NO SERÉ TU AMANTE

... En el comedor, ambos permanecen en silencio, Erick piensa que se apresuró con su propuesta, mientras Olga piensa en lo que el dijo, se pregunta si de verdad quiere tener más hijos con ella.

— Lo que...

— Sobre... — Ambos hablan a la vez, al ser interrumpidos por el otro se quedan en silencio. — ¿Qué me ibas a decir? — Pregunta ella.

— Tu primero.

— No. Dime tú. — Erick pierde el valor para comentarle lo mismo que antes.

— Te quería decir que voy a contratar una empleada, para que ayude con las labores de la casa. Yo voy a pagar su sueldo, ¿no tienes problema verdad?

— No.

— ¿Y tú? ¿Qué querías decirme?

— Quería... Quería decirte que...

— ¿Qué?

— Si es mucho sacrificio vivir aquí, deberías vivir en la ciudad. — Dice ella sin pensarlo mucho.

— ¿Me estás corriendo?

— No. — Ella ni siquiera entiende por qué dijo eso. fue lo primero que se le ocurrió.

— ¿Te vas a ir conmigo?

— No. — Ella ha vivido en la ciudad, y no le gusta, sólo viviría ahí si fuera muy necesario.

— No te entiendo.

— No hace falta. Haz lo que quieras. — Olga se levanta de la mesa y vuelve a su trabajo. Erick se queda desconcertado.

— ¿Por qué las mujeres son tan complicadas? — Pregunta en voz alta.

— No es eso señor. — Le habla Hilda.

— ¿Qué quieres decir?

— La señora no es complicada. Simplemente está confundida.

— ¿Por qué?

— Usted es su esposo. Debe saber la razón. — Erick lo piensa y creé que es por qué le confesó sus sentimientos.

... Por la tarde Olga regresa a su habitación y entra al baño, se quita la ropa y abre la regadera, mientras se baña piensa en lo que ha pasado, está muy confundida, no sabe que hacer. Es verdad que Erick no le desagrada, al contrario, le gusta, pero su corazón todavía no confía en el.

— Te estaba buscando. — Erick le habla desde la puerta. Ella se da la vuelta y ve que el no le quita los ojos de encima.

— ¿No te enseñaron a tocar? — Pregunta molesta.

— Eso es algo que se aprende sólo, ¿quieres que te muestre? — El cierra la puerta y va junto a ella. Olga se hace un poco para atras. — ¿Por qué estás nerviosa? — Pregunta al tenerla cerca.

— No estoy nerviosa. — Erick toma su rostro.

— Te vez roja.

— Es por el sol. — Erick agacha su cabeza y besa sus labios suavemente.

— ¿Nos bañamos juntos? — Olga se niega a responder. — Dime qué si. — El nuevamente la besa, es un beso largo, suave, y a la vez excitante. Ella corresponde nerviosa, sus manos se van a la camisa de el, específicamente a los botones, comienza a abrirlos, Erick le besa el cuello, bajando lentamente por su garganta hasta llegar a los sen*s, los besa, ch*pa y saborea. Hacía varias semana que ambos estaban sin el otro, el la extrañaba, y por los gemidos de Olga le parece que ella a él también. Erick la toca, al sentirla preparada se termina de desnudar y la pone de espaldas, a los pocos segundos ella siente algo d*ro entrando a su lugar más privado, los ruidos obscenos traspasan las paredes del baño. Olga intenta no hacer tanto escándalo, pero no puede evitarlo, Erick la tiene pegada a la pared mientras sostiene sus manos y la em*iste sin consideración, no se detiene hasta llegar, y hacerla llegar al clímax. Ambos respiran agitadamente. Ella no entiende por qué no se aburre del sexo. Cuándo piensa que ya no lo necesita, llega Erick, la hace suya de esa manera tan extraordinaria, y apasionada, que se da cuenta de lo mucho que le gusta estar con el. Erick sale de ella despacio y la gira para besar sus labios. Ella aprovecha ese momento para tomar una toalla. — Amor, no te cubras. — Erick agarra la toalla y la tira lejos. — Quiero hacete mía una vez más. — El toma su rostro e inicia un camino de besos a sus alrededor.

... En la cocina, Hilda prepara la cena, ya había quedado con Olga en hacer pollo asado con verduras, pero ella no baja, así que se pone a cocinar sola, más tarde Olga baja apurada.

— Hilda lo siento. Se me pegaron las sábanas.

— Qué raro. Usted nunca duerme por la tarde. — Olga recuerda lo que estaba haciendo y se sonroja.

— Siempre hay una primera vez.

— Supongo que el trabajo la dejo cansada.

— Así es. ¿Ya tienes todo? ¿en qué te ayudo?

— No se preocupe, ya está todo listo. ¿Quiere que llame al señor?

— No se.

— ¿Qué?

— Mejor trae a mi hija.

— Está bien. — Hilda se dispone a subir, sin embargo Erick ya viene bajando con la bebé en sus brazos. Ella se regresa a la cocina y le avisa a Olga, está se va al comedor y los espera ahí.

— Despertaste antes que yo. — Le dice Erick apenas la ve.

— No se por que te sorprendes.

— Por qué te veías cansada, dormías cómo un bebé. — Hilda se acerca y sirve la cena. Olga come y le da de comer a Lilia. La pequeña se ve muy contenta.

— ¿Te gusta la cena?

— Chi. — Responde ella y abre la boca para recibir un pedacito de brócoli.

... Después de cenar, Olga lleva a su hija a caminar por la casa, Erick la acompaña sin dejar de observar el comportamiento de su esposa. Más tarde los tres se va a dormir. Olga apenas le da las buenas noches. El también se las da y ambos se quedan en silencio.