Brenda Sanches es una mujer de 29 años que después de descubrir a su enamorado con quien pensaba ser madre decidí irse y hacerse madre mediante inseminación artificial lo que no sabe que el donante no es humano por error a ella le llegó su donación y el reclamara a sus hijos que pasara entre ellos ? estarán juntos por amor oh llegarán a un acuerdo por sus hijos ven a leer esta historia facinante
NovelToon tiene autorización de Aye Simbron para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 18
– El Refugio del Bosque (Narrado por Santiago y Brenda)
Narrador: Santiago
Estábamos llevando a la amiga de mi mujer a la manada… Dios mío. No era así como quería que conociera a mi gente. Siempre imaginé presentarla en un mejor momento, con calma y sonrisas. No después de un ataque que casi la mata.
Pero… no hay opción. Brenda está decidida a acompañarla, y no puedo detenerla sin herirla aún más.
El auto se adentra por los caminos del bosque. Solo unos minutos bastan para llegar a la casa principal de la manada. Miro a mi mujer: está preocupada, culpable. Sus ojos no se apartan de Alexa, inconsciente en el asiento trasero. Le tomo la mano suavemente, intento calmarla.
—Va a estar bien, amor —le digo con una media sonrisa, aunque dentro de mí arde el miedo.
Le miento un poco para aliviar su carga.
—Siento que está usando su energía… debe estar curándose. Solo necesita descansar.
Cuando bajamos del auto, nos espera Jame, mi beta. Al vernos juntos, se acerca.
—Ella es mi luna, Brenda —le digo con orgullo, mirando a mi mujer—. Y él, amor, es Jame, mi mano derecha.
—Encantado de conocerte, mi luna —dice con una inclinación respetuosa, pero sus ojos se detienen en el vientre ya notorio de Brenda—. Oh… ya habrá heredero —añade, sorprendido.
—Así es —respondo con una sonrisa—. Esperamos a mi cachorra. Ella será la heredera.
—¿Una mujer al mando? —murmura, incrédulo—. Nunca se vio eso en la manada.
Entonces, frunce el ceño. Su olfato cambia, se pone en alerta.
—¿Quién es ella?
—La amiga de mi luna. Está en el auto… dormida, luego de un ataque de Ariel.
Sin decir más, Jame se dirige al auto, alerta, como si algo lo atrajera. Al abrir la puerta y verla, se queda inmóvil por un segundo. Luego, susurra casi sin darse cuenta:
—Huele a rosas… y vainilla…
La toma en brazos con una delicadeza inusual en él. Ella se remueve y apoya su cabeza en su pecho. Jame la mira… como si el mundo hubiera dejado de girar. La lleva en silencio.
—Encontró a su mate —murmuro, impactado. Lo sé. Lo veo en su rostro.
—Jame, llevála con Héctor. Él debe ver si puede quitarle la maldición.
Mi beta se pone rígido, pero no dice nada. Solo asiente y se va rápido con ella. Brenda intenta seguirlo, pero le pongo una mano suave en el hombro.
—Amor… dejalo. Tiene que llevarla con el curandero. Héctor necesita asegurarse de que esté fuera de peligro.
—Pero… también quiero verla. Quiero saber que está bien —dice, frustrada.
—Lo sé, amor. Pero Jame encontró a su mate. Y eso lo cambia todo. No sabemos cómo va a reaccionar tu amiga… ni él. Es mejor darles su espacio.
—¿Por eso no quería que la tocáramos? —pregunta, entendiendo.
—Exacto. Está protegiéndola. Ya pronto vas a poder verla.
—Bueno, amor… no es por nada, pero… ¿podemos descansar un poco? El embarazo me está pasando factura.
—Claro, vamos.
Entramos a la sala principal. Hay sillones cómodos, una gran pantalla, una calma extraña. Nos sentamos, y Brenda suspira, visiblemente agotada.
—Ojalá esté bien pronto… Si no sale de esto, no podré perdonarme.
—Tranquila, amor —le acaricio la mano—. Ahora está en buenas manos. Lo que hizo fue protegerte… a vos, y a nuestra cachorra.
Le toco el vientre, y de pronto lo siento: un leve movimiento. Sonrío, emocionado.
—Amor… se está moviendo. Mirá.
Le llevo la mano y ella lo siente. Sonríe también.
—Lo sé. Es el futuro… Y sé que va a conocer a Alexa. Ella es fuerte.
---
Horas después, ya de noche…
Jame regresa. Su rostro está serio, pero hay algo diferente en su mirada. Habla directo.
—Disculpen lo de hoy. Sentí que necesitaba ayudarla en ese momento. No podía dejarla ahí. —Mira a Brenda y agrega—: Perdón, mi luna. Esto es… más fuerte de lo que imaginan.
Hace una pausa.
—Ella está sanando… pero necesita tiempo. Héctor la revisó, pero no puede curarla por completo. Tiene una protección poderosa… que ella misma creó. La marca mejoró desde que llegó, así que su energía la está curando lentamente.
—Quiero verla —dice Brenda, sin dudar.
—Lo siento, mi luna. No puede estar cerca de nadie por ahora. Esa maldición… era peligrosa. Si no la mató, es porque ella es una bruja con el don de protección y sanación. Pero vos estás embarazada con la futura heredera… y no podemos arriesgarte.
Hace una pausa, mira a Santiago de forma extraña. Una mirada que no logro descifrar.
---
Narrador: Santiago
Sus palabras me llegan… y luego lo escucho mentalmente.
Jame (vía enlace mental):
Santiago, esa maldición era para el bebé. Tu mate la recibió en su lugar. Está delicada, pero no voy a decir nada aún. No quiero preocupar a la luna.
Yo:
Hacés bien. Ya habrá tiempo para contarlo todo.
Cierro el vínculo y miro a Brenda con suavidad.
—Amor… ¿querés cenar algo?
—Sí, amor —responde, aún preocupada. Veo que Jame se aleja otra vez, seguramente para estar con ella.