora de llevar a Emily de vuelta al apartamento y después debe prepararse para tomar su vuelo.

- Regrese pronto, señor Gregory.

- Espero poder volver pronto, Clarita. Cuídense mucho.

- Usted también, los dejo despedirse.

Clara se marcha a su habitación y los deja solos.

- Debo irme, es tarde.

- Gracias por venir, cuídate.

- También cuídate.

Emily deja un beso en cada mejilla y él dejándose llevar por el momento le roba un tierno beso.

Ella se sonroja y baja la mirada.

- Adiós, te escribo cuando llegue.

- Por favor, buen viaje.

Greg se apresura a llegar al hotel. Su equipaje está listo, lo toma y baja a la recepción. No tarda mucho en salir rumbo al aeropuerto. Se siente feliz por la reacción de Emily ante su inesperada declaración de amor.

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Emily agita su mano en señal de despedida, Greg da la media vuelta y camina hasta el ascensor. Es entonces cuando ella cierra la puerta y lleva las manos a su pecho.

Su corazón late rápido, siente el calor en sus mejillas y con su dedo índice toca aua labios. La sensación de ese efímero beso perdura.

Una sensación desconocida hasta entonces la invade. No quiere anticiparse y mucho menos hacerse una novela en su mente. Necesita mantener los pies en la tierra y enfocarse en lo más importante: su venganza.

El amor puede y debe esperar. Además, no hay nada seguro, puede ser que Greg hoy se sienta ilusionado con ella y después cambie de opinión.

Se ha vuelto desconfiada, es difícil creer en las buenas intenciones de la gente cuando te han lastimado tanto.

Llena sus pulmones de aire y va en busca de su nana. Esta se encuentra en su habitación viendo su programa favorito en la TV.

- ¿Me vas a contar qué sucedió ayer?

- No me lo vas a creer, yo aún no lo creo.

- A mi edad ya nada me sorprende, mi niña.

- Greg me dijo que está enamorado de mí.

- Vaya, por fin se decidió.

- ¿Tú lo sabías, nana?

- Por supuesto, me di cuenta desde el primer día.

- ¿Qué opinas al respecto?

- Creo que no hay mejor hombre para ti, aunque entiendo que no estés lista después de lo mucho que has sufrido.

- No sé qué puede ver en alguien como yo.

- Te subestimas, mi niña. Eres la única que no se da cuenta de las cualidades que posees. Tristemente, te enamoraste de un hombre cuyo único interés era despojarte de tu herencia, pero no todos los hombres son iguales y el señor Gregory es un hombre en toda la extensión de la palabra.

- Ahora no puedo ni quiero pensar en el amor, mi objetivo principal es vengarme de Michael y recuperar lo que me quitó.

- La venganza nunca deja nada bueno. Elimina el odio que hay en tu corazón antes de que sea demasiado tarde y pierdas lo más por lo menos.

- He intentado dejar de odiar a Michael y no lo consigo, es algo más fuerte que yo.

- Faltan algunos meses para volver, tienes este tiempo para recapacitar.

- Dudo que el tiempo me haga cambiar de opinión.

- Yo espero que sí. Ahora dime la verdad, ¿el señor Gregory no te gusta un poquito?

- Primero, cuando hablemos de él, deja de llamarlo señor y sí me gusta, pero tengo miedo y no quiero embarcarme en algo de lo cual no estoy segura.

- Lo más importante está ahí y es que no te resulta indiferente. Date la oportunidad de conocerlo, en mi opinión es un buen hombre.

- Pensé que estarías en contra por la diferencia de edad. Me sorprendes, nana.

- Mi niña, cuando hay amor verdadero la edad no importa.

- ¿Tú crees que él me ama de verdad?

- No tengo dudas.

- Voy a ser sincera contigo nana, no quiero lastimarlo. He llegado a pensar que no podré amar a nadie nunca más.

- Te sientes así porque aún no terminas de sanar. Eres joven y mereces un amor lindo y correspondido.

El resto del día recuerda constantemente las palabras de Greg. La percepción que tenía de él va cambiando poco a poco.