⚠️ Continuación de: Tú, sólo tú... |Trilogía: En las buenas y en las malas #1 ⚠️
🚨 Advertencia 🚨
Si no has leído el primer libro de está Trilogía, te invito a hacerlo para que puedas seguir el hilo de la historia.
Sin más que decir, te dejó con la sinopsis...
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Sinopsis:
No todo matrimonio casi perfecto, empieza como tal.
Sobre todo, si en el primer encuentro uno de los dos, vomita sobre el otro.
¿O tal vez si?
NovelToon tiene autorización de Maria Solis para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 18
Ambos regresaron al interior de la mansión justo en el momento que la mujer encargada del evento, apareció por el pasillo.
—¡Ah! Señor Park... Justo lo buscaba, usted se ganó los aretes.
—Creí que al salir los había perdido.
La mujer sonrió con elegancia.
—No, se respetó su última oferta. ¿Gusta firmar?
—Claro —Dion miro a su esposa —Venga conmigo señorita Buller.
Dion y Tina siguieron a la mujer hasta la sala donde fue hecha la subasta para que el peli negro firmará el cheque de pago.
Luego de firmar, la mujer los miro a ambos.
—La cena está por empezar, señorita, usted puede ir al área de reporteros en lo que la cena...
—Disculpe, pero la señorita Buller cenará conmigo.
Tina le miró con asombro.
—Pero no pague mi cena.
—Lo sé, yo lo hice.
La mujer asintió.
—Entonces, déjenme llevarlos al salón donde será la cena.
La mujer se adelantó y Tina se acercó a Dion
—¿Por qué pagaste? Yo pude ir con los demás sin problemas —susurró
Dion la miró con una sonrisa.
—Pague por el mismo motivo que compre los aretes.
Tina miró la caja que tenía en mano con los aretes de rubí.
—¿Para ayudar? —le miró
Dion asintió.
—Y por mi esposa. —le sonrió y guardo la caja en su bolsillo
Ambos entraron a la sala y fueron dirigirnos hacia la mesa donde cenarían.
—¡Dion! Que bueno verte... —el futbolista Bastian Schweinsteiger se levantó de la mesa para recibirlos
—Es un honor poder estar aquí. —el peli negro la miró —Ella es Tina Buller, se encarga de mis entrevistas exclusivas en New York y cuando supe que estaba aquí cubriendo el reportaje de tu cena, supe que debía juntarlos. ¿Te molestaría responder algunas preguntas para su revista?
Tina miró con asombro a Dion antes de sonreír de emoción, ¿cómo no amar a este hombre?
—Claro, lo haremos luego de la cena. Siéntense por favor.
Tina tomó lugar en la mesa y Dion a su lado derecho.
—Es un honor poder cubrir su reportaje señor Schweinsteiger.
—Por favor, llámame Bastian. Los amigos de Dion son mis amigos y ya que cubres las entrevistas de Dion supongo que puedo confiar en ti. —le sonrió el hombre
—Tina es muy buena en lo que hace.
—¿Cómo se conocieron? Hasta donde se Dion, no das entrevistas.
El peli negro asintió.
—Si, así es... Digamos que perdí una apuesta y tenía que dejarme entrevistar por una revista de entretenimiento y... Vanity salió victoriosa.
—Pero que interesante historia...
Un guardia se acercó a ellos.
—Señor, llegaron los señores Sajka.
—Discúlpenme. —Bastian se levantó y se alejó con el guardia
—¿Es verdad lo que dijiste? —Tina miro a su esposo —Sobre la apuesta.
—Si, así es... —asintió —Perdí y tuve que cumplir mi parte. —sonrió —Y no me arrepiento de nada. —la miró con amor
Tina sonrió.
...[...]...
—¿Dónde...
—Ven conmigo. —Dion la condujo hasta el interior del hotel hacia un elevador
—¿Es tu hotel? —preguntó cuando las puertas se cerraron
—Así es...
