una masacre, una venganza, dos corazones que se enamoran y dos países capaces de todo para destruirse.
¿que pasaría si tienes frente a ti a quien mato a tu madre? ¿qué pasaría si tienes que aliarte con alguien para vengar a toda tu familia muerta? ¿podrá el amor que sienten ser más fuerte que el odio que los rodea?
NovelToon tiene autorización de pitufina para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 19
Sentía una presión en mi pecho, algo no iba bien. Desperté sudando en mi cama y demasiado silencio había a mi alrededor, siendo que ya es de día, al menos los pájaros estarían cantando ¿verdad?. Un momento esta cama no es mía ¿dónde mierda estoy? Un grito cruza todo el lugar, reconozco esa voz, pero ¿de dónde?. Intento ponerme de pie, por alguna razón mi pierna derecha duele aunque visiblemente no tiene nada. Me acerco rengueando hasta la puerta, está con llave, ya que al bajar el picaporte está no se abre. Otro grito esta vez más cerca ¿estarán del otro lado de la puerta?. Disparos, oh si esos si los reconozco, mierda Niz, Nana. Tengo que encontrarlas. De pronto, al otro lado de este cuarto, una puerta se abre y una sombra entra, se acerca con sigilo a mí, no puedo reconocer quien es, pero si noto que en su mano trae la cartera favorita de Niz y el collar de Nana y están llenos de sangre. mí cuerpo se paraliza, no puede ser cierto, no puedo seguir perdiendo gente, quiero que esto termine por el maldito amor del puto universo. Las palabras no salen de mi boca, tiemblo y lloro, no de miedo sino de rabia y bronca, la sombra se sigue acercando y me tomo del cuello dando todo mi cuerpo contra la puerta que estaba detrás de mí. No siento dolor, por mis venas corre odio y cuando levanto bien mi rostro lo reconozco. Diego.
Todo esto es tu culpa maldita perra, todos murieron por tu maldita culpa, debí matarte cuando eras una niña- aprieta mi cuello y el aire se me escapa. Dejó salir un grito ahogado en cuanto siento que la vida se me va.
Me desperté sudando y llorando, no grité, ya no gritaba por estas pesadillas, pero sentía esa presión de miedo en mi pecho. ¿Era una premonición? ¿Un dejabú? No jamás me paso algo así. Lo cierto es que lo única que sabía de mi hermano era que ya había sido padre de un niño, que se había hecho con el poder de nuestro apellido y ocupado el puesto de padre.
aún me temblaba el cuerpo, tarde más de media hora en poder calmarme y me fui a bañar, el agua caliente me ayudaría a relajar todo y quizás a olvidarme de ese sueño. Nunca había hablado con nadie de ello, quizás por eso no podía entenderlos, por ahí alguien podría decirme que significaban, pero con quien hablar cuando todos están heridos más o igual que yo.
Recién eran las 7 de la mañana cuando baje a desayunar, Nana estaba como siempre en la cocina preparando todo.
Buenos días mi pequeña- me saludo cuando deposite un beso en su mejilla.
Hola Nana- le dije tomando una manzana de la frutera.
¿qué ocurre?- me dice dándome la espalda para sacar de la sartén los panqueques qué está haciendo
Una pesadilla- le contesto mientras saco de la heladera el jugo para poner en la mesa.
¿Quieres hablar?- se da vuelta a mirarme y niego con la cabeza, demasiado tiene con no poder salir de está maldita casa como para que yo le agregue más.
Niz se despertó, desayuno y se fue. Me quedé esperando a que Rumi viniese por mí, nuevamente seríamos dos trabajando. Tengo entendido que Neo acepto sin problemas, pero no permitió que consiguiéramos reemplazo, así que todo recaía en nosotros dos.
Al llegar a la mansión vi dos cosas raras, la primera que tanto Neo como su padre no estaban, lo cual era sumamente desconcertante ya que cuando salio uno no lo hacía el otro, los padres de Leo solían trabajar así que su ausencia no me pareció anormal. lo segundo que note es que Leo estaba en todo momento de la mano de su niñera y que esta no lo llevaba del buen modo, de hecho y por la cara del pequeño, le dolía como lo iba apretando. supongo que Rumi se dio cuenta de mi cara por que automáticamente me paso un brazo por los hombros y me llevó a la fuerza a la cocina.
No te metas, por el amor de dios, Nat no es nuestro problema- me dijo susurrando pero serio.
Lo se Rumi créeme que lo sé- le dije ya suspirando. Odiaba que me dijeran qué hacer y más cuando sabía, quizás muy en el fondo, que era correcto y que no.
Empezamos con nuestro trabajo, ni siquiera volvimos a hablar, abrazos que estaba enojado conmigo, pero nunca fui buena pidiendo disculpas. Estábamos demasiado concentrados, esta vez Rumi había decidido hacer pasteles de calabaza con espinacas y varios cortes distintos de carne con salsas. Una vez que los pasteles estuvieron listos, los desmonte y los puse en bandejas, los deje en la mesa que estaba cerca de una ventana que daba al patio trasero y ahí fue cuando lo vi, la asquerosa niñera le daba un cachetazo al niño tirándolo al suelo. No me pregunten qué fue porque ni siquiera yo sabría decirlo, pero salte por la ventana u fui a su encuentro a pesar de que Rumi gritaba mi nombre como loco.
Podía ver el miedo en la chica a medida que me iba acercando y no era para menos, pues al llegar cerca de ella le propone una piña en el medio de la boca y cuando cayó al piso me di vuelta para levantar al pequeño que lloraba sin gritar.
¿Estás bien Leo?- le dije intentando ponerlo de pie, podía sentir como su frágil cuerpo temblaba.
No le digas a nadie, ella me dijo que matará a mis papis- su voz entre cortada me causó más ira qué sus palabras.
¿qué te dijo que? ¿Hace cuanto que ocurre esto?- le pregunte con un tono más severo.
Unos días, desde que el tío le dijo que su trabajo era cuidarme y no podía estar más en su cama- lo alce en brazos y escondió su cabeza en mi hombro.
Me di vuelta a ver si la estúpida ya se había parado y si efectivamente, estaba sangrando y no articulaba palabra, bien seguramente le quebré la mandíbula.
Si lo vuelves a tocar, te mato, escuchaste bien pedazo de perra- le dije sin necesidad de gritar.
Pero como siempre no todo es color de rosa, los guardias que se suponía que estaban en todo el lugar recién llegaban a donde estábamos nosotras y sacaban sus armas. Estos estúpidos me estaban apuntando a pesar de tener a un niño en brazos, idiotas o pelotudos, no me importa los mataría a todos. Baje a Leo con sumo cuidado y le dije que fuera a la cocina, una vez que se perdió de mi vista mire con odio a todos los presentes. Espere a que guardaran sus armas y comenzó el juego, uno a uno fueron cayendo sin problemas, algunos tenían solamente huesos rotos, otros estaban desmayados, la verdad es que poco me importaban esos inútiles. Cuando termine con ellos, me acerque a la chica y volví a pegarle, pero esta vez en la boca del estómago, iba a rematarla con un rodillazo en la cara cuando el clic de un arma me detuvo.
Creo que ya armaste un buen escándalo aquí, suéltala si no quieres que perfore tu cráneo- me di vuelta ante sus palabras con la sonrisa más sádica en el rostro.
Neo estaba parado apuntándome, su padre, su hermano y su cuñada miraban a los 5 guardias caídos y volvían a clavar la vista en mí. Deje caer a la chica al piso y levante mis manos en señal de rendición, pero la sonrisa jamás se me borro de rostro.