Angélica, una mujer fuerte y determinada de 40 años, ha enfrentado la adversidad con valentía. Pero cuando siente que ha perdido su motivación y las ganas de seguir luchando por salir adelante, un inesperado encuentro con un apuesto hombre llega para cambiar su destino.
Axel es mucho más joven que ella, pero aunque es arrogante y poderoso, a sus 25 años su pasión y devoción la hacen sentir viva de nuevo.
¿Podrá Angélica dejar atrás sus cicatrices y creer en el amor nuevamente?
Descubre esta historia de amor, desamor y mucha pasión, donde la edad no es un obstáculo para encontrar la felicidad.
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Capítulo Dieciocho
—Don Marisolio, usted me hace el favor y me respeta, no sea grosero e igualado. —Lety sacó las uñas y cuando Marisolio iba a responderle, entró Angelica acompañada de Olga, Arminda y Nancy con unos termos llenos de café y unas viandas con deliciosas tapas.
—Buenas noches, vinimos a traerles cafecito recién hecho y unas deliciosas tapas que enviaron mis amigas las pollitas. —Angelica anunció al entrar y todos se alegraron de que alguien se acordara de ellos.
—Ay, mis ojos bonitos. ¡Eres la más! De verdad que lo necesitamos. —Marisolio las recibió con alegría, y Axel, que creyó escuchar la voz de Angélica, rápidamente salió a ver si era que estaba alucinando. Se alegró al ver que era su musa y, como autómata, caminó hasta ella y le recibió el café.
—Gracias, está delicioso. —Axel le dice a Angelica probando el café.
—Señor Darko, pruebe las tapas, son del restaurante “Las Pollitas” que está en el mercado de San Antón. Allí es donde yo trabajo los fines de semana. —Ángelica le habló con respeto; quería darle una atención a Axel en agradecimiento por toda la ayuda que le ha dado.
Angélica sabía que estaban desde temprano trabajando en el taller y se preocupó de que no hayan salido a comer, así que llamó a Sandra y le pidió un domicilio al emporio con una guarnición de unas deliciosas tapas que ellas hacen y dos termos grandes de café. Ahí se le fue lo poquito que le quedaba de su bonificación, pero no le importó; ya casi sería fin de mes y ahí recibiría el pago de su sueldo.
Cuando todos terminaron de comer, estaban con las energías para seguir trabajando y todo gracias a Angelica, que fue la única que pensó en ellos.
—Un aplauso para Angélica, que nos salvó de morir de inanición por culpa de nuestro tirano jefe. —Marisolio propuso un aplauso y todos le hicieron caso, dejando a una Angélica muy apenada.
—Lo hice con mucho gusto, sé lo que es trabajar sin descanso y con hambre. —Angelica fue sincera.
Ya eran casi las diez de la noche, así que sus compañeras se despidieron y ella se quedó recogiendo los termos y las viandas para al día siguiente llevarlos al restaurante.
Ya se iba a retirar y Axel no se aguantó y se acercó a ella.
—Angelica, gracias. El personal lo necesitaba. Yo, del estrés, ni me percaté de la hora y de que ellos no habían comido. Qué bueno que tú lo pensaste. —Axel fue sincero y hasta pensó en que hacían un excelente equipo. —Voy a llamar a Kevin para que te lleve a donde vives.
—Tranquilo, señor Darko, el esposo de la dueña de la pensión donde yo vivo trabaja de Uber y viene por mí. Desde ayer lo contraté para que me transporte. —Angélica le explicó y Axel comprendió que ese era entonces el hombre con el que ella se fue la noche anterior.
Dicho esto, Angelica se despidió de todos y salió del taller, con la mirada fija de Axel, que se quedó en la puerta viendo cómo su musa se iba sin él poder hacer nada para estar a su lado.
Marisolio se percató del cambio de humor de Axelito y sabía que era por Angelica. Algo había cambiado en ellos y eso tenía a Axel mal.