Tina le miró con interés.
—¿Cuántos hoteles tienes alrededor del mundo?
—En estados unidos tengo 3 y en el resto del mundo... 4, pero pretendo comprar más.
Las puertas se abrieron y Dion condujo a Tina hacia una de las habitaciones.
—Adelante.
—¡Wow! Es hermoso... —Tina no daba crédito a lo hermosa que era la Penthouse —¿Todos los hoteles se llaman Palmer?
—Si y no, compre hoteles qué estaban por irse a la quiebra y los remodele, aunque aún me faltan algunos. Y como el primer hotel Palmer de New York es famoso decidí ponerle el mismo nombre a los hoteles que no tenían fama, y los que ya...
—Decidiste conservar el nombre. —termino la castaña por él mientras miraba la ciudad a través del gran ventanal
Dion la abrazo por la cintura y colocó su mentón en el hombro de la trigueña.
—¿Te gusta?
—Sí... Es hermoso. Pero tengo que irme a mi hotel.
—No hará falta. —él se separó de ella —Tus cosas ya están aquí.
Tina se sobresaltó y le miró, buscó en la habitación y vio su maleta sobre el sofá.
—¿Cómo...
—No hay nada que Memo no pueda hacer si se lo propone. —Dion se quitó el saco
—¿Memo está aquí?
—Si, siempre viaja conmigo y tranquila, está en su propia habitación. —estirando su mano, le sonrió —Ven, vamos a dormir.
Tina se acercó a él y tomándolo de la mano, fue llevada a su habitación.
—¿Una cama? —preguntó con mofa
—No esperaba visitas. —se encogió de hombros —Además, no podía darte la habitación de Memo y dormir con él, suele patear.
Tina rompió en carcajadas y Dion la siguió con una amplia sonrisa.
—Me gusta verte sonreír. —ella le miró —Es mejor que verte llorando. —admitió —No me perdonaré por haberte hecho llorar.
Tina le plantó cara.
—Está bien, estoy bien... —tocó su mejilla —Ahora lo estoy.
Dion la tomó de la cintura para acercarla a él.
—Te amo.
—Yo más. —sonrió al sentir los labios de su esposo en la frente
—Vamos a dormir. —quitándose la camisa, observó las mejillas rojas de su esposa —¿Todo en orden?
—Si, sí...
Sacando el celular de su pantalón, se encontró con la caja de los aretes.
—Tina.
—¿Mmhm? —ella le miró y contuvo el aliento al verlo solo en bóxer
—Son tuyos. —le entrego la caja
—No puedo usarlos, son muy caros y sería sospechoso que consiguiera algo así de la nada.
Dion se encogió de hombros.
—Di que son imitación. Pero no dudo que tu sueldo no te de para algo así.
—¿Unos aretes de 50 mil euros? —se mofó
—Imitación querida, imitación. —le recordó mientras se ponía su pantalón de pijama
Tina sonrió y miró los aretes.
—Es... Hermoso.
—Acostúmbrate a usar cosas así... Porque mi madre no dudara en llenarte de regalo así o más caros. —el peli negro rodeo la cama y se acostó del lado derecho
—Dion... No conozco a tus padres —murmuró con miedo cuando cayó en cuenta de ese dato —¿Cuándo lo haré? —quiso saber mientras guardaba la caja en su maleta
El peli negro lo pensó.
—Luego de nuestra luna de miel.
—Pero... ¿No se enojarán? Digo, de no haber estado presentes. —argumento mientras se quitaba el vestido ante la mirada lobuna de su esposo
—¿Deseas que nos casemos por la iglesia? —preguntó el señor Park mientras recorría el cuerpo de su esposa con deleite —Así podemos invitar a tu familia y la mía
Tina se sobresalto, lo que no pasó desapercibido para el oji miel.
