Arianna, una niña que perdió a su madre a la edad de cuatro años, vive con su padre, quien ha formado una nueva familia y tiene dos hijos más. La esposa actual de su padre la maltrata y fomenta la discordia entre ella y sus hermanos. Además, su padre ha cambiado notablemente desde que está con su nueva pareja y se deja influenciar por ella. Sin embargo, el hermano Ángel es el único que la trata con amabilidad y cariño. Ante esta situación insostenible, Arianna decide enfrentarse a su padre y expresarle su intención de abandonar el hogar.
Su padre se ríe en su rostro y le pregunta qué planeaba hacer, adónde iría si no tiene a nadie más en esta vida. Por su parte, su madrastra se aleja y le comenta a su esposo que tiene una idea, y ambos se dirigen al despacho, dejando a Arianna sola en la sala.
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capítulo 19: que desastre.
**Abuelo:** 📲 Hola, César.
**César:** 📲 Hola, abuelo.
**Abuelo:** 📲 Mi querido nieto, ya han llegado a casa.
**César:** 📲 Así es, abuelo. Arianna aún no ha llegado. Está en la universidad y no pudo volver conmigo debido a un examen. Vendrá pronto.
**Abuelo:** 📲 Esperaré a que llegue. Primero pasaré a ver a tu padre y luego iré a tu casa. Quiero verlos y pasar unos días con ustedes.
**César:** 📲 ¿Unos días, abuelo?
**Abuelo:** 📲 Sí, me gustaría ver cómo se llevan ustedes como pareja. ¿Hay algún problema?
**César:** 📲 No, ninguno.
Abuelo 📲, está bien, nos vemos más tarde.
César colgó el teléfono y reflexionó: ¿Qué haré ahora? Tendré que quedarme con Arianna y esta casa está hecha un desastre. Comenzó de nuevo a intentar limpiar, pero no sabía por dónde empezar.
Arianna llegó a las 3 de la tarde y tocó el timbre. César se asustó, pensando que su abuelo había llegado. Al abrir la puerta y ver a Arianna, soltó un suspiro. Ella notó su expresión de sorpresa y le preguntó: ¿Te pasa algo?
¿Por qué tocaste el timbre? No tienes tus llaves, me asustaste; pensé que eras el abuelo, comentó César.
No, no tengo llaves, las dejé en la habitación. ¿Para qué llevarlas si no voy a vivir aquí? respondió Arianna.
César le dice: Adelante, y al entrar, Arianna, al ver la casa, se queda con los ojos abiertos y exclama: ¿Qué desastre es este, César? ¿Acaso vives con mil personas?
César aclara: No, solo vivo con mi novia y yo, pero...
Arianna interrumpe: Pero se dedican a hacer puro desorden.
César: Esto ha sucedido.
Arianna interrumpe y le responde: No me importa lo que hagas, lo fundamental es que ordenemos este desastre antes de que llegue tu abuelo. Imagínate que encuentra la casa en este estado; pensará que soy descuidada. No, no, mejor vayamos a buscar unas bolsas y te ayudaré a limpiar todo esto.
César va por las bolsas y ambos empiezan a recoger. Mientras limpia, César observa cómo Arianna trabaja y se pregunta por qué Yuly no podría hacerlo. Arianna, al notar que él está parado sin hacer nada, le dice: ¿Acaso no piensas ayudarme?
Una vez que Arianna ha dejado la sala y la cocina impecables, sube a su habitación y encuentra todo en orden. Luego, sale y le pregunta a César: ¿A qué hora vendrá tu abuelo?
César responde: Me comentó que primero pasara a casa de mis padres, la verdad no tengo certeza sobre eso.
Arianna plantea: ¿Crees que te dé tiempo de ir a comprar algunas cosas para la cocina? No hay nada y si le apetece un café o té, no tienes nada disponible. Solo has estado comiendo comida chatarra. ¿Qué haremos si tu abuelo desea algo?
César sugiere: Vayamos rápidamente al mercado.
Arianna responde: Ve tú.
César añade: No estoy seguro de qué comprar.
Arianna: No tienes experiencia haciendo la compra.
César: Nunca he tenido que hacerlo.
Arianna: Vamos rápido.
César toma las llaves del auto y ambos salen rápidamente. Al llegar al mercado, César lleva el carrito de compras mientras Arianna se encarga de llenar el carrito con los productos. Realizó una compra considerable, teniendo en cuenta la posibilidad de dejar algunos artículos para César y su novia, a pesar de que ellos no los utilizan.
Una vez de regreso en casa, organizaron todo. Arianna comentó: Voy a mi habitación a ducharme, me siento cansada tras tanto apresuramiento.
César le recuerda que deberá dormir en su habitación, ya que el abuelo indicó que se quedaría unos días. Arianna se vuelve hacia él y le pregunta cuántos días serán. César responde que no lo sabe, que podría ser una o dos semanas.
¿Voy a tener que quedarme aquí durante dos semanas?, pregunta Arianna.
Si eso es lo que estipula el contrato, responde César.
Ya lo sé, no es necesario que me lo recuerdes constantemente. Estoy al tanto de que debo cumplirlo, dice Arianna.
Entonces tendrás que ayudarme también a limpiarlo, añade César.
Arianna observa la habitación de César y le comenta: ¿De verdad tu habitación está tan desordenada como lo estaba la casa?
César la mira y responde: ¿Y cuál es el problema?
Arianna, sorprendida, le dice: ¿Estás loco? ¿Quién puede vivir en medio de tanto desorden? ¿Acaso crees que voy a venir a limpiar cada vez que llegue tu abuelo? El contrato no establece que deba encargarme de la limpieza.
Ante la alteración de Arianna, César le responde con firmeza: No me grites; mi habitación está como yo deseo. Ahora, si quieres un lugar limpio para dormir, ¡tendrás que limpiarlo tú misma!