—Axelito, ¿todo bien? —Marisolio preguntó con cautela.
—No, Marisolio, todo mal. —Axel se desahogó. —Si no fuera porque todo esto ha sido mi sueño desde niño, lo tiraba todo y me iba al carajo. Pero aún no puedo. No sé si mi sueño puede desvanecerse de mis manos. Aún no puedo surgir solo, necesito tiempo y eso es lo que menos tengo.
Y es que en este intrincado juego de poder, Axel aún depende de sus padres para crecer, hacerse una marca famosa y así poder liberarse de su yugo. Su nombre aún va ligado a la fama de sus padres y ellos, sabedores de la genialidad de su hijo y de que algún día él creará su propio imperio, están tejiendo su red antes de que eso se cumpla, imponiendo sus decisiones sobre él.
—¿Y si llevas a ojos bonitos a Milán? Ella es la única que calma esas tempestades que se forman en tu mente. —Axel miró con esperanza la propuesta de Marisolio, pero rápidamente alejó esa opción de su mente.
—No, Marisolio, ella tiene su DNI bloqueado; además, debo dejar a un lado a Angelica. No quiero complicarle más la vida a ella. Es lo mejor para los dos. Si llegara a tener algo con ella, la debo mantenerla en las sombras; y nadie se puede enterar de que es mi musa. La prensa acabaría conmigo y con ella por ahí derecho. Y con eso mi incipiente carrera. — Axel fue sincero, pues él sabía que Angelica podía ser su talón de Aquiles y la diferencia de edad y el estrato social son un gran impedimento para mostrar a Angelica al público.
No tocaron más el tema y siguieron trabajando hasta antes de la medianoche.
Al día siguiente, la comitiva viajó a Milán. Una hora y media de vuelo y ya todos estaban en el lujoso hotel Four Seasons. Treinta personas entre maquillistas, costureras, fotógrafos y personal administrativo componen el backstage, pero los más importantes son Axel Darko y Marisolio San.
Ahora en Milán, Axel estaba demasiado estresado. Eso lo notó Marisolio y, sin que nadie se lo pidiera, se contactó con Oscar.
📱Príncipe hermoso. Necesitamos ayudar a Axelito.
📱¿Qué le pasó a Axel?
Oscar, a pesar de ser un ocupado abogado y tener su propio bufete, siempre tiene tiempo para contestar las llamadas de Marisolio o de su primo Axel. Así que cuando Marisolio le dijo eso, se preocupó.
📱Bebé, es que hay una empleada que no pudo viajar, pues algo paso con su DNI, y eso tiene estresado a Axelito. Necesito que con tus contactos soluciones el problema que tiene.
📱Oh, es eso. Me asustaste, Andreino Marisolio. Mándame los datos, en una hora te tengo el DNI vigente.
📱¡Gracias! Por eso es que te amo. Cuando vuelva a Madrid te doy una revolcada de agradecimiento.
📱Adiós, loca.
Ya con eso, Marisolio quedó más tranquilo. Lo siguiente es convencer a Axel de que Angelica viaje a Milán.
Ese viernes es el primer desfile para abrir oficialmente la semana de la moda. Ellos debían estar dos días antes para todo el montaje que se requiere para un evento de tal magnitud. Las pasarelas deben hacerse a petición de cada diseñador de acuerdo a su colección y así todo saldrá a la perfección.
Axel se dirigió al sitio del evento y los decoradores recibieron sus opiniones, pero no se ponían de acuerdo. Él quería que cada vez que saliera un vestido, el escenario jugara con las luces indicando qué hora del día es, pero ellos parecían que hablaran otro idioma y no italiano. Y Axel lo habla a la perfección, pues su mamá es italiana.
Enfurecido porque no le entendían lo que quería plasmar, salió del lugar acompañado de Marisolio al pasillo del teatro alla Scala, lugar donde se realizaría su desfile.
—¡Marisolio, no aguanto más! Necesito a Angelica a mi lado.