—No, no, está bien así, podemos conocerlos luego del viaje... Pero... ¿Crees que... ¿Les agradare? —preguntó mientras se dirigía a su lado de la cama luego de ponerse la bata
Dion sonrió y la abrazo con fuerza mientras cubría sus cuerpos con la manta.
—No, no les agradarás. —sonrió ante la mirada atónita de su mujer —Les vas a fascinar, te van a adorar como lo hago yo. —susurro, besándola con delicadeza —Así que no te atormentes y descansa, mañana te regresas conmigo en el avión.
—Pero...
—Sin peros.
—Bien. —asintió la castaña —Gracias, por todo lo que hiciste por mi hoy.
—¿Cómo qué? —Dion levantó una ceja —Todo lo hiciste tú.
—Me conseguiste una entrevista exclusiva con Bastian, además, me presentaste a Alma Rizzo y a la señora Conte. ¿Sabías que la señora Conte casi nunca es vista en público? —preguntó con emoción
Dion, colocó un mechón de cabello detrás de la oreja de su esposa.
—No lo sabía.
—¡Y yo le tomé una foto! —sonrió —¡A ambas!
—Como te dije, yo te los presente. Tu personalidad fue lo que hizo que todo fluyera amor, eres una excelente reportera.
—Lo sé, pero date crédito.
Dion sonrió y deposito un beso en su frente.
—Descansa amor. —murmuró, abrandola con delicadeza antes de caer rendido
Tina lo escucho respirar con lentitud unos minutos antes de caer rendida también.
...[...]...
—¡La entrevista fue todo un éxito! —Andrea le abrazo con fuerza —La revista está en el top uno de las más compradas... ¿No te sientes feliz?
Tina asintió.
—Si, y eso que aún faltan preguntas para la sección de Dion Park.
—Ni que lo digas. Gracias a ti, la revista estará en el top uno por mucho tiempo.
—Así es... —sonrió satisfecha la castaña
—Tina.
Ambas miraron al señor Figueroa entrar a su departamento.
—Señor... —rápidamente, se levantaron de sus sillas
—Ven conmigo.
Mirando a su amiga para tomar valor, la oji aceituna siguió a su jefe, sin embargo, el miedo la recorrió cuando fue llevada a recuerdos humanos donde los esperaba un joven con documentos en mano.
—¿Qué...
Su jefe la miro.
—Ya que el reportaje en Los Ángeles, la sección exclusiva de Dion Park y el más reciente reporte de Alemania se han mantenido en el top uno durante un mes y todos son aportaciones tuyas... Los socios han decidido aumentar tu sueldo como recompensa al desempeño que has tenido, así que te traje aquí para tu nuevo contrato. Cuando firmes, puedes regresar a trabajar.
—¿L-lo dice en serio?
—¿Me ves cara de que estoy jugando? —Tina rápidamente sacudió la cabeza —Entonces firma y sigue trabajando. —gruñó antes de salir de la habitación
—Señorita. —le sonrió el joven de recursos humanos —Siéntese y empecemos.
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—¿Qué es eso? —Dion miro con interés las bolsas que la castaña traía consigo
—El almuerzo, por supuesto —sonrió con emoción —Hoy, yo invito.
Levantando una ceja, el peli negro se reclinó en su silla.
—¿A qué se debe la celebración?
Tina se dirigió a la mesita donde solían comer y empezó a sacar la comida.
—Solo digamos... Que gracias a alguien, a alguien le aumentaron el sueldo.
Dion se levantó y camino hasta ella.
—No sé de lo que hablas, no me han aumentado nada. —murmuró pensativo
Tina le pego el estómago.
—Chistoso.
—Ven... —el peli negro la abrazo con fuerza —Estoy muy feliz por ti amor, te lo mereces... ¿Lo sabes no?
Tina aspiro su perfume y suspiro de placer.
—Llevo trabajando casi tres años ahí y... Bueno, todo es gracias a ti.
Dion la tomó del rostro y se perdió en sus ojos.
—Nada es por mi, todo lo lograste tu sola... —la beso —Con ingenio y... Perseverancia.
