Cambiando Mi Destino

Mientras Amanda y Ariel iban en el barco hacia el reino de cristal; ámbar terminaba de afinar los últimos detalles para que el cumpleaños del rey fuera todo un éxito.

Rey Carlos: buenos días, señorita Ámbar.

ámbar: majestad ~~ haciendo una reverencia un poco exagerada, la cual mostraba un poco su desconté.

Rey Carlos: veo que todo está listo! Es usted una excelente persona, el haberse ofrecido a hacer todo esto, no sé cómo agradecerle.

~~ el rey se acercó a ella y tomó las manos de ella entre las suyas.

ámbar: majestad, para mí es todo un placer! Usted no tiene que agradecerme nada.

~~Mirando a otro lado, mostrando timidez y con un leve sonrojo en sus mejillas.

Rey Carlos: entonces le pido que sea mi acompañante en la celebración, deme el honor de ir con tan honorable dama.

ámbar: majestad! el honor es para mí, usted es el rey y muchas jóvenes quisieran ser su acompañante.

~~hablo esta, dándole una dulce sonrisa.

Rey Carlos: la mandaré a buscar a la mansión en mi carruaje. Y como le está yendo con el asunto de su hermana?

Mostrando una cara de tristeza y unos ojos un poco llorosos 🥹

ámbar: majestad, ellas me quieren sacar de la mansión 😟 el estar aquí ayudando a organizar este evento, me ha ayudado a despejar un poco mi mente.

Pero mi infierno comienza cuando llegó a la mansión.

Ellas me dicen que son las únicas herederas de mi padre.

Rey Carlos: pero usted es la hija mayor del duque, usted es la legítima heredera por ser la mayor.

Ámbar: si, pero ellas solo me acosan y me amenazan constantemente con quitarme la vida.

Además, que por parte de la duquesa, sufro innumerables maltratos 😔😔

ooh perdón! Hablé demás majestad ~~ tapando su boca y mirando hacia otro lado.

Son mis problemas y no tengo por qué agobiarlo con ellos.

Rey Carlos: usted señorita no puede seguir viviendo en esa mansión con esas personas tan crueles, yo mismo me haré cargo de mandar a sacar esas mujeres de la mansión.

no merecen nada, ellas disfrutan la fortuna del duque y usted solo recibe sobras?

ámbar: majestad, de verdad! No sé preocupé por mí, mi vida no es tan importante.

Rey Carlos: señorita ámbar, usted es una persona tan buena, amable, justa y bondadosa. No puede estar sufriendo en manos de esas mujeres tan desalmadas.

Ámbar: oh majestad! Hay algo que me gustaría comentarle acerca de una sospecha que tengo.

Rey Carlos: que sucede señorita? ~~ Mostrando preocupación

ámbar: majestad, tengo la sospecha de que mi hermana es la causante de la muerte de mi padre ~~ se tapó la boca y comenzó a soltar unas lágrimas.

El rey se acercó aún más a ella intentando consolarla.

Rey Carlos: eso es grave, usted tiene pruebas de eso?

ámbar: no su majestad! Pero mi hermana posee magia para hacer pociones. Sé de la boca de muchos jóvenes, que ella usó esas pócimas para encantarlos y estafarlos.

Rey Carlos: señorita ámbar, usted tráigame esos testigos y le juro que esa malvada mujer irá a prisión.

Ámbar: claro que sí majestad, hablaré con esos jóvenes y les diré que le cuenten todo a usted. Que usted los protegerá, ya que ellos temen por sus vidas.

Según! ella los amenazó con envenenarlos junto a sus familias, si decían algo.

Rey Carlos: tráigalos ante mí, yo los protegeré y le prometo que esa mujer irá a prisión y pagará toda la maldad que ha hecho.

Ámbar: es usted tan bueno, majestad! Gracias a los dioses por un monarca tan justo como usted.

Majestad! Me retiró, tengo que hacer algunas cosas y quiero estar lista para el baile.

Más aún que voy a ser su pareja majestad.

Rey Carlos: usted no necesita mucho, señorita Ámbar, es hermosa tal como es.

ámbar se mostró sonrojada por las palabras del rey y después de agradecerle, se despidieron.

Mientras iba en el carruaje una sonrisa de maldad salía de su boca.

Todo iba tal cual lo había planeado, el rey sería suyo y quitaría a Ariel y su madre de su camino.

Se dirigió a un barrio alejado y bastante pobre.

Contrato a unos cuantos jóvenes para que testificaran en contra de Ariel.

Estaba segura de que el rey no investigará y le creerá todo lo que ella le diga.

Les dio el pago a los jóvenes y les compro ropa de nobles; les dijo todo lo que tenían que contarle al rey y ellos muy gustosos aceptaron; el pago era bueno y no era la primera vez que hacían de testigos falsos.

Después de terminar con los últimos detalles de su plan, se dirigió a la mansión.

Tenía días que no veía a su hermana y madrastra, debido a que salía temprano al palacio.

Tenía todo planeado para destruir la vida de las dos, por muchos años ha estado planificando como deshacerse de ellas y quedarse con todo.

Una vez estuvo en la mansión, las comenzó a buscar por todos lados y nada de ellas.

Ya era entrada la noche y no las conseguían. Mando a revisar sus habitaciones y no consiguieron nada.

No estaban ni los vestidos, ni las jodas de ellas.

Se dirigió a la caja donde estaba guardado el oro y faltaban algunas pequeñas bolsas de oro.

Se dio cuenta que las dos habían huido y nadie se había dado cuenta.

Ámbar dio un grito de frustración, esas dos se habían escapado y no había podido lograr cumplir sus planes.

Ella quería verlas sufrir!

Pero después de pensarlo bien, decidió que seguiría con todo, tal cual lo había planeado.

Ella sabía que cualquier cosa que le diga al rey, el le va a creer.

Al otro día, se dirigió al palacio, llevo a los jóvenes que había contratado.

Estos les dieron sus testimonios al rey, él se molestó mucho de cómo esa mujer estaba haciendo tantas maldades y él no se había enterado.

Luego ámbar le comento, que ellas la amenazaron en cuanto llegó a la mansión el día anterior.

Le dijo que ellas robaron el oro del ducado y se escaparon para no ser atrapadas por el rey.

Ámbar lloraba en los brazos del rey, se mostraba de una forma lastimera y vulnerable.

Ámbar: majestad! 🥺 ayer cuando llegue, ellas me quisieron golpear, les dije que usted las haría pagar por tantas maldades que habían cometido.

Entonces me mandaron a encerrar en mi habitación y cuando unas sirvientas lograron sacarme, me dijeron que ellas habían tomado del oro y se escaparon; diciendo que usted jamás las atraparía.

Ámbar comenzó nuevamente a llorar y el rey la consoló entre sus brazos.

Le juro a ámbar que las atraparía, no importa dónde estuvieran, ellas iban a pagar por sus crímenes; pero la que más iba a sufrir sería Ariel por haber Sido tan cruel y manipuladora.