Luego de morir Oriana entra a una de las últimas novelas que leyó. Amor sin barreras.
Una historia la cual le había parecido un poco patética la verdad, pero le encantaba ver cómo las cosas a la villana nunca le salían bien.
¿Podrá Oriana cambiar la suerte de nuestra jodida villana, sabiendo que de eso mismo depende su vida?
Nueva historia, odienme, critiquenme, pero está historia la llevo pensando desde hace un tiempo. Iré subiendo capítulo hasta que me acomode con la trama de las otra dos. Prometo no dejarlas colgadas. Bueno dicho esto... Empecemos .
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cap. 1
Me sirvo mi cuarto —o quinto— vaso de no sé qué es esto.
[Voz de borracha.
]Al principio sabía a brandy, pero luego... quién sabe. Ya no lo sé.
¿Se preguntarán qué me pasa? ¿Por qué estoy así?
Bueno, sencillo: morí. Estaba volviendo de mi concierto en Londres y me dirigía a Los Ángeles en mi avión privado, cuando de pronto el motor empezó a fallar y las mascarillas cayeron.
Cuando me quise acordar, el avión ya había caído y yo me encontraba en una especie de habitación blanca, con un hombre mirándome fijamente.
—¿Quién es usted?
—Soy Dios...
—¿Cuál de todos?
—Eso mismo te quería preguntar. Acabo de escuchar que le rezabas a muchos.
—Bueno, alguno tenía que responder a mis plegarias. No lo sé, nunca fui muy católica.
—Solo hay un Dios, niña. Y ese soy yo.
—De acuerdo, no se enoje. ¿Qué hago aquí? ¿Qué lugar es este?
—Es el purgatorio. Aquí vienen almas como la tuya que, a pesar de haber hecho cosas malas, también hicieron muchas buenas, y por eso... no sé qué hacer contigo.
—Con que así es. Bueno, si te parece, puedes enviarme de vuelta. Tengo un concierto a las diez en Los Ángeles y, si no me apuro, mi manager se cabreará conmigo...
Él me miró intrigado.
—¿No entendiste? Acabas de morir.
—Jajaja, deja de jugar conmigo. ¿Dónde están las cámaras? ¡Daniel, sal ya, no me hagas estas bromas!
—Oriana, hablo en serio...
—¡Es suficiente! ¿Cómo salgo de aquí?
Empecé a caminar, buscando una salida, y Dios, ya cansado, soltó:
—Suficiente. ¿Crees que no tengo nada mejor que hacer?
—¿Y tú crees que yo sí? ¡No tengo tiempo para bromas! ¿Dónde estoy? ¡Dímelo ya!
Abrió grandes los ojos.
—Vaya, ni Luciana fue tan prepotente. Solo por eso ya sé qué haré contigo.
Sonrió malicioso.
—Espero que puedas sobrevivir. Aunque, con ese carácter, no lo dudo. Buena suerte, hija mía. Te veré en unos años.
—¿Qué quieres decir? ¡Oye, Buda, vuelve...!
De pronto, las luces se fueron. Y volví a sentir mi cuerpo.
Luego del encuentro con Shiva, descubrí que me puso en el cuerpo de una chica que, según entiendo, cayó por las escaleras y casi muere... aunque es obvio que yo tomé su lugar, así que creo que murió.
Sus padres son marqueses de un lugar llamado Alfea. Por lo poco que averigüé, es un imperio, y claramente está situado en la época antigua.
Al pasar los días, me di cuenta de que había reencarnado en una época muy distinta a la que solía vivir.
Cuando era Oriana, solía pensar que, si me llegaba a pasar lo que leía en mis novelas —donde la prota reencarnaba y retomaba la vida de la antigua huésped—, yo no haría lo que la trama decía. Me evitaría todo ese drama y me iría lejos a armar mi propia historia.
Pero, al pasar los días como Camila Navarro, me di cuenta de que ya estaba metida completamente en la trama de esta novela patética y sin sentido.
Esta era la novela llamada "Amor sin barreras".
Natalia Navarro es la protagonista. Ella, junto con el príncipe heredero, vive una historia de amor en secreto.