—Bueno, no todos los días aparece el hombre más rico del país para pedirte ser su esposa.
El oji miel sonrió.
—Admite que fue tu ingenio lo que te hizo vomitarme.
—¿Crees que lo hice a propósito?
—Claro, ¿si no como ibas a llamar mi atención?
Tina rio.
—Definitivamente, vomitar sobre ti no estaba en mis planes.
—Pero surtió efecto. —besó su nariz —Quedaste marcada en mi mente... Y en mi ropa.
—¡Eh! —Tina se alejó de él y le pego el hombro.
—Bueno, comamos señora Park que muero de hambre y aún tengo muchas juntas aburridas que presenciar.
Ambos se sentaron y empezaron a comer.
—Oh, por cierto... —él saco algo de su saco y lo dejó sobre la mesa
—¿Qué... —Tina observó que se trataba de una tarjeta negra.
Dion le sonrió.
—Es tuya. Ahí recibirás el dinero de esto... —sacando una hoja del bolsillo de su saco se lo entrego
—¿Qué es..?
—Son tus acciones. —ella le miró —Mi esposa tiene partido como socia minoritaria de mis empresas.
—Dion... —hojeo la hoja —Esto... Es demasiado y no se como...
—No cuando se trata de ti. Yo me haré cargo de todo, tú solo deberás gozar de los beneficios y claro, acudir a las juntas cuando sea necesario. —Tina palideció —Tranquila, solo es para escuchar, pero ya sé cómo resolver eso, así que no te preocupes.
—¿Cómo...
—Todo a su tiempo, esposa mía. —sonrió al ver los aretes de la castaña —Te quedan bien.
Tina se tocó la oreja y le sonrió.
—Gracias de nuevo.
—Pronto debo que ir a Dubai para ver uno de los hoteles que pretendo comprar y remodelar.
—¿Por cuánto tiempo te irás?
—Iremos... Ya que debes documentar todo lo que hago, pediré a la revista que vengas conmigo.
—No sé sí...
—¿Dudas de mis habilidades para negociar?
Tina sonrió.
—No, pero dime cuanto tiempo.
—Una semana.
—No sé si me dejen ir tanto tiempo.
—No dudes...
—Bien —asintió —Lo dejo en sus manos señor Park.
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Dubai.
—¿De verdad te llevará una semana negociar?
Dion la abrazo de la cintura.
—Nos pueden ver...
—¿Sabes que es lo mejor de viajar? —el peli negro la miró —Que no en todos lados eres extremadamente famoso. —sonrió —Y no, me llevó media hora cerrar el negocio.
—¿Pero no a eso venías?
—Negocie con el dueño mientras estábamos en el avión, hoy solo firmaré el contrato y así, el tiempo restante... Lo usaremos para pasear y disfrutar de nuestra luna de miel.
—Lo tienes todo controlado, ¿no?
—Todo menos a ti, como debe ser.
Tina rio.
—Vamos... —la llevo hacia el auto que habían rentado para la ocasión
—¿Es la primera vez que Memo no viene contigo a un viaje de negocios? —preguntó la castaña mientras miraba a la gente al pasar
—Técnicamente, no son negocios y si lo fueran... Estaría mortificado sin su compañía.
—¿Ah si? —le miró
—Claro, él es el que suele pagar los platos rotos.
—Gracioso —sacudió la cabeza y siguió mirando por la ventana —¿Nos hospedaremos en el próximo hotel Palmer?
—No, en un lugar mucho mejor.
—¿Has visitado Dubai antes?
—Muchas veces.
Tina le miró.
—¿Vacaciones? —preguntó
—Sí. Así es... Venía en mis vacaciones de verano.
—Claro, venir a Dubai en verano, lo normal para Dion Park. —el mencionado sonrió —¿Venías solo?
—Sí. Cuando tuve la edad...
Dion condujo por unos veinte minutos, casi saliendo de la ciudad.