Todo cambia cuando Camila se entera de que el príncipe se enamoró de Natalia porque la confundió con su salvadora.
Cuando era niño, el príncipe había caído a un río. Camila, que estaba recogiendo flores con su madre, lo vio caer. Ambas corrieron y lo sacaron antes de que llegaran los guardias imperiales.
El príncipe fue llevado al palacio y, cuando se recuperó, la marquesa Navarro llevó a Natalia a visitarlo.
Él comenzó a hacerse amigo de Natalia, creyendo que ella lo había ayudado. Cuando ambos cumplieron la mayoría de edad, se comprometieron.
Una noche, su madre —ya borracha— confesó que no era la verdadera madre de Camila, pero que le agradecía porque, gracias a ella, su hija Natalia había conseguido convertirse en princesa.
Camila, impactada y decepcionada con la mujer que creyó su madre, decidió vengarse de ambas y contarle la verdad al príncipe.
Pero él no le creyó. La trató de mentirosa.
Su reputación se hundió. Todos la veían como una envidiosa y mala hermana, cuando claramente había sido al revés. Natalia se había aprovechado de su hermana y había tomado deliberadamente su lugar.
El marqués, al enterarse, intentó comprometer a Camila lo antes posible, pero gracias a Natalia fue casi imposible encontrarle un buen partido.
Natalia se encargaba de decir a sus amigas que su hermana siempre la envidió, y que ahora, con el amor del príncipe, temía que Camila intentara algo contra ella.
Cuando el príncipe se enteró, enfrentó a Camila y le dijo que, aunque ella lo hubiera salvado, él estaba enamorado de Natalia, y que jamás se fijaría en alguien tan mezquina y avariciosa.
Camila, al escuchar esas palabras del hombre al que había amado desde aquel día junto al río, perdió la cabeza. Juró que si ella no podía ser feliz, tampoco lo serían ellos.
Intentó envenenar a su hermana. Pero, con tan mala suerte, una doncella de Natalia notó algo raro y, en un descuido, intercambió las tazas de té. Camila terminó bebiendo su propio veneno.
Así murió Camila Navarro, una mujer inocente, enamorada de un ciego que solo se dejaba llevar por las lágrimas de cocodrilo de Natalia.
El único que lloró su pérdida fue su padre. Aunque la sociedad la juzgó, nunca se supo bien la verdad.
Natalia consiguió lo que quería y, cuando se casó con el príncipe, enfrentaron algunas dificultades, pero al final vivieron felices por siempre.
Una historia de lo más patética, si me lo preguntan.
Nunca entendí por qué la villana tenía que morir si siempre había sido sincera y leal. ¿Por qué la protagonista, solo por ser la prota, tenía todo el imperio ganado? ¿Y por qué el príncipe, sabiendo que ella lo había salvado, permitió que todos la consideraran una mentirosa?
La villana estuvo jodida desde el principio.
Ahora que esta será mi vida, por mí que ambos se vayan al demonio.
En estos momentos, me encuentro celebrando... o mejor dicho, despidiéndome de mi antigua yo.
Hoy es la fiesta de mayoría de edad del príncipe, y también el inicio de todo.
Esta noche, se supone que la marquesa se emborracha y le confiesa a su doncella que, gracias a Camila, el príncipe se declaró a su hija.
Relleno mi copa nuevamente, y mi muñeca es sostenida por la mano del marqués.
—¿Qué significa esto, Camila?
—Oye, bájale dos rayitas a tu tono y déjame tranquila. Estoy celebrando.
Me mira frunciendo el ceño, y forzando una sonrisa torcida, dice:
—Espérame en el jardín. Sal a tomar un poco de aire, que ya te alcanzo.
Me suelto de su agarre.
—Me voy porque quiero, ¿oíste? Ah, pero eso sí, me llevo mi vaso.
Salgo enderezando la espalda y, aunque muchos me miran, sigo adelante sin tomarles importancia.
1 no dijeron que otro poder tenía escondido la protagonista y porque no sabían cómo lo tomarían como si algo malo se aproximara
2 la relación de sus padres se supone que está mal visto que estén juntos pero no están ¿